Arturo Silvano González, dedicación y amor a su trabajo
Recuerden la fecha de principios de 2020, comienza la pandemia….y Arturo por su salud decide jubilarse tras trabajar durante 73 años.
Arturo Silvano González nació en Valencia de Don Juan en 1935, donde cursó sus estudios básicos en plena posguerra, simultaneándolos, como tantos de su generación, con el trabajo en el campo y otras tareas con el fin de colaborar en el mantenimiento de la economía familiar. La afición lectora, que ha mantenido durante toda su vida, y sus dotes para el cálculo, las mediciones, la geografía y la caligrafía le convirtieron en el candidato adecuado para cubrir, con catorce años, una plaza de aprendiz en el entonces floreciente distrito hipotecario de Valencia de Don Juan, Registro de la Propiedad, en donde fue adquiriendo saber y experiencia de la mano de diversos registradores.
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Su historia:
Imagínense en plena posguerra civil y sitúense en Valencia de Don Juan. Un niño con 7 años va a la escuela y «trabaja» para ayudar en casa a sus padres, que sobrevivieron a la terrible guerra civil. Un maestro que aprecia las capacidades del niño le propone darle «clases de refuerzo» después de la escuela. Su madre no puede pagarlas y el maestro decide hacerlo de forma gratuita. Arturo, que es el nombre del niño, prefiere ayudar en casa, y es cuando oye por primera vez, «aguanta, hijo y aprovecha los estudios».
Imagínense con 12 años a Arturo y sitúense en La Felguera, Asturias. Un asturiano que aprecia la capacidad de trabajo, se lleva al niño a una sidrería para aprender el oficio de escanciador. Arturo se siente lejos, pero es su primer sueldo y quiere enviarlo a casa,…. «aguanta» se dice así mismo.
Tras volver a su querida Valencia de Don Juan, consigue un pequeño empleo de «muchacho» en el Registro de la Propiedad, comenzó a ganar 300 pesetas. Su hermano trabajaba en la Herrería y ganaba casi seis veces más…., imagínense a Arturo, quería aportar a la casa tanto como su hermano y consiguió un puesto en el «martillo pilón», pero su madre le dijo: «aguanta hijo en el Registro».
Arturo, que es el nombre del niño, prefiere ayudar en casa, y es cuando oye por primera vez, «aguanta, hijo y aprovecha los estudios».
Arturo aprendió el oficio trabajando largas jornadas, abandona Valencia de Don Juan, por la capital de provincia, León, tras el Registrador que le pide que le acompañe.
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Imagínense el León de 1953, a principio del éxodo hacia las ciudades. Arturo se acomoda gracias a la ayuda que en aquellos tiempos era muy común, llamar a la puerta de un pariente, amigo y pedir alojamiento. Tras los años del servicio militar, aquel Registrador que le había guardado su puesto, le acoge de nuevo y vuelven las largas jornadas de trabajo, de constancia, de compañerismo, de ayudar a aquel que se encuentra a su camino, de no dar importancia a las dificultades diarias, de una forma de trabajar que solo conoce la generación de Arturo.
Imagínense finales de los 60. Una muchacha joven, comienza a trabajar unas horas en el Registro. Arturo aparta la mirada de los «libros registrales» y se fija en la sonriente Carmen. Tras paseos por Ordoño, alguna sesión doble de cine, y bailes , inician su camino juntos.
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Durante muchos años, fue el guía en las clases Universitarias de «Práctica Registral», para todos aquellos alumnos que cursaban derecho en la Facultad de León, aunque no sólo para ellos, sino para todos los empleados del Registro de la Propiedad y Mercantil de León, que necesitaban formación para mejorar día a día sus conocimientos.
Una Wikippedia abierta a cualquiera que necesite información, así le define uno de sus nietos.
Imagínense enero 2020, después de superar un cáncer de estómago en 2001, la familia de Arturo está esperando su salida de quirófano por una operación a «corazón abierto». Su sonriente Carmen, sus seis hijos (varios heredaron el oficio de los «Libros Registrales»), sus nietos, hermanos, etc… Sólo piensan, «aguanta Papá….»
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Hasta pocos días antes, Arturo había ido a trabajar a su querido Registro de León, después de 68 años y 18 días contribuyendo a la Seguridad Social y más de 70, totales, habiendo compartido trabajo con numerosos compañeros y Registradores, seguía siendo feliz con su vida.
Wikippedia abierta a cualquiera que necesite información, así le define uno de sus nietos.
Los nietos de arturo
Tras un mes de recuperación, Arturo quiere volver a trabajar, menos horas, pero quiere volver a su vida. Sin embargo, recuerden la fecha de principios de 2020, comienza la pandemia….y Arturo por su salud decide jubilarse tras trabajar durante 73 años.
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La generación de Arturo sufrió la posguerra, largas jornadas de trabajo, no disfrutaban muchas de las comodidades que hoy tenemos, tuvieron hijos sin pensar que les podrían ofrecer más que su cariño y «lo que hubiera en casa», se ocuparon de sus mayores.
Muchos de esa generación han sido víctimas de pésimas situaciones y ahora el pésimo mal que nos ha tocado…, de la soledad, de la tristeza, tantísimos nos han dejado.
Hoy, Arturo sabe que la suerte le ha seguido acompañando y se acuerda más que nunca de lo que le decía su madre, «aguanta hijo».
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Imagínense diciembre 2020. La familia de Arturo no nos juntaremos estas Navidades, a pesar que tenemos mucho que celebrar….tiempo, dedicación, risas, amor, nada que no nos haya faltado, pero que es momento de estirar más. Pero, más que nunca, ahora toca «aguantar»…. Un poquito más.
Para ti, Papá extraordinario, luchador y campeón de todas las ligas de la vida.
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