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Las bases de Podemos avalan el liderazgo de Iglesias y Montero en la consulta del chalet

Casi siete de cada diez inscritos respalda su continuidad, pero uno de cada tres reclama que dejen el escaño y sus cargos en el partido

Domingo, 27 de mayo 2018

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«Mi obligación es seguir al frente de Podemos». Pablo Iglesias e Irene Montero continuarán a los mandos del partido tras obtener, sin sorpresas, el aval de la militancia, aunque con un voto de castigo significativo. Las bases moradas respaldaron con un 68,42% de los votos a favor la continuidad de ambos como secretario general y portavoz parlamentaria. La participación batió el récord de las consultas, ya que superó en 30.000 votantes a la de la Asamblea de Vistalegre II.

Hasta 128.300 votantes apoyaron su continuidad frente a los 59.224 participantes (31,58%) que consideraron que debían irse por la compra del chalet de 600.000 euros en la sierra de Madrid. Esa es, a juicio de los disconformes, razón suficiente para que dejen sus actas de diputado y dimitan como máximo responsable del partido y de la portavocía parlamentaria. En blanco han votado 652 personas (0,35%), según reveló ayer el secretario de Organización, Pablo Echenique. Un anuncio anticipado porque la dirección de Podemos tenía previsto dar los datos hoy después de la reunión de la ejecutiva.

La consulta, que ambos promovieron hace una semana por la polémica abierta tras la adquisición de su vivienda, finalizó a mediodía de ayer y contó con la mayor participación en un procedimiento interno. Iglesias ya avanzó el pasado miércoles que Montero y él también enfilarían la puerta de salida si la participación no alcanzaba un nivel mínimo. En aquel momento, la dirección de Podemos ya sabía con los primeros datos de la votación que la consulta virtual sería un éxito.

Otras votaciones:

  • Consulta del chalet (mayo 2018). 188.176 votos registrados. 38,5% del censo.

  • Vistalegre II (febrero 2017). 155.000 votos registrados. 33% del censo.

  • Investidura de Pedro Sánchez (abril 2016). 149.000 votos registrados. 38% del censo.

  • Pacto Podemos-IU (mayo 2016). 144.000 votos registrados. 35% del censo.

  • Vistalegre I (octubre 2014). 112.000 votos registrados. 54% del censo.

  • Elección de secretario general (noviembre 2014). 7.000 votos registrados. 43% del censo.

«Una afluencia baja -dijo- sería un fracaso y nos obligaría a dimitir y una participación alta sería un éxito, independientemente de si los inscritos nos dicen que sigamos o que renunciemos». Aunque no fijó el porcentaje para medir qué era alto y qué era bajo, el líder de Podemos puso como condición que la participación fuese similar a la de Vistalegre II, donde fue ratificado como secretario general frente al entonces número dos, Iñigo Errejón.

La demanda del líder la han satisfecho con creces los militantes. En total, 188.176 inscritos dijeron sí a su continuidad, por encima de los 155.000 inscritos que participaron en Vistalegre II. Será un éxito de participación, pero no de apoyo al secretario general. En esta ocasión el 68% ha dado su respaldo, pero en la asamblea de hace año y medio fue de casi el 90%, es decir algo más de 21 puntos menos.

Toma nota

En un mensaje en Facebook, Iglesias quiso agradecer la movilización y el apoyo recibido, pero al mismo tiempo dijo «tomar nota» de los votos negativos. «Mi obligación es representar dignamente tanto al 70% que me apoya como al 30% que querría otro secretario general», recalcó. Uno de cada tres inscritos se mostró en desacuerdo con la adquisición del chalet con sus más de 250 metros cuadrados levantados en una parcela de 2.000 con piscina y casa de invitados. «Hemos respondido -añadió- dando la cara y asumiendo la rendición de cuentas permanente como mecanismo democrático».

Con el apoyo de la militancia intacto, Iglesias espera acallar las críticas internas por la compra de la vivienda. La noticia saltó a principios de la pasada semana y se dispararon todas las alarmas domésticas y abonaron los reproches externos. Solo los más afines, Echenique o Juan Carlos Monedero, defendieron la decisión. La mayoría de los 'pablistas' optó por el silencio, al igual que los 'errejonistas'. Los anticapitalistas, en particular el alcalde de Cádiz, José María González, 'Kichi', no dudaron en reprochar su comportamiento. «Hay que vivir como gente corriente para poder representarla», escribió el regidor gaditano.

La polémica surgió además en un momento delicado para Podemos, que acababa de superar las crisis por las primarias en Madrid y la supuesta conspiración de Carolina Bescansa para acabar con el liderago de Iglesias.

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