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Patxi Fernández

Viernes, 31 de marzo 2023, 04:32

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Un total de 149 ciudades españolas, las de más de 50.000 habitantes son las afectadas por la obligatoriedad de contar este año con las denominadas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Una medida que repercute de lleno en la circulación de por lo menos 3,7 millones de coches (más del 30% del parque) sin distintivo medioambiental, que ruedan por sus calles, tres de cada diez coches. Aunque la cifra podría ser incluso mayor, debido a los vehículos censados en otros municipios más pequeños, pero que en algún momento tienen la necesidad de acceder a alguna de las ciudades reguladas.

Así lo estiman desde el Círculo Neutral in Motion (NIM), que engloba a las principales asociaciones de automoción y vehículos de España. Desde esta organización señalan que a cierre de 2022, la edad media de los automóviles es de 13,9 años, según datos de Ideauto.

La Comunidad Autónoma con el parque móvil más joven de España es Madrid con 11,4 años de media, hecho relacionado probablemente con ser la ciudad donde más vehículos nuevos y electrificados se venden. Está seguida de Cataluña (13,4) y de la Comunidad Valenciana (13,6). En el extremo opuesto se encuentran Melilla (17,3), Ceuta (16,3) y Canarias (15).

Según un informe de Ideauto para Anfac, el 47% de los vehículos que circularon por las carreteras españolas en 2022 tiene más de 15 años de antigüedad. Esta cifra se eleva hasta el 63% en los coches de más de 10 años. Además, el 62% del parque circulante (sin incluir las motocicletas) es etiqueta B o no tiene etiqueta y esos vehículos representan el 90% de las emisiones. Muy lejos de la media europea, con 12 años de antigüedad.

La demanda de coches nuevos, congelada

Según Ignacio García Rojí, portavoz de Sumauto - Autocasión, el encarecimiento de la vida ha provocado que los españoles se lo piensen dos veces antes de comprar un coche y se mantengan a la expectativa. «Asistimos a una demanda congelada que no permite aligerar los coches más antiguos de nuestras carreteras y deja en una situación muy comprometida a nuestro parque móvil, que, con 13,9 años de media, se posiciona como uno de los más viejos, contaminantes e inseguros de Europa».

Se abre así, según Rojí «un escenario de coches inmovilizados que, mientras no haya planes que incentiven el achatarramiento, se quedarán aparcados ocupando espacio en la ciudad, ya que, aunque no tengan etiquetas ambientales, sí podrán seguir obteniendo la tarjeta de residente para aparcar en zona verde».

Según el portavoz de Sumauto «nos encaminamos hacia una movilidad discriminatoria 'a dos energías' en la que se restringe la circulación a una parte de la población con menos recursos y, por un lado, con ciudades grandes con vehículos electrificados para poder circular sin inconvenientes y, por otro, pequeñas urbes y zonas rurales con vehículos contaminantes e inseguros».

Para abordar este problema la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones ha presentado una propuesta para las ZBE, articulada en torno a 11 medidas que tienen como objetivo contar con un modelo «coordinado» y que contribuya a que los ciudadanos cuenten con distintas opciones de movilidad, sin ir en ningún momento «en contra de los vehículos».

Retirar los vehículos más contaminantes

Según el director general de Anfac, José López-Tafall «las ZBE pueden contribuir a mejorar la calidad del aire y reducir el impacto sobre el cambio climático». Pero la aplicación práctica del modelo diseñado, en el Real Decreto por el Ministerio para la Transición Ecológico depende de la decisión de cada municipio. «Nuestra propuesta pretende ser una aportación más a esa decisión, mostrando un modelo claro de mejora de la calidad del aire pero, también, compatible con el vehículo limpio y el derecho de los ciudadanos a elegir libremente cómo desean moverse», aclara López-Tafall.

Sin embargo, una de las medidas propuestas consiste en restringir la circulación por las mencionadas ZBE a los vehículos más contaminantes. En concreto proponen la restricción de acceso a los vehículos sin etiqueta en un plazo de dos años, y a los vehículos con distintivo medioambiental B «pasados cuatro después de la publicación de la ordenanza de movilidad que regule las ZBE». Una medida que en cualquier caso se podría adoptar teniendo en cuenta las particularidades de cada una de las ciudades afectadas.

Para Anfac las etiquetas son «la herramienta más eficaz para categorizar el parque en función de su nivel de emisiones y fomentar para la compra de vehículos de Etiquetas Eco y Cero, impulsado así la renovación del parque».

La patronal automovilística también plantea la necesidad de que las ZBE cuenten con la planificación y desarrollo de un mapa de infraestructura de recarga de acceso público.

En lo que se refiere a los taxis o los VTC, y teniendo en cuenta la cantidad de kilómetros que realizan sin ofrecer un servicio, consideran que se debe incentivar el rejuvenecimiento de la flota y contar con vehículos de cero emisiones o, al menos, que tengan el etiquetado C.

La misma idea sirve para las opciones de 'car sharing', las flotas de transporte público o los coches oficiales. Se propone «un modelo ejemplarizante» y que sean los primeros en dar el salto a la renovación acelerada a vehículos con etiquetado Cero y ECO.

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Por su parte, los vehículos de mercancías, entre los que se dan los mayores porcentajes de antigüedad y de emisiones, desde Anfac se ha instado a poner el foco en sus flujos de operaciones y a implantar un calendario progresivo para su correspondiente etiquetado ECO.

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