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Eduardo Fernández, junto a sus títulos universitarios. César Sánchez
Eduardo Fernández, cuando política y estudio no están reñidos

Eduardo Fernández, cuando política y estudio no están reñidos

El diputado Eduardo Fernández, con tres titulaciones universitarias y otras tantas en curso, rompe una lanza a favor del buen hacer de las universidades y rechaza la «plaga nacional» de fraudes de algunos políticos

Ical

León

Viernes, 13 de abril 2018, 19:04

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Reivindica que no es «ninguna excepción» y que como él hay mucha gente que tiene su vida profesional hecha y a pesar de ello continúa estudiando para formarse, bien sea por satisfacción o por intentar mejorar laboralmente. Sin embargo, el caso de Eduardo Fernández, diputado del PP por la provinvia de León, resulta cuanto menos llamativo.

A su actividad política suma cada día muchas horas de estudio, y en su haber acumula tres carreras y un máster ya finalizados, además de los otros tres Grados que está cursando mientras prepara su Doctorado. Pese a ello, resta importancia a este hecho y reclama el reconocimiento que cree que merece la universidad española al tiempo que considera «erróneo» el hecho de que algunos políticos pretendan ganar respetabilidad hinchando sus logros académicos.

En medio del escándalo que se destapó hace unas semanas con el máster de la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, y que ha levantado las sospechas sobre otros políticos con curriculos presuntamente modificados, Eduardo Fernández reclama un rechazo unánime para lo que parece ser «una plaga nacional» porque «no puede ser que en el caso de unos sea una irregularidad y en otros casos sea un drama». Lamenta el «complejo» que tienen algunos políticos y que les lleva a pensar que «el título confiere prestigio o respetabilidad» aunque estima que «ni una cosa ni la otra».

Derecho

La vida universitaria de Eduardo Fernández arrancó con la Licenciatura de Derecho, que cursó en la Universidad de León (ULE), no sin ciertas «dudas» dada su atracción por la Historia. Luego decidió cursar también Ciencias Políticas, algo que ya hizo siendo director general en la Junta de Castilla y León, lo que le obligaba a viajar de Valladolid a Burgos tres tardes a la semana. «Nunca me eximieron de las clases, de los exámenes o los trabajos». Sin embargo, con su responsabilidad política, al ser nombrado delegado de la Junta en León, optó por seguir sus estudios a través de la Univesidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Algo similar le ocurrió con el Grado de Historia que comenzó a estudiar en la ULE, aunque sus ocupaciones le dificultaban presentarse a los exámenes. De hecho, recuerda un examen de Medieval que le coincidía con un acto en las Cortes. «No me lo cambiaron y me dijeron que yo no era un alumno cualquiera y que si me lo cambiaban se podía pensar que había un trato de favor, y me parece normal aunque me fastidió después de un año yendo a clase», explicó. Así que decidió pasarse también en este caso a la UNED, donde ya finalizó el que en ese caso se había convertido en Grado de Geografía e Historia.

Eduardo Fernández, junto alguno de sus títulos.
Eduardo Fernández, junto alguno de sus títulos. César Sánchez

Historia

Decidió también hacer un máster como «paso previo para poder hacer el Doctorado», y fue al término del trabajo de fin de máster cuando pidió su incorporación al programa de Doctorado en el que se está trabajando para concluir su tesis doctoral a finales de este curso. «He ido a clase, he hecho los trabajos y el trabajo de fin de Máster que Cifuentes no encuentra o que a otros se les ha perdonado», reclama. De hecho considera inexplicable lo ocurrido porque asegura guardar incluso los correos que ha ido intercambiando con los profesores.

«Las cosas que pasan en Madrid, a mí no me han pasado» y subraya que, frente a otras universidades que trasladan sensación de «laxitud» y de «haber disculpado a la gente», en las que ha desarrollado sus estudios «el profesorado es serio, la gente trabaja, los alumnos van a clase, se examinan y hacen trabajos» porque, de lo contrario, se traslada la idea de que a los políticos «se lo facilitan todo» además de que se pone en duda a la Universidad española.

Tres carreras más

Pese a este curriculo académico, Eduardo Fernández continúa estudiando, y en la actualidad cursa tres Grados más. El Grado de Español, Lengua y Literatura de la UBU, de forma online, que está previsto que finalice el próximo mes de mayo -y que está estudiando porque le instaron a mejorar sus conocimientos filológicos para la investigación de sus tesis en la que combina la teoría política con la historia y que requiere textos literarios de los siglos XVI y XVII-; en la UNED está cursando Historia del Arte dada la relación con la titulación de Historia que cursó hace años y que tanto le apasiona; y en la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) está haciendo el Grado en Economía que espera terminar el próximo año.

Este último Grado se decidió a cursarlo porque en su trabajo« todo conocimiento es bienvenido» y en este caso tiene la posibilidad de hacerlo también a distancia al disponer de un sistema en el que «todo queda registrado cuando lo mandas». El esfuerzo para cursar esta titulación está siendo grande, e incluso se vio obligado a asistir a clases particulares de matemáticas porque «la macroeconomía tiene un componente matemático muy alto» que está resultando especialmente costoso.

Tradición familiar

Eduardo Fernández presume de que en su casa «todo el mundo estudia mucho». De hecho, relata cómo su mujer también dispone de dos titulaciones y está haciendo también Antropología Social y Cultural en la UNED. «Estudiamos juntos» porque el estudio «supone muchas horas y quita muchas horas de ocio», relata. También su hermana, que es funcionaria, sigue cursando Máster y es doctora opr la Universidad Autónoma de Barcelona. «Hay una parte de tradición familiar que es importante para explicar esto», reconoce. «Cuando llegas a casa y le dices a tu mujer que te matriculas en la sexta titulación... tiene que entenderlo», bromea.

Hábito de estudio

Pero para mantener ese ritmo se hace fundamental tener, no solo un hábito de estudio, sino también de examen. «Todos los días miro algo de las titulaciones pendientes» y por eso, apunta a que además de ser «sistemático» hace falta ser «organizado», lo que en su caso se traduce en la repetición de las horas. En una sociedad en la que a la mayoría de la gente le faltan horas, Eduardo Fernández dice levantarse a las seis para estudiar durante dos horas y media, un tiempo que completa por las noches hasta estudiar entre tres y cuatro horas de media cada día, algo que durante los fines de semana puede situarse en torno a las seis o siete horas.

Aquí los desplazamientos juegan un papel importante, ya que las cuatro horas de viaje de Ponferrada a Madrid las suele ocupar en sumar horas de estudio, algo que si se produce en coche, permite escuchar las grabaciones de las clases, no demasiado concentrado, pero sí para poder ir adquiriendo algunos conceptos. «Además de oir el informativo del día en la radio, escucho la lección, ahora menos, aunque Historia se prestaba mucho para ello», explica.

El año próximo tiene previsto terminar los estudios que tiene en marcha y estima que en ese momento «ahí quedó todo» porque «no se trata de titulitis, de poner e hinchar, sino que hay un componente lúdico». Aunque el propio estudio es «un poco coñazo», aclara que lo divertido está en «saber y tener la culturilla que te permite ganar al Trivial», por lo que dice no recordar días a lo largo de su vida sin haber estudiado.

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