El día que el «seso» se coló en la Catedral y el baloncesto solucionó el foro u oferta

Fiel a la cita, la corporación municipal partía de San Marcelo con las 50 nobles, las 50 plebeyas y su sotadera. Un carro engalanado portaba la ofrenda u obligación del pueblo de León para con su Catedral.

Las 100 doncellas bailaron en el interior del claustro, en muestra de júbilo por su liberación del nefasto tributo y dieron los productos de la tierra a la figura de la Virgen Blanca, en muestra de reconocimiento por su intercesión en la Batalla de Clavijo, hace más de 700 años.

Muchas caras nuevas entre el síndico, tras la toma de posesión de la nueva corporación municipal, y donde hubo representación de todos los partidos del Consistorio. Su portavoz, Vicente Canuria, tuvo que vérselas con la 'Froilana' y compaña, que repicaron durante su primera intervención en la que recordó los orígenes de esta fiesta y cómo el pueblo de León viene «libre y voluntariamente» a ofrecer su gratitud a Nuestra Señora del Foro y la Oferta.

Por sexta ocasión, y dando voz al cabildo catedralicio, el administrador de la Catedral de León, don Mario, quien también sufrió los sones de la torre norte, recordó el duro pago de una ciudad de 7.000 habitantes y cuatro parroquias donde se debían entregar a 100 doncellas, que eran entrenadas por una sotadora «en lo que yo llamo 'seso', nada de artes amatorias, eran para el 'seso'», insistió el clérigo. El responsable de la Pulchra espetó a su rival en el debate que «libre, igual usted puede venir, pero voluntariamente no. La obligación es un dios que no admite ateos».

Canuria optó por hacer balance de sus predecesores y recordó a figuras como Amilivia, Cardo, Chamorro, Evelia Fernández, Cayón o Torres, y destacó la figura «del síndico duro José María Rodríguez de Francisco», para señalar que su experiencia era menor a la de su contrincante, experto en esta batalla. Eso sí, le señaló a las actas que defienden el foro del pueblo de León, a las que tildó de «'fake news' del Medievo leonés» ya que la historia es «una colección de mentiras bellamente encuadernada». Sin embargo, la memoria le falló al edil cuando intentó recordar una frase en latín de Guillermo de Ockham. Y sobre ello cargó el administrador de la Catedral: «Como la novia y los malos amigos, la memoria nos abandona cuando la necesitamos», aseguró despertando las carcajadas de los asistentes.

El último turno sirvió el plato fuerte de las Cantaderas. «No doy nunca una bola por perdida y lo sigo intentando», afirmó el síndico, a la par que, ahora sí, parafraseaba al filósofo de forma correcta. Vicente Canuria sacó dos regalos para el cabildo: un balón de baloncesto y una canasta, y solicitó a su rival un partido, un dos para dos, a quien invitó al alcalde de León a su equipo y al vicedeán Primo en el de don Mario. Esta podía ser la forma de finiquitar el eterno debate. «Sabe que mi objetivo es que el baloncesto recupere la máxima categoría en León y le propongo un partido. Para no abusar, le puedo ceder al pivot Fernando Salguero, al alero Pedro Llamas o a la alero Gemma Villarroel», bromeó con la estatura de sus compañeros de corporación. No recogió el guante el representante del cabildo, quien solicitó que el síndico cumpliera con sus promesas o, al menos, hiciera el Camino de Santiago «y en la soledad reflexione, y entenderá que vienen obligatoriamente».

Finalmente, ambos pidieron que se levantar acta de lo ocurrido esta mañana y de cómo el regimiento de León cumplía con su foro o con su oferta y celebraba así el fin del nefasto tributo de las 100 doncellas.