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El Sector de Sanidad de la UGT-SP de León «rechaza frontalmente las declaraciones del Gerente de Atención Primaria de León en prensa local el pasado domingo», en las que exponía que, según su criterio, «los cánones ideales de atención del personal médico de Atención Primaria están en 40-45 pacientes al día, en el marco del plan Hadas en el que personal administrativo asumirá tareas burocráticas que hasta ahora realizaban los facultativos de Atención Primaria».
Denuncian que no se ha puesto en marcha ni «formación ni los nuevos contratos para personal administrativo» y critican las declaraciones de José Pedro Fernández, gerente de Atención Primaria de León.
«Parece evidente que el Gerente desconoce una de las reivindicaciones más antiguas de los médicos de familia españoles: un máximo de 28-30 pacientes al día, con al menos 10-12 minutos por persona. Es un objetivo modesto comparado con los 30 minutos de atención médica de los que disfrutan por ley los pacientes suecos, pero todas las organizaciones profesionales indican esos 10-12 minutos como el tiempo imprescindible para una asistencia con un mínimo de calidad», denuncian desde la organización sindical.
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Desde UGT afirman que saben que «atender los problemas de salud de las personas no puede hacerse con el mismo criterio de velocidad y uniformidad que podría servir para una churrería. La población no puede ni debe ser atendida por profesionales exhaustos, sino por médicas y médicos que trabajen en un canon de respeto y atención personalizada al paciente».
«Mantener el ritmo que al Gerente le parece ideal, y que es la tónica desde hace meses en las consultas de Atención Primaria, sólo conseguirá aumentar el agotamiento laboral de una plantilla mermada y castigada, que terminará huyendo a otras regiones o países, como ya lo han hecho los más jóvenes. Y lo que es peor, pone en riesgo la salud de la ciudadanía», apuntan.
«Defender esos ritmos de trabajo frente a la sociedad no hace más que enfrentar a población y personal sanitario, cuando el problema de la demora y las listas de espera no depende de los profesionales sino de los gestores, que ya lo han convertido en una dificultad estructural (precariedad, bajo presupuesto, condiciones laborables mejorables...). Ya es tiempo de cuidar a quien nos cuida», sentencia.
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