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Lastres, la hermosa evolución de un pueblo ballenero

Lastres, la hermosa evolución de un pueblo ballenero

Considerada una de las villas más bonitas del litoral asturiano, la pesca es y ha sido durante siglos el sustento principal de su economía

Álvaro Romero

Jueves, 16 de agosto 2018, 10:09

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El bonito pueblo de Lastres ocupa una pequeña parte del litoral asturiano, a orillas del Mar Cantábrico, en el concejo de Colunga. Ubicado en uno de los entornos naturales más impresionantes del norte peninsular desafía a la gravedad colgado de un acantilado frente al mar, a los pies de la Sierra del Sueve.

Villa de ambiente agradable, gente hospitalaria y una gastronomía para chuparse los dedos, nació como pequeño núcleo pesquero cuyos habitantes se dedicaban especialmente a la caza de ballenas. De ellas se aprovechaba todo, desde la grasa hasta los huesos y fueron pieza clave para el desarrollo del municipio. Hoy en día también vive de la pesca que, junto al turismo sustentan la base económica de la zona.

De origen romano el pueblo comenzó a poblarse en torno al siglo XIII con el fin de explotar todos los recursos del mar. Aunque su mayor esplendor llegaría en los siglos XVI y XVII, cuando la actividad ballenera reportaba grandes beneficios. A raíz de ahí el núcleo urbano comenzó a crecer y desarrollarse. Ahora pertenece a la red de Los Pueblos Más Bonitos de España y fue declarado Bien de Interés Cultural.

Esencia marinera

Lastres ha sabido mantener a lo largo de su historia la esencia marinera que hoy en día le caracteriza, todo en este lugar gira en torno a las frías aguas del Cantábrico. Unas aguas que restallan contra los imponentes acantilados y a su vez bañan las bonitas playas de la comarca. Se puede contemplar el día a día del pescador, la llegada del pescado fresco a puerto, la reparación de aparejos, el bullicio de la lonja y el revolotear de gaviotas que esperan algún resto olvidado para llenar sus estómagos.

El casco histórico conserva a la perfección el rico patrimonio que aparece entre las empinadas calles de la villa. Desde la parte alta, La Altaya, se aprecian unas vistas impresionantes tanto del pueblo como de todo el paraje que le rodea, tiempo atrás las familias de pescadores hacían allí su vida diaria vigilando posibles bancos pesqueros. Existen varios miradores para contemplar toda esa belleza que regala la costa asturiana, entre ellos destaca el Mirador de San Roque.

En el barrio de Los Balleneros se pueden observar la arquitectura tradicional, casas típicas que siglos atrás fueron el embrión del Lastres, núcleo primitivo que originó el pueblo. La Calle Real es una de las principales y también de las más bellas pues se encuentra escoltada por casonas y empedrados palacios. La Torre del Reloj se levanta junto a ella, siendo uno de los edificios más representativos de la localidad.

Tradición gastronómica

Si por algo se caracteriza Asturias es por su exquisita gastronomía, valor común en toda la provincia. En Lastres prima la calidad y frescura de los productos, sobre todo aquellos que brinda el mar, es habitual encontrar pescados del día en sus restaurantes. A ellos se suman guisos típicos como el pote o la fabada y exquisitas carnes cocinadas a la brasa o en forma de cachopo, uno de los platos más solicitados por los turistas.

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