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La vicepresidenta del Consejo Local de la Juventud de Ponferrada, Marina Velasco, junto a lMaría del Mar González y Claudia González.

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La vicepresidenta del Consejo Local de la Juventud de Ponferrada, Marina Velasco, junto a lMaría del Mar González y Claudia González. César Sánchez

Un divino tesoro de 30 años

El Consejo Local de la Juventud de Ponferrada atiende a más de 4.000 personas en el año en el que alcanza la edad a la que la ley deja de considerar jóvenes a las personas

d. álvarez

Ponferrada

Domingo, 13 de enero 2019, 13:02

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El Consejo Local de la Juventud de Ponferrada celebra en este mes de enero el 30 aniversario de su constitución oficial como entidad informativa de referencia en materias como la formación, el empleo y el autoempleo o las actividades de ocio destinadas a los que aún no han cumplido tres décadas.

Con más de 4.000 jóvenes que hicieron uso de los servicios del centro a lo largo del año pasado, la responsable del Consejo, Claudia González, desmonta la idea de los 'millenials' como una generación desinteresada y llena de 'ninis'. «Yo creo que un joven de hoy en día es muy parecido a jóvenes de anteriores décadas, cuando entro en un aula sigo viendo los mismos miedos y las mismas inquietudes», explica.

Reconocido por la administración local como el interlocutor más válido para asuntos relacionados con la juventud, el Consejo agrupa bajo su manto a 20 entidades y asociaciones de la comarca. La institución, gestionada por jóvenes, complementa su actividad como punto de información con un programa anual de actividades gratuitas o a muy bajo coste con las que se pretende «crear un ocio alternativo y saludable». Entre los talleres celebrados en 2018, destacan algunos relacionados con disciplinas como la pintura mural, el teatro, el maquillaje, la novela gráfica o el audiovisual a través de internet.

«No somos una entidad formativa, nuestra finalidad es despertar inquietudes o permitir disfrutarlas», afirma González, que adelanta que en el mes de febrero se presentará el programa correspondiente a 2019, que se está acabando de elaborar. Si en 2015 fueron 814 los participantes en el conjunto de actividades programadas por el Consejo, en este pasado año esa cifra superó el millar de personas y se situó en 1.111 jóvenes, un 35 por ciento más que tres años antes. «Este crecimiento sostenido demuestra que el Consejo sigue siendo una entidad viva y necesaria», subrayó la responsable.

Empleo y formación

Según la ley de Castilla y León, se es joven desde los 14 a los 30 años, una edad ampliable hasta los 36 en materia de emancipación juvenil, es decir, en lo que afecta a empleo y vivienda. Estas personas disponen de un espacio en la ciudad para consultar ofertas de empleo en la comarca, procedentes del Ecyl, de la red Eures y de otras páginas webs de interés.

También pueden solicitar información y orientación sobre formación, tanto reglada como no reglada, aunque la misión del Consejo no es dar peces sino enseñar a pescar. «Nosotros facilitamos las herramientas para que ellos consigan la información. No se les busca la beca, sino que se les dice donde pueden encontrar la información», relata la responsable del Consejo.

Además, este año el organismo acogerá, por primera vez en su historia, a alumnos de prácticas de los ciclos formativos que se imparten en el Centro Integrado de Formación Profesional de Ponferrada, así como de la especialidad en enfermería familiar y comunitaria de la Gerencia del Área de Salud del Bierzo.

Más allá de las paredes del centro, también existe un programa para ir a centros educativos a impartir talleres de orientación sobre recursos de empleo en Ponferrada. En estas sesiones, los alumnos reciben un listado completo de bolsas de empleo, agencias de colocación y otros recursos que les ayudarán a encontrar trabajo. A lo largo de 2018 se llevaron a cabo siete talleres en los que participaron cerca de 200 alumnos, a los que se suman las más de 300 consultas presenciales sobre empleo registradas a lo largo del año.

Pensando en ellos, se diseñó el programa Acompaña, en el que se ofrece a los usuarios un itinerario personalizado de inserción socio-laboral, con ayuda para elaborar currículum vitae y seguimiento a través de correo electrónico. Además, desde el centro se recomienda a los usuarios que se inscriban en programas como el Sistema de Garantía Juvenil, que pretende reducir la tasa de desempleo en Europa a través de diferentes bonificaciones para las empresas que contraten a este tipo de población. Gracias a una subvención procedente de esta iniciativa, el Consejo pudo contratar por seis meses a la educadora social María del Mar González, que colabora con la plantilla en la elaboración de las diversas actividades.

'El enterao', la puerta de entrada

El «pilar fundamental» del Consejo de la Juventud es el punto de información juvenil (PIJ) 'El enterao', inaugurado en 1996 y que en la actualidad está abierto un total de 20 horas a la semana. Este espacio, al que pueden acudir los jóvenes para solicitar información sobre cualquier asunto de su interés, sirve de puerta de entrada a los servicios del centro. Desde allí, se elabora una ficha semanal de consulta, en la que se especifica el tipo de información que se demanda.

Tras la formación, el empleo y el ocio, en ese ránking figuran materias como los viajes, el asociacionismo y el voluntariado o las ayudas sociales. Además, González explica que en los últimos años han tenido que atender a padres preocupados por las adicciones de sus hijos, especialmente en lo relacionado con el juego 'online'. Las consultas atendidas por el PIJ se situaron en máximos históricos el año pasado, con un total de 3.460, frente a las poco más de 2.500 atendidas en 2015. «Llegar a 4.000 jóvenes en un año es una pasada. No creo que los jóvenes no tengan interés en las cosas, estos datos me dicen todo lo contrario», relata la encargada del Consejo.

'Instituteros' desamparados

Otro de los pilares maestros del funcionamiento de la entidad lo constituye la cesión gratuita de las instalaciones a las entidades que lo soliciten. «Los jóvenes necesitan espacios donde desarrollar sus inquietudes», remarca la responsable del centro, que subraya que el uso de estas aulas por parte de diferentes colectivos es una de las materias más demandadas. En ese sentido, González habla de una franja de edad, entre los 14 y los 17 años, a la que se refiere como 'instituteros' y a la que considera «muy desamparada por la administración». «Para las administraciones es más cómodo pensar que los jóvenes no tienen intereses, pero son los adultos del futuro y hay que fomentar sus intereses ocultos», considera.

El aspecto financiero, como es costumbre, constituye un obstáculo a la hora de diseñar las actividades del Consejo. «Nuestra mayor fuente de financiación es un convenio anual con el Ayuntamiento, con el que se cubren los gastos corrientes y de funcionamiento», explica González. El acceso a otras líneas de subvenciones es lo que permite a la institución contratar a otros trabajadores, como es el caso de María del Mar, contratada gracias a las ayudas del Sistema de Garantía Juvenil. «Obviamente, con más dinero se podrían hacer más cosas, pero yo creo que los datos nos avalan», defiende la responsable del organismo.

Los aprietos económicos se acentuaron con la llegada de la crisis, que provocó que el Consejo tuviera que batallar por su propia supervivencia, una situación a la que se suma el retraso en las firmas de los convenios municipales con las asociaciones en los últimos dos ejercicios, lo que ha obligado a la institución a adelantar el dinero para las actividades. «Los puestos de responsabilidad en la comisión permanente de la entidad no están remunerados, los ocupa gente que está implicada», resume González, que pone de ejemplo de la situación a la vicepresidenta, Marina Velasco, una estudiante que aprovecha su tiempo libre para mejorar la vida de sus compañeros de generación.

La progresión ascendente del número de usuarios no es el único motivo de orgullo para los responsables del funcionamiento del Consejo, que celebran haber convertido a la entidad en un referente para algunos centros educativos de la ciudad en materia de educación afectiva y sexual. Al respecto, González, que se ha encargado personalmente de impartir talleres sobre este ámbito en varios institutos de la capital berciana, destaca que en los últimos años se han normalizado las cuestiones relativas a las diferentes orientaciones de género, aunque se ha hecho más visible el problema que existe con la normalización, por parte de las generaciones jóvenes, de las situaciones de control en el ámbito de la pareja. «Para nosotros es muy importante que nos sigan llamando cada año porque consideran que nuestro enfoque es correcto», defiende la responsable del Consejo.

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