Políticos con capillo

Quizá les cueste más de la cuenta ponerse de acuerdo de puertas hacia adentro de San Marcelo, pero cuando toca hablar de túnica y capillo la cosa cambia.

Si algo tiene León es que encuentra a través de su Semana Santa nexos de unión que en otras esferas parecerían inalcanzables. «Debajo del paso vamos los de derechas, los de izquierdas, los liberales y hasta los que no nos gusta la religión», reconocen.

Casi un tercio de los concejales miembros de la corporación municipal del Ayuntamiento de León tendrán una cita a primeros de abril tan importante como cualquier punto del día del pleno. Son papones, y lo son con orgullo, casi tanto como lo son de sentirse leoneses.

En el equipo de gobierno, dos integrantes se encuentran vinculados a algunas de las cofradías de la Semana Santa leonesa. Entre ellos, el primer edil.

Junto a Vicente Canuaria -teniente de alcalde y concejal de Deportes, Comercio y Personal, hermano de Jesús y primer abad de la Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la Redención-, el alcalde José Antonio Diez es uno más de los 20.000 papones con los que cuenta la ciudad.

De la mano del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, de donde es bracero, se muestra «honrado» de poder representar a miles de hermanos «a los que me une tanto».

La devoción, la fe, la hermandad, la tradición o el legado son algunos de los sentimientos que despierta en Diez la Semana Santa. «Sentirnos parte de algo tan grande y que ha unido a generaciones durante más de cuatro siglos».

El alcalde asegura que el vínculo de León con su Semana Santa es «incomprensible» para quienes no son papones. «Además de alcalde, fui y soy cofrade, como miles de leoneses que visten túnica o portan mantilla y rosario, que llevan farol o sacan el mejor sonido de nuestras bandas en abril».

El Partido Popular cuenta con hasta cuatro concejales que participan de forma activa en la Semana Santa de León. Fernando Salguero, que llegó a ser abad del Dulce Nombre de Jesús Nazareno; Aurora Baza y Eduardo Tocino, inmersos en las filas del Santo Cristo del Perdón; y Marta Mejías, que lleva el sello de tres penitenciales.

Precisamente ésta, la concejal más joven de la corporación -Mejías- habla de la pasión como «cultura, tradición, religión y, sobre todo, sentimiento». El ambiente que vive cada primavera es «de los más especiales del año» y pone en valor el impacto turístico y económico que genera a la ciudad.

Marta Mejías recibió de su madre el aroma de la pasión y aún hoy lo viven como «un momento especial» y lo hacen juntas. Desde pequeña empezó a participar con la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero, primero desde dentro y luego como 'papona de acera'. Y desde 2019 ha vuelto al ruedo, esta vez como manola, con la Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena y la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.

Y se atreve a comparar sus dos pasiones -además de la abogacía- como son la Semana Santa y la política: «En política, además de la vocación, la implicación, el esfuerzo y el trabajo en equipo que también existe en las cofradías y hermandades, es fundamental el sentimiento y la confianza y convicción en lo que creemos y queremos alcanzar por y para todos y en lo que todos somos parte».

Desde Ciudadanos también se enrolan en el sentimiento cofrade que encarna en este caso el edil Luis Merino. La tradición familiar llevó a este corporativo al Dulce Nombre de Jesús Nazareno y, en concreto, a las andas de La Verónica. «De ahí era el tío de mi padre, que hizo a mi padre y a mis tíos y de ahí han seguido las generaciones. Mis hijos serán la cuarta». Es por ello, que en su casa ni se imaginan una Semana Santa fuera de León.

Merino deja de lado el tema religioso y se confiesa como papón «de tradición familiar» y con la emoción que supone vestirse cada Viernes Santo, volver a oler a incienso y pujar su paso. «Te gusta, lo vives desde pequeño y lo compartes con la familia». Su momento preferido es cuando toca recogerse a La Verónica, lo que califica de «colofón de la Semana Santa», además del «madrugón» para acudir a Santa Nonia y salir de noche con su paso. «En las cofradías hay de todo: políticos, apolíticos, ateos, religiosos... es una celebración en la que todo cabe; un poco como en la política».

Y por parte de Unión del Pueblo Leonés es su portavoz, Eduardo López Sendino, quien sigue la herencia familiar de pertenecer al Dulce Nombre de Jesús Nazareno. «Es un sentimiento, una pasión y un orgullo como leonés». Es bracero de la Flagelación, desde hace más de 40 años, donde vive tres momentos con especial devoción: «Sacar el paso, el Encuentro y meter el paso».

Sendino llevó al último pleno del Ayuntamiento de León el argot semanasantero con la popular frase: «¡Que sea enhorabuena!», con motivo de la aprobación del nombre de calles a tres cofradías. «La Semana Santa de León tiene un componente religioso, pero otro lúdico. Tiene un atractivo especial para los leoneses y para quienes nos visitan».

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