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La ministra británica de Interior, Amber Rudd. REUTERS
La caída de la ministra de Interior hiere a May

La caída de la ministra de Interior hiere a May

Amber Rudd, liberal y cosmopolita, dimite por sus incongruencias sobre la persecución de inmigrantes

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal. Londres

Lunes, 30 de abril 2018

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La ministra británica de Interior, Amber Rudd, ha dimitido como consecuencia de sus contradicciones sobre su conocimiento de que el Gobierno había establecido cuotas de expulsión de inmigrantes ilegales. La ministra tenía que hacer una declaración el lunes en el Parlamento tras negar en los últimos días que conociese la existencia de ese objetivo.

El origen de la crisis en su Ministerio fue la revelación de que se estaba emitiendo órdenes de deportación a inmigrantes de la Commonwealth, especialmente procedentes de las antiguas colonias en las islas caribeñas, que residen legalmente en Reino Unido desde hace décadas. El episodio fue calificado como una vergüenza nacional incluso por medios generalmente hostiles a la inmigración.

Rudd es víctima de las filtraciones desde su Ministero al diario 'The Guardian' de cartas y documentos que contradicen sus manifestaciones públicas de desconocimiento. Ante la imposibilidad de mantener la coherencia en la sesión de la Cámara de los Comunes, la ministra más asociada con la jefa de Gobierno ha decidido dimitir.

La ya corregida crueldad funcionarial de las órdenes de deportación a residentes legales que no podían mostrar documentos que probasen su residencia en décadas precedentes está asociada al fomento de una atmósfera de «hostilidad ambiental» contra la inmigración ilegal cuando Theresa May era ministra de Interior, antes de convertirse en primera ministra, tras el referéndum europeo de 2016.

Víctima improbable

Rudd no ha mostrado control de los detalles de su cartera ministerial, pero su defensa en los últimos días estaba lastrada por su empeño en proteger a May, que la ascendió a una de las grandes responsabilidades de Estado con la experiencia anterior de haber liderado el modesto Ministerio del Cambio Climático durante un año. En el revuelto Partido Conservador se aireaba su nombre como una futura líder.

La caída de Rudd es paradójica. Nacida en Londres en una familia vinculada al negocio de intermediación financiera, pertenece al ala adinerada, liberal y cosmopolita de su partido, que no hace bandera del malestar contra una excesiva inmigración. Estuvo casada con una figura singular y brillante de la literatura y del periodismo, A. A. Gill, célebre crítico gastronómico de The Sunday Times antes de su fallecimiento, en 2017.

Rudd participó con convicción en la campaña por la permanencia en la UE y ha aireado opiniones en favor de reducir el 'Brexit' a su mínima expresión incluso en estos días crisis en su Ministerio. Su marcha puede crear una nueva vulnerabilidad en torno a May, en un momento en el que se acerca la hora de la verdad en las decisiones sobre la futura relación de Reino Unido con la Unión Europea.

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