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Marine Le Pen y Gérald Darmanin.
Un debate demasiado a la derecha

Un debate demasiado a la derecha

El ministro de Interior francés sorprende al reivindicarse más «duro» que la ultraderechista Marine Le Pen en un encuentro preelectoral

beatriz juez

París

Viernes, 12 de febrero 2021, 22:15

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Casi cuatro años después de su desastroso debate de 2017 frente al entonces candidato a la presidencia francesa Emmanuel Macron, Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Reagrupación Nacional (RN), volvió el jueves a una confrontación electoral, en esta ocasión en el arranque de la larga campaña de las presidenciales del país vecino, que tendrán lugar en 2022. Debatió con el ministro de Interior, Gérald Darmanin, y el resultado fue sorprendente. Ambos exhibieron más acercamientos que diferencias, para alarma de un macronismo que piensa en un perfil menos situado a la derecha y, sobre todo, en que su deber no es hablar con el RN sino combatir su ideario.

El duelo televisivo mostró las coincidencias ideológicas entre Le Pen y Darmanin, quien, con su política de mano dura contra el islamismo radical y la inseguridad ciudadana, encarna el giro a la derecha de Macron. El ministro sorprendió a los franceses al asegurar que la líder de la extrema derecha no era lo suficientemente radical. «Señora Le Pen, en la estrategia de desdemonización (de su partido) llega a ser blanda. Hace falta que tome más vitaminas, usted no es lo suficientemente dura», le dijo Darmanin.

Por su parte, la dirigente del RN aludió a un libro publicado por su oponente, 'Separatismo islamista', para asegurar que «podría haberlo firmado yo misma»; una frase con la que insinuó que sus postulados son similares a los de su rival y que, a la vez, abrió la puerta a que cualquier crítico con Macron pueda equiparar las ideas de un ministro de peso en su gabinete con las de la ultraderecha.

Marine Le Pen

  • Similitudes. «He leído su libro 'Separatismo islamista'y podría haberlo firmado yo misma»

Le Pen quiso aprovechar el debate para parecer más presidenciable ante los votantes franceses, mientras que Darmanin sacó músculo del lado derecho y presumió de mano dura contra el islamismo radical. «Tenemos la sensación de que ustedes dicen y piensan lo mismo», opinó al final el moderador Thomas Sotto.

La confrontación obligó a una reacción rápida del Gobierno. Mientras el ministro de Interior considera blanda a Le Pen, el portavoz del Ejecutivo, Gabriel Attal, puntualizó ayer que la líder ultraderechista es «peligrosa» para Francia. «Navega sobre los miedos, navega sobre las angustias, navega sobre los problemas que vive nuestro país y, por tanto, no tiene ganas de que respondamos a esos problemas», dijo n una entrevista. Attal era miembro del partido socialista antes de unirse a La República en Marcha, el partido de Macron.

Sin apellido

Queda por ver ahora si el debate tiene alguna repercusión a nivel de base en un momento singular de la política gala, con las encuestas soplando a favor del RN. Según estas, su líder obtendría entre el 26% y 27% de los votos en una primera vuelta si los comicios se celebrasen hoy y Macron lograría entre el 23% y 24%.

Gérald Darmanin

  • Debilidad. «Señora Le Pen, tome más vitaminas; en la estrategia de desdemonización de su partido llega a ser blanda»

Le Pen, que ha anunciado oficialmente su candidatura a las elecciones de 2022, lanzó hace unos días la plataforma participativa 'M, l'avenir' (M, el futuro, en español) para que todos los ciudadanos puedan «aportar su piedra al edificio de la Francia de mañana». La plataforma «está destinada a todos los franceses comprometidos con la defensa de la nación, su identidad y su soberanía». Curiosamente utiliza solo la M de Marine. Ni rastro del apellido Le Pen ni del nombre del partido, que a muchos franceses todavía asustan.

Durante estos años, Marine Le Pen ha tratado de «desdemonizar» el RN ante la opinión pública para transformarlo en un partido de gobierno. Para ello, echó a su padre y a los miembros más radicales. Las presidenciales de 2022 pueden ser su última oportunidad para llegar al Palacio del Elíseo tras las dos derrotas anteriores. Si encaja una tercera, probablemente deberá dejar paso a las nuevas generaciones.

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