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Santi Vila, exconsejero de Empresa de la Generalitat catalana. J.J. Guillén (Efe)
Santi Vila: «Nadie en Cataluña se podrá sentir orgulloso de esta última legislatura»

Santi Vila: «Nadie en Cataluña se podrá sentir orgulloso de esta última legislatura»

El exconsejero de Empresa, que dimitió del Gobierno de la Generalitat antes de la declaración de independencia, sostiene que todo estuvo «absolutamente distorsionado por la extrema izquierda»

Lunes, 13 de noviembre 2017, 23:01

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No tendrá apenas papel en la campaña para las elecciones catalanas del 21 de diciembre aunque a él le habría gustado encabezar la candidatura del PDeCAT para virar el rumbo del partido, pero el exconsejero de Empresa de la Generalitat catalana, Santi Vila, no se resigna al silencio. Este lunes, durante un coloquio organizado en Madrid por el Club Siglo XXI -y en el que compartió mesa con el exministro Josep Piqué, la portavoz del PSC en el Congreso, Meritxell Batet, el de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, y el catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras-, se mostró muy crítico con los acontecimientos de los últimos meses. “Esta será una legislatura de la que nadie en Cataluña se podrá sentir orgulloso –dijo-; ha estado absolutamente distorsionada por la extrema izquierda”.

Vila abandonó la Generalitat ‘motu proprio’ el 26 de octubre, un día antes de que las fuerzas secesionistas declararan la independencia en el Parlament (“de manera simbólica” según alegó ante el Tribunal Supremo su presidenta, Carme Forcadell). Lo hizo una vez quedó claro que Carles Puigdemont desechaba de manera definitiva convocar unas elecciones y apostaba por la vía unilateral. Luego, como el resto de exmiembros del Gobierno destituidos por Mariano Rajoy, tuvo que declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Llarena pero a diferencia de ellos sólo tuvo que pasar en prisión una noche. Después fue puesto en libertad previo pago de una fianza.

En el coloquio, Vila expresó su rechazo no solo al encarcelamiento del exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras, y otros ocho exconsejeros, sino a la mera apertura de una vía penal contra los impulsores de la ruptura que ignoraron la Carta Magna y desobedecieron al Constitucional. Sin embargo, también defendió que el problema que se vive en Cataluña tiene solución y dio a entender que la tiene sin independencia. “Si nos hubieran preguntado hace diez años si España había resuelto el desafió de la modernidad, la respuesta en cualquier lugar de Españ, habría sido ‘rotundamente sí’ –admitió-. Ahora el desafío de la modernidad ha tropezado con la pluralidad. Nos debemos preguntar cómo hemos llegado hasta aquí pero yo no creo que estemos ante una fatalidad que se impone cada dos o tres generaciones”.

“Tendrían que salir otras muchas voces como la de Santi Vila (en el independentismo)”, alegó la socialista Meritxell Batet. Su pronóstico para el futuro inmediato de Cataluña no es en absoluto optimista. El PSC apuesta por intentar formar un gobierno transversal, es decir, nada de un frente ‘constitucionalista’ como piden PP y Ciudadanos. El problema, según admiten en el propio partido, es que como condición ‘sine quanon’ para cualquier paco exigirán que se aparque el proceso soberanista y a día de hoy parece difícil imaginar un escenario en el que ERC, encabezada por Junqueras, o Junts pel Cataluña, la lista del PDeCAT que liderará Puigdemont, hagan semejante renuncia.

Girauta dejó claro que la apuesta de los socialistas le desagrada. Sin embargo, también dio a entender que confía en que Ciudadanos saque réditos políticos de ella. “Cuando el adversario se equivoca, mejor dejarlo”, dijo tras reprochar que Miquel Iceta haya incorporado a su candidatura al exdirigente de Unió Ramón Espalader, que fue consejero del Interior de la Generalitat en el 9-N.

Más conciliador se mostró el exministro de Aznar y ex líder del PP catalán, Josep Piqué, que tampoco se ahorró la autocritica. “No hemos explicado suficientemente bien el proyecto político de España como proyecto atractivo para Cataluña y para el conjunto de los españoles; cuando determinadas batallas no se dan, lo lógico es que se pierdan”, dijo. En todo caso, su análisis de por qué la tensión ha ido creciendo en los últimos años no exculpa a los socialistas. De hecho, recordó el ‘pacto del Tinell’ suscrito por el PSC de Pasqual Maragall, la ERC de Carod Rovira y la ICV de Joan Saura en 2003 para formar gobierno y en el que se incluyó una cláusula que prohibía expresamente cualquier entendimiento con el PP. Y argumentó que el empeño en impulsar una reforma del estatuto de autonomía “que nadie pedía” contra una” buena parte de la sociedad catalana y la mitad de la española” no fue precisamente enriquecedor.

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