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Momento del curso de chapuzas domésticas.
La libertad empieza en el hogar

La libertad empieza en el hogar

La Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan ofrece un curso de notable éxito para mujeres inmigrantes, en el que éstas aprenden a resolver las chapuzas domésticas más habituales

nacho barrio

Sábado, 16 de abril 2016, 12:21

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Alexandra observa. La tarea parece fácil pero, como todo, necesita maña. Y también algo de paciencia. Joaquín explica, con el 3 en 1 en la mano, como hacer que esa maldita puerta deje de hacer ese sonido inconfundible. Es el turno de la venezolana. Con algunos nervios pero más arrojo, toma el bote y procede. Es un pequeño gesto, pero ya sabe la libertad que da el saber hacer las cosas por uno mismo.

Desde arreglar el pomo de una puerta, a procurar que ésta no chirríe. Estas y otras muchas chapuzas caseras se aprenden en la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan. Pero lejos de ser un cursillo corriente, se trata de clases que otorgan grandes dosis de independencia para unas alumnas muy especiales. Dirigido a mujeres inmigrantes, un buen grupo de jóvenes y mayores no falta un día a las clases, en las que Joaquín, con paciencia y mucho cariño, enseña las claves para salir de cualquier aprieto en lo que a pequeños apaños se refiere. Esto va de saber desenvolverse un poco en casa, de chapuzas que nadie nos va a hacer y con las que nos quitamos el miedo de trabajar con las manos", comenta satisfecho.

Con la participación económica fundamental de la Dirección General de Migraciones del Ministerio de Empleo y de la Unión Europea, la Fundación ofrece un espacio en el que perder los miedos, pasar un buen rato y aprender. No importa la nacionalidad cuando se tienen ganas de saber un poco más. "Tienen interés, que es lo principal, por lo que se lanzan a ello y estoy satisfecho con ellas. De momento en las primeras clases no tienen dudas, pero poco a poco te van preguntando cómo se hace esto o aquello", concede mientras las alumnas se toman un descanso.

Si el saber cómo arreglar pequeños desperfectos es un gran paso en la independencia de las mujeres inmigrantes, también es una satisfacción el poder ahorrar unos euros en pequeñas chapuzas domésticas, como se llama el curso. Dos semanas para saber salir de los problemas cotidianos del hogar y la experiencia, según sus participantes, no puede ser mejor. "He aprendido a destapar cañerías y a hacer otras chapuzas, el curso me está pareciendo chévere", comenta Alexandra. No es su primer curso, ya que anteriormente se animó con la cocina española, prometiendo para otra ocasión lo de lanzarse con la paella.

Nunca es fácil emprender la vida en un país nuevo, pero se antoja más sencillo cuando una recibe ayuda y comprensión. Hoy arreglan un enchufe, pero dan un paso en su independencia que recordarán siempre. Mientras, Alexandra observa... y aprende.

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