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Guardia Civil
Los demonios de Simón, el hombre más buscado

Los demonios de Simón, el hombre más buscado

El 'rambo' de Cantabria trabajó como encofrador en una empresa de Santander y como camarero en un bar de Logroño Luciano José Simón García, 'El Rizos', tiene repulsión por la Guardia Civil, que considera al fugitivo de Turieno un hombre extremadamente peligroso

NACHO GONZÁLEZ UCELAY

SANTANDER.

Jueves, 19 de julio 2018, 07:47

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Luciano José Simón, Ciano en Turieno, Simón en Potes, el 'rambo' de Cantabria en España, se echó el miércoles a la montaña tras liarse a tiros con sus demonios -así define él a la Guardia Civil- y darle un portazo a la vida serena del pueblo que le vio nacer mientras J.F. Kennedy se asomaba al televisor recién proclamado presidente de Estados Unidos.

Último de los cinco vástagos de un sólido matrimonio formado por dos buenos vecinos, Cesáreo y Crucita, él de Armaño, ella de Turieno, el fugitivo vio la luz en el año 1960 en la localidad natal de su madre, donde compartió juegos de infancia con el resto de sus hermanos, tres chicos y una chica ya en el umbral de la jubilación con los que hoy tiene un trato dispar.

Poco ha trascendido de su niñez y prácticamente nada de su juventud. Si acaso que cruzó la década de los ochenta embarcado en la droga, el mal que se llevó por delante a la generación de la Movida, la suya, y que se adentró en los años novena en los brazos de una chica con la que mantuvo una relación sentimental finiquitada y de la que nació una niña que hoy, ya una mujer, no le dirige la palabra.

Tiene una hija con la que no trata fruto de una relación ya finiquitada

Con una gran habilidad para ganar el pan suyo de cada día, Ciano, de quien sus vecinos ensalzan su inteligencia («le ha dado esquinazo a treinta guardias civiles», recuerdan), se marchó del pueblo años después. Nadie sabe muy bien a dónde se fue. «Educado, correcto, predispuesto y siempre hecho un pincel», el fugitivo, a quien las autoridades consideran sin embargo un hombre «extremadamente peligroso», también era un poco tacaño con la palabra y, dentro de todo, muy suyo. Por eso, cada uno ubica su vida en una tierra diferente.

Y es posible que ninguno se equivoque. O que no lo haga del todo. Porque, que se sepa, Luciano José pasó por Santander, por Logroño y por Valladolid.

Encofrador y camarero

Durante su estancia en Santander trabajó como encofrador en la empresa 'Edificaciones Slowbro', con la que no terminó muy bien y no por culpa suya.

Despedido en diciembre de 2008, Ciano demandó a la sociedad ante el Juzgado de lo Social Número 5, que en abril de 2009 le dio la razón declarando nulo su despido y condenando a la empresa a indemnizarle con 970 euros que sólo él sabe si llegó a cobrar porque el empresario se declaró insolvente.

Y durante su estancia en Logroño ejerció como camarero. Lo hizo una buena temporada en el bar de uno de sus hermanos, un ex policía nacional destinado en la capital riojana que tras abandonar su puesto como funcionario decidió abrir un establecimiento hostelero no muy lejos de la Comisaría en la que había prestado servicio. Allí, en el 'Carambola', actualmente cerrado, el prófugo también era llamado Simón.

Cuenta con antecedentes por robo con violencia, lesiones, narcotráfico y atentado a la autoridad

De su paso por Valladolid hay únicamente un rastro que no es menor; una sanción emitida en el año 2011 por la Subdelegación del Gobierno contra José Luciano Simón Gómez por una infracción administrativa que interesa al artículo 23.a de la Ley Orgánica 1/1992 de Seguridad Ciudadana.

Dice así: 'La fabricación, reparación, almacenamiento, comercio, adquisición o enajenación, tenencia o utilización de armas prohibidas o de explosivos no catalogados; de armas reglamentarias o explosivos catalogados careciendo de la documentación o autorización re- queridos o excediéndose de los límites permitidos, cuando tales conductas no sean constitutivas de una infracción penal'.

Antecedentes

A su relación ilegal con las armas, Ciano, que volvió a casa hace aproximadamente seis años, en 2012, ha ido sumando a lo largo de su vida otros episodios al margen de la ley que no son en absoluto desconocidos entre el vecindario.

A saber, el hombre más buscado por la Guardia Civil de Cantabria, que nunca ha pisado una prisión, tiene antecedentes policiales por robo con violencia, por lesiones, por narcotráfico y por atentado a agente de la autoridad.

Estos dos últimos van de la mano. Cuentan los vecinos más parlanchines que Ciano 'trapicheaba' con droga, marihuana fundamentalmente, y que hubo un tiempo en el que su casa era parada y posta casi diaria de consumidores de toda la comarca. Y que eso, claro, le causaba problemas con la Guardia Civil, a la que se encaraba frecuentemente sin importarle las consecuencias.

«Les tenía cruzados», aseguran. Y por lo visto este martes aún es así. Porque a la llegada de dos agentes se lió a tiros y a la llegada de cien se echó al monte dejando atrás (o adelante, eso aún se desconoce) un pueblo en el que nunca encontró un modo de subsistencia legal. Porque le llamaron y no se presentó, o porque se presentó y no le llamaron, Ciano, cuyo nombre aparece en las listas de su ayuntamiento como aspirante a uno de los trabajos temporales que cada año ofrecen las Corporaciones Locales a vecinos desempleados, nunca consiguió hacerse con uno.

De ahí que hiciera vida en casa, de ahí que bajara andando a Potes, de ahí que apenas gastara un euro y de ahí que cuando lo necesitaba, Ciano, Simón, el 'rambo' cántabro, se enciscara en asuntos de drogas mientras resolvía con su familia sus asuntos de herencias.

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