La dirección de Podemos cierra filas con Iglesias por la destitución de Pascual

La deficiente gestión de Pascual ha motivado la perdida de confianza del secretario general, han dicho uno por uno los hasta ayer compañeros de ejecutiva de Pascual. Según ha manifestado Bescansa, ha habido problemas que eran evitables, que se podían haber gestionado de una manera mejor y que se han gestionado de una manera incorrecta.

El único dirigente que aún no se ha posicionado al respecto es Íñigo Errejón. Al igual que con Iglesias, al número dos del partido le une una estrecha amistad con Pascual. El único gesto de Errejón ha sido el de retuitear en su cuenta de esta red social un mensaje del dirigente cesado en el que Pascual reacciona a su destitución.

Quien sí ha ofrecido un apoyo explícito a Pascual es Emilio Delgado, el exsecretario de Organización de Podemos en la Comunidad de Madrid que dimitió la semana pasada junto a otros diez dirigentes territoriales. Delgado no sólo ha salido en defensa de la gestión de Pascual sino que ha acusado a otros -en lo que parece una clara referencia a Iglesias- de cometer los errores que a él se le achacan. Sergio Pascual, todo mi apoyo y gratitud por un trabajo descomunal, muy triste que pagues tú por la irresponsabilidad de otros. Mucho", ha señalado Delgado también a través de Twitter.

Seis crisis territoriales

Aunque Pascual no formó en los inicios de Podemos parte del núcleo duro que aupó a Iglesias a la Secretaría General sí había ganado poder a lo largo de los últimos meses junto a otros dirigentes como Irene Montero o Rafael Mayoral. Sergio Pascual se había convertido también en una de las caras y voces conocidas en las tertulias políticas, intervenciones a las que desde sus inicios Podemos ha dado una especial relevancia de cara a llegar al electorado.

Sin embargo, las continuas crisis territoriales que ha vivido el partido han acabado por hacerle perder la confianza de su jefe de filas. Desde que los militantes eligieron por primarias a las organizaciones territoriales hasta cinco comunidades han tenido que ser intervenidas desde Madrid para destituir a sus líderes o bien por la dimisión de los mismos. Se trata de Galicia, Cantabria, La Rioja, País Vasco y Cataluña. Pero la gota que ha colmado el vaso de Iglesias ha sido la guerra civil en la Comunidad de Madrid, una región también al borde de ser intervenida.

La pasada semana hasta diez dirigentes de esta organización territorial presentaron su dimisión entre duras críticas al secretario general, Luis Alegre, quien es una de las personas de mayor confianza de Iglesias en el partido. La diferencia de esta crisis con la de otras autonomías es que en esta ocasión la guerra se ha producido entre el denominado sector oficialista en el que se agrupan los dirigentes fieles al líder nacional. El conflicto en Madrid incluso ha llevado a reflejar una batalla por el poder entre unos cargos fieles a Iglesias y otros a Íñigo Errejón. Es esta supuesta guerra entre el número uno y el dos del partido ha terminado por cobrarse la cabeza del secretario de Organización.

Luis Alegre no se plantea dimitir

El secretario general de Podemos Madrid, Luis Alegre, ha asegurado que no se plantea "nada" que no sea "seguir trabajando" en conseguir los objetivos políticos de la formación y ha indicado que se siente respaldado por el Consejo Ciudadano de la formación en Madrid.

Así lo ha manifestado durante su intervención durante un receso del Consejo Ciudadano de Podemos en la Comunidad de Madrid y tras ser preguntado por los medios de comunicación sobre si se planteaba asumir responsabilidades, como su dimisión, tras la dimisión de 10 miembros de este órgano críticos con su gestión al frente de la formación.

Alegre ha asegurado que en Podemos ha habido "problemas" o "dificultades" fundamentalmente "organizativas" que no responden a discrepancias políticas y que se van a resolver sin "ningún conflicto". "Es el momento de sacar el trabajo adelante", ha aseverado Alegre para incidir en que "realmente preocupa a los ciudadanos es el drama social y moral" en la Comunidad de Madrid.

"No es el momento de seguir mirándonos al ombligo. Hay una situación política extremadamente compleja con un nivel de voracidad y desfachatez en la corrupción que es absolutamente intolerable en Madrid, solo comparable al del PP de Valencia", ha remarcado a los medios de comunicación.