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Primer avión de 1915 de Peugeot
La aventura de los aviones Peugeot que truncaron los nazis

La aventura de los aviones Peugeot que truncaron los nazis

La relación entre Peugeot y la Fuerza Aérea francesa comenzó de manera improvisada en 1905, con la compra por parte de la compañía Santos-Dumont de un motor de dos cilindros para equipar sus aeronaves

S. M.

Madrid

Sábado, 14 de noviembre 2020, 01:14

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Al comienzo de Peugeot, Armand Peugeot le pidió a su amigo Fréderic Rossel que lo ayudara en la construcción de automóviles. Poco después, la relación entre la marca del León y la Fuerza Aérea francesa comenzó de manera improvisada, con la compra por parte de la compañía Santos-Dumont de un motor de dos cilindros para equipar sus aeronaves, un motor que se colocó en la parte delantera del dirigible que en el mismo año hizo pruebas en la playa de Deauville (Francia).

Y de estas dos experiencias, en 1909, cuando la fábrica de automóviles de Rossel atravesaba dificultades económicas, él y Peugeot decidieron fundar la «Société Anonyme des constructions aériennes Rossel-Peugeot». Desafortunadamente, esta actividad tuvo problemas para despegar y solo se construyeron tres prototipos, entre ellos, un avión monoplaza con una envergadura de 10,20 metros, 9,30 metros de largo, una superficie de carga de 20 m2 y un peso de 350 kg, incluido el motor Gnôme et Rhône de 50 CV. La joven compañía también estudió y construyó algunos motores estelares de 7 cilindros y uno de 4 cilindros en línea con válvulas en cabeza y refrigeración por agua. Este motor se llamó Aviatick.

Motor dirigible de 1905
Motor dirigible de 1905

Mientras tanto, en las fábricas de Issy-les-Moulineux, cerca de París, se estudiaron nuevos motores Peugeot para aviación siguiendo las enseñanzas de Ernest Henry, el ingeniero que había diseñado el motor del L76 con el que Peugeot había ganado Indianápolis y otras carreras importantes. Henry, para Peugeot, diseñó el motor de avión L112 con la misma arquitectura: un V8 de 200 CV que fue construido por Peugeot en 1.014 unidades para equipar los bombarderos Voisin. De hecho, las Fuerzas Armadas francesas necesitaban cada vez más armamentos para cubrir las necesidades de la Primera Guerra Mundial, y la Casa del León participó con sus fábricas parisinas, construyendo los motores Hispano-Suiza (200 y 300 CV) bajo licencia de 1916 y los Bugattis de 1918. Construyó 8.060 ejemplares.

En 1921, las Fuerzas Armadas volvieron a pedir a Peugeot que participara en la licitación por un motor de gran cilindrada de al menos 600 CV. Y pese a la no adjudicación del pedido, Peugeot siguió interesándose por la aviación y en julio de 1934, con su Compagnie Lilloise des Moteurs (CLM), probó un motor diésel de dos tiempos con cilindros opuestos con licencia de Junkers. Pero su importante pedido industrial se constituyó el 14 de septiembre de 1935: se firmó un contrato entre Peugeot e Hispano-Suiza para la construcción en los talleres de Garenne (Francia) de motores aeronáuticos de gasolina que requerían 2.700 componentes de alta precisión. En julio de 1936, se presentó al mercado este motor. Sin embargo, tras realizar 56 motores, en abril de 1938 terminó la experiencia con Hispano-Suiza.

Finalmente, con la invasión de Francia por parte de Alemania, las Fuerzas Armadas pidieron a Peugeot que construyera motores tipo Gnôme et Rhône Mars y, a partir de 1940, también fabricara 250 trenes de aterrizaje y 125 fuselajes. Desafortunadamente, la Werhrmarcht alemana ocupó las fábricas de Peugeot en Sochaux y, obviamente, se impidió la realización de las órdenes militares. Los invasores tomaron plantas y materiales, así como componentes terminados en stock. Y así, con este capítulo finaliza definitivamente la experiencia de Peugeot en el sector de la aviación, centrando la atención en el desarrollo de las cuatro ruedas.

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