Cáritas constata la cronificación de la pobreza en León, con 4.000 leoneses empujados al amparo de la solidaridad

A las puertas de cumplir una década inmersos en una crisis económica, la pobreza en León se hace crónica. Así lo constatan desde Cáritas Diocesana de León, que este jueves ha puesto voz a la cara más dura de esta provincia, en la que 1.705 familias se vieron obligados a solicitar auxilio durante el 2015.

3.988 personas que se beneficiaron del servicio de acogida y atención primaria de esta institución y que representa un descenso interanual superior al 14% y del 30% respecto al 2013, año en el que el organismo registró su pico de usuarios.

Un descenso que contrasta con el incremento del 11% de las atenciones prestadas y que, según señaló la directora de Cáritas, Beatriz Gallego, refleja la cronificación de la pobreza en la provincia. El número de usuarios desciende pero cada vez es más dura. Es un hecho palpable porque los usuarios tienen que venir en numerosas ocasiones.

Asimismo, en los últimos años se ha constatado el crecimiento de los españoles que viven al amparo de la solidaridad de Cáritas, representado ya el 56% de las familias, siendo en su mayoría personas que carecen de formación (84%).

Las principales necesidades atendidas, al igual que en los últimos años, están relacionadas con el apoyo personal y viviendas: alquileres, electricidad o gas, junto con alimentación, salud y educación.

Precisamente y en lo relativo a las ayudas de alimentos, el número de familias atendidas en el Economato social se elevó hasta las 191, con 707 personas beneficiadas. Un servicio que busca cubrir la creciente demanda de alimentos y productos de primera necesidad, ofreciendo una ayuda lo más normalizada posible.

En materia de formación y empleo, la institución atendió a 1.345 personas, de las 155 se beneficiaron de talleres laborales, logrando una inserción del 30%. Un programa que Cáritas prevé incrementar con la apertura en los próximos meses del primer centro de formación.

Durante el 2015, Cáritas prestó servicio a 250 personas sin hogar, 297 en los albergues de La Robla y Cistierna, hizo entrega a través de su ropero a cerca de 60.000 prendas a 1.303 familias e intervino 975 ocasiones a 124 personas en su servicio de atención a toxicomanías.

La casa de acogida de mujeres dio cobijo a 14 mujeres y cinco niños, el programa de penitenciario atendió a 493 personas y 90 jóvenes han participado en el programa de acompañamiento de mayores. Por su parte, la actividad de las Cáritas parroquiales prestó atención a 1.979 familias.