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Una camarera atiende en una terraza de la calle Ancha de León capital.

Los hosteleros buscarán profesionalizar a 29.000 camareros, que 'sufren' un 92% de temporalidad

Los bares y restaurantes de León quieren avanzar en la mejora de la atención al cliente a la par que desde los sindicatos hacen un llamamiento a cumplir el convenio colectivo que haga de este empleo un trabajo más atractivo y estable

N. Brandón

León

Sábado, 28 de septiembre 2019, 17:42

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Con una industria a la baja y un sector servicios que aumenta su número de ocupados año tras año, León plantea en este área de la economía un panorama de luces y sombras. Y es que, a pesar de contar con 31.648 asalariados en los servicios de restauración, la tasa de contratación más alta con un 39,78% en 2018 según el Observatorio de las Ocupaciones del Sepe (Servicio Público de Empleo Estatal), estos trabajadores viven una temporalidad del 93%.

De todos los grupos ocupacionales, es el único que no ha parado de crecer en volumen de contratación, aunque según el propio Sepe, este empleo se caracteriza la estacionalidad, la temporalidad y la parcialidad de la jornada, que en 2018 se situaba siete puntos por encima de la que tenía en el 2011.

En concreto, la provincia registraba durante el pasado año un total de 29.082 camareros asalariados, un 20% del total de contratos firmados, siendo una de las profesiones más demandadas. Con estas cifras, parece contradictorio que los bares y restaurantes sufran un déficit de profesionales a la par que es sencillo encontrar ofertas de trabajo como camarero o ayudante de cocina.

«Profesionalizar» el gremio

«Falta mucha gente, porque realmente no hay muchos camareros que se dediquen al oficio». Así lo apunta Martín Méndez, presidente de la Asociación de hostelería de León, que habla de avanzar en la profesionalización de los camareros para poder atajar la temporalidad. «Los propios clientes nos quejamos de esa falta de profesionalidad. Es verdad que no la hay, porque se toma este trabajo como una cosa pasajera», puntualiza el propio Martín.

Por su parte, Óscar Cueto, secretario de la Federación de hostelería de UGT dirige los motivos por otros cauces. «La gente se marcha buscando trabajos más estables. La temporalidad es muy alta porque se incumplen muchas veces los convenios colectivos». Y es que según apunta Cueto, quitando grandes cadenas hoteleras, sólo habrá un 10% entre bares y restaurantes que cumplan las condiciones pactadas en el marco laboral. «Por ejemplo, el convenio marca dos días de descanso continuado y al final sólo se descansa un día». Con esto, a finales de año, trabajadores y patronalles se sentarán a la mesa para negociar el nuevo convenio que caduca en diciembre.

Horas extra, jornadas partidas o incumplimientos de contrato que según señalan desde UGT contribuyen a hacer del trabajo de camarero un empleo poco atractivo: «Generalmente se trabajan más horas de las que se firma y no se pagan, ahora con el control horario esperemos que no ocurra tanto».

En cifras

  • 29.082 camareros asalariados en León.

  • 1.740 vienen de fuera de la provincia.

  • 2.469 se van.

  • 31.684 asalariados en los servicios de restauración.

  • 2.286 contratos indefinidos.

  • 29.398 temporales

  • 63,37% de los contratos temporales son inferiores a siete días.

  • 20,79% duran entre diete días y tres meses.

  • 4,84% supera los tres meses.

Para atajar este trabajo poco estable, Martín Méndez avanza que desde la Asociación de hostelería pondrán en marcha cursos de formación para trabajadores de sala y de barra. «Pero lo primero tiene que haber es ganas, porque por mucho que pongas herramientas, si no hay ganas… hay mucho estudiante, gente que no es del oficio y que le gustaría trabajar en otra cosa, cuando realmente este es un oficio con vocación para aguantar el trabajo de cara al público».

Hablando de la ciudad de León, Méndez diferencia dos grupos. Los bares que están en la zona turística, «donde hay mucha temporalidad porque hay épocas buenas y malas, aunque se está estabilizando con el turismo, y luego la zona de los barrios, donde hay pequeños autónomos que no tiene casi gente contratada». A esto se suma el cambio de afluencia en los bares entre semana y los fines de semana, cuando se recurre a personal extra para reforzar la plantilla. Al margen de los datos, el propio Martín Méndez cree que «al mirar el casco antiguo, aunque los bares tengan parte de empleados flotantes, las plantillas básicas son constantes».

«Los hosteleros también debería profesionalizarse»

Además, cree que se debería dignificar la profesión «ya que no hay muchas salidas y en León vivimos del turismo. Así mejoraríamos la percepción del cliente sobre nuestra ciudad», continúa explicando Martín, para quien ser camarero «no es sólo poner cañas, hay que leer la situación del bar, saber cómo tratar a la gente, tener educación… aparte de ser profesional y saber recoger una mesa». De forma paralela, Óscar Cueto, representante de los trabajadores del sector en UGT, cree que «esa falta de profesionalidad también viene dada porque hay mucha gente joven que no ve el futuro en la hostelería porque no hay una estabilidad económica ni profesional». Además, considera que esa profesionalización también debería ser aplicada entre los propios hosteleros que muchas veces «desconocen el negocio y comprometen la viabilidadeconómica y con ello la estabilidad de los trabajadores, porque no saben hacer frente, por ejemplo, a la feroz competencia del tapeo».

En lo que sí coinciden las dos partes es en que «faltan profesionales» y a los camareros buenos «se los rifan». Para unos, se trata de falta de oficio y para otros son las condiciones laborales de los camareros las que «no animan a quedarse». Mientras tanto, los 7,6 bares que le corresponden a cada mil leoneses, seguirán subiendo la trapa a la vez que cuelgan el cartel de 'se necesita camarero'.

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