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La sequía pone en pelirgo especies fluviales de Castilla y León, especialmente en la alta montaña

La sequía pone en pelirgo especies fluviales de Castilla y León, especialmente en la alta montaña

El naturalista Fernando Jubete constata que «con caudales mínimos, el efecto de la polución es cada vez mayor»

ical

Domingo, 5 de noviembre 2017, 13:36

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Los pantanos, ríos y lagos de Castilla y León son un espejo de la sequía que azota a la península ibérica y que tiene una especial incidencia en cuencas como la del Duero, con consecuencias negativas medioambientales que generan daños graves en los ecosistemas fluviales de la Comunidad. Así lo explicó el naturalista palentino Fernando Jubete quien en declaraciones a Ical recalcó que estos efectos cobran una relevancia especial en las zonas de alta montaña.

La sequía en los arroyos y torrenteras de alta montaña, de producirse, podrían provocar alteraciones o, incluso, la desaparición de algunas de estas especies de alto valor ecológico y ambiental que necesitan de requerimientos muy estrictos para desarrollar su ciclo vital. “Si en un arroyo de montaña hay sequía total se podrían extinguir poblaciones enteras en periodos muy cortos”, apuntó.

Prosiguió además que la subida de la temperatura en estas aguas de alta montaña genera la aparición de otras especies de hongos y bacterias en la misma, con la consiguiente generación de enfermedades, ya que “se pueden encontrar las condiciones favorables para que todo esto se genere”.

Las consecuencias de la sequía también podrían ser perceptibles en los cursos medios y bajos de los ríos castellanos y leones, en lo que la polución tendría un mayor efecto. “Con estos caudales mínimos, el efecto de la polución es cada vez mayor porque con el mismo nivel de vertidos y menos agua hay más concentración”, comentó Jubete.

Todo ello, y llegado el momento, podría generar un colapso en el ciclo del agua y provocar mortalidades masivas y la aparición de enfermedades en el agua. “Las comunidades piscícolas están sufriendo mucho”.

Humedales

En lo que se a los humedales de Castilla y León se refiere, la sequía tiene unas consecuencias menos negativas de lo que a priori podría parecer, dado su carácter de humedales mediterráneos y esteparios. “No es algo muy frecuente pero no es la primera vez que sucede. Las especies vegetales y animales tienen sistemas alternativos para superar estos problemas”.

Por el momento, la laguna de la Nava está viviendo la llegada de una de sus especies habituales, el ánsar común, aunque “están llegando pocos porque en Europa no ha hecho frío y muchos siguen en el norte del continente y hasta que no llegue el frío no bajarán”.

Precisamente, las especies avícolas llevan tiempos sufriendo cambios en los periodos migratorias, lo que evidencia que el cambio climático “es un hecho constatable”. Un proceso que, a juicio del naturalista palentino, es difícil de frenar porque “no está de la mano de una persona, todo esto necesita de esfuerzos comunes a nivel global y que casi ningún país quiere asumir por los intereses económicos”, concluye.

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