La Consolación de María y la Crucifixión presiden el Museo de Verano de Semana Santa

Este mediodía ha quedado inaugurado el Museo de Verano de la Semana Santa que desde hace más de veinte años (la primera edición tuvo lugar en 1997) vienen organizando las Cofradías Centenarias de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, y del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.

Al acto han asistido el Abad de Angustias, Miguel Angel Gil, y el Abad del Dulce Nombre, Juan Carlos Morán, acompañados de miembros de sus respectivas Juntas de Seises, así como de numerosos hermanos de ambas Cofradías.

Desde hoy y hasta el día 24 de agosto, en horario de lunes a viernes de 11 a 14 y de 18 a 21 horas, en la Capilla de Santa Nonia se podrán admirar dos de los pasos más emblemáticos y que cuentan con mayor admiración entre los hermanos: la «Consolación de María» de Angustias y Soledad y la «Crucifixión» del Dulce Nombre.

La imagen de Consolación de María, realizada en 2018 por el escultor sevillano Juan Manuel Miñarro, y sustituye a la anterior realizada por José Ajenjo en 1996. Se trata de una talla completa, a tamaño real, que representa a la Mater Dolorosa en posición de genuflexión. El trono sobre el que aparece representada la imagen, fue adquirido en 2004 a la Real Hermandad de la Oración en el Huerto de la localidad cordobesa de Cabra, procediéndose posteriormente a la adecuación del mismo en el taller del ebanista Jesús A. Fernández.

Por lo que respecta a La Crucifixión, la imagen procede de los talleres levantinos de imágenes cristianas y data del año 1908, representando a Cristo vivo en la Cruz, dirigiendo una última súplica al Padre. En 1990 se encargan al escultor madrileño Fautino Sanz, las efigies de San Juan, La Virgen y María Magadalena. El trono está realizado en cuero repujado, labrado y policromado con motivos ornamentales entre los años 1994 y 1995 por el hermano Melchor Gutiérrez San Martín.

Con la apertura de este Museo de Verano de la Semana Santa la capilla de Santa Nonia, punto de encuentro para la mayor parte de los papones leoneses, vuelve a convertirse en uno de los referentes culturales y turísticos de la ciudad de León durante estos meses estivales.

Se trata de una magnífica oportunidad de revivir momentos y sentimientos fraguados durante la pasada Semana Santa.