1.239 sanitarios han dado positivo por covid en León, la mayoría enfermeros, auxiliares sanitarios y médicos

La pandemia ha tenido en los sanitarios a uno de los principales colectivos afectados. Tanto que el efecto del número de personal afectado como las bajas por agotamiento físico o emocional han obligado a agotar por completo las denominadas 'bolsas de empleo'.

Personal que llevaba en lista de espera años ha sido requerido a lo largo de los últimos meses para suplementar una plantilla que se ha visto muy castigada por el coronavirus SARS-CoV-2 pese al enorme esfuerzo realizado.

En el caso de la provincia de León y en base a los datos facilitados por Sanidad de las más de 8.000 pruebas realizadas (sobre los 9.154 sanitarios que forman el plantel) para detectar la enfermedad un total de 1.239 dieron positivo.

La mayoría de estos positivos se concentró en el colectivo de los enfermeros (400 desde el inicio de la pandemia), auxiliares sanitarios (263 hasta la fecha) y médicos (222 se vieron afectados por la enfermedad en León)

Los celadores (98), administrativos (75) y el personal en formación (53) fueron, al mismo tiempo, los subgrupos más afectados por la enfermedad.

En la actualidad, y según la propia consejería, 319 sanitarios se encuentran aún en seguimiento por esta patología y 920 han recibido el alta médica tras superar la enfermedad.

Los propios sanitarios han reconocido que el mayor 'desgaste' producido hasta la fecha no solo tiene que ver con el aspecto físico sino con el aspecto mental y su mayor temor se concentra hoy en la posibilidad «de una cuarta ola» a la que el personal sanitario de Sacyl en la provincia llegaría «muy al límite de nuestras fuerzas».

Los datos recogidos por Sanidad dejan en León hoy uno de los mejores registros en lo que respecta al número de ingresos. En la provincia la ocupación de camas de hospitalización por covid apenas supera ya el 2%, lo que acerca estos registros a una situación de 'relativa normalidad'.

De ahí que desde todos los sectores de la Sanidad se incida en la necesidad de contener los contactos con el fin de evitar una 'cuarta ola' y favorecer el efecto de una vacunación que, siendo determinante, por el momento avanza de forma mucho más lenta de lo previsto.