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Una columna de humo sale de la acería Azovstal de Mariúpol. REUTERS
La resistencia en la acería Azovstal de Mariúpol podría acercarse a sus últimos estertores

La resistencia en la acería Azovstal de Mariúpol podría acercarse a sus últimos estertores

El alcalde de la ciudad asegura que, contra la planta siderúrgica, «están disparando con artillería pesada, tanques, aviones y hasta desde los navíos rusos que se han aproximado»

rafael m. mañueco

Corresponsal. Moscú

Miércoles, 4 de mayo 2022, 20:48

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El portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksandr Motuzyanyk, declaró este miércoles durante una rueda de prensa que los combatientes de las unidades del Ejército ucraniano que defienden la acería Azovstal de Mariúpol «siguen bloqueados en el interior de la planta (…) hemos perdido la conexión con ellos». Según sus palabras, tras las evacuaciones de civiles de los últimos días, «ha habido múltiples intentos de asalto. Los ataques de artillería, con cohetes y bombas no cesan (…) no hay conexión con nuestras unidades».

De la situación en Azovstal habló este miércoles también el alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko, quien aseguró ante las cámaras de televisión en otro lugar de Ucrania, ya que de su ciudad salió hace días, que «nuestros chicos defienden esta fortaleza, pero está siendo muy difícil. Aseguró que, contra la planta siderúrgica, «están disparando con artillería pesada, tanques, aviones y hasta desde los navíos rusos que se han aproximado». «Desgraciadamente están teniendo lugar «violentos combates», añadió Boichenko.

Los últimos soldados ucranianos que resisten en la acería se protegen en los sótanos, un complejo laberinto en donde quedarían todavía también «cientos de civiles y niños, hay más de 30» sin evacuar, según el alcalde. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, desmintió este miércoles que esté en curso un asalto a la acería. «La orden fue dada -el pasado 21 de abril- públicamente por el comandante en jefe –Vladímir Putin- de cancelar cualquier asalto. No hay ningún asalto ahora mismo», puntualizó Peskov, que sí admitió que Azovstal está completamente cercada.

El portavoz presidencial explicó que las fuerzas rusas que rodean la planta «intervienen solamente para evitar que los combatientes ucranianos creen posiciones de tiro». Pero a juzgar por las informaciones facilitadas por las autoridades ucranianas, tales ataques deben estar siendo demoledores. Además, un portavoz de las tropas rusas sostuvo el martes que el batallón nacionalista ucraniano Azov, considerado «nazi» en Rusia, aprovechó la reciente tregua destinada a evacuar civiles para «instalar posiciones de fuego en el exterior de la factoría». Por su parte, Sviatoslav Palamar, subcomandante del batallón Azov, dijo el martes que «fuimos bombardeados toda la noche (...) dos mujeres murieron y ahora hay un asalto contra Azovstal».

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, dijo este miércoles que las tropas rusas han puesto bajo su control todo Mariúpol y «ya se establece allí una vida normal y pacífica». Refiriéndose a Azovstal, señaló que, al haberse negado a deponer las armas, «lo que queda del Ejército ucraniano dentro del perímetro de la planta, se encuentra ahora bloqueado de forma segura». El titular de Defensa ruso recordó que los defensores de Azovstal «se han negado a deponer las armas».

El pasado día 21 de abril, Putin y Shoigu aparecieron juntos en un vídeo televisivo para anunciar la caída de Mariúpol. El ministro de Defensa informó de que la ciudad había sido «liberada», salvo Azovstal. Añadió que también la acería sería pronto desalojada, a lo que máximo dirigente ruso respondió conminando a «cancelar el asalto» por considerarlo «inapropiado». «No hay necesidad de meterse en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra a través de instalaciones industriales», agregó Putin para después ordenar que se «bloquee esa zona industrial para que ni una mosca pueda escapar volando».

La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, aseguró este miércoles en declaraciones a la radio Sputnik que «voy a decir algo que los políticos israelíes no quieren sin duda escuchar, pero que tal vez les interese. En Ucrania, mercenarios israelíes están hombro con hombro con los combatientes del batallón Azov», considerados «nazis» por Moscú.

Una familia de evacuados logra salir de Mariúpol.
Una familia de evacuados logra salir de Mariúpol. REUTERS

El día antes, el Ministerio de Exteriores ruso acusó a Israel de apoyar a los neonazis en Ucrania por plantearse la posibilidad de enviarles armas. Mientras que, el domingo, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que Hitler tenía «sangre judía», teoría no corroborada por los historiadores. Israel calificó las palabras de Lavrov de «escandalosas e imperdonables».

Además, la inteligencia militar ucraniana cree que Rusia prepara un desfile militar en Mariúpol el próximo 9 de mayo con motivo del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi. Uno de los indicios de que tal celebración podría tener lugar en la ciudad ucraniana ocupada por las tropas rusas es la presencia del subjefe de la Administración del Kremlin, Serguéi Kiriyenko. Otra señal reveladora de la posibilidad del evento es que se están descombrando y limpiando las calles a ritmo acelerado.

Ayuda a Ucrania

Por otro lado, Shoigu advirtió este miércoles que «cualquier transporte de la OTAN que llegue a Ucrania para ayudar al Ejército ucraniano será considerado un objetivo a destruir». A este respecto, el jefe de la Administración presidencial ucraniana, Andriy Yermak, afirmó este miércoles que «Rusia quiere parar con misiles la ayuda occidental». «A pesar del bombardeo masivo de ciudades ucranianas, los rusos no podrán detener la entrega de armas occidentales al frente, ni siquiera destruyendo la infraestructura ferroviaria», subrayó.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció los ataques, los más devastadores hasta ahora en una sola tarde, y el hecho de que, según él, afectan sobre todo a civiles y a infraestructuras no militares. El Estado Mayor del Ejército ucraniano informó a última hora del martes que Rusia disparó unos 18 misiles contra infraestructuras en las regiones de Dnipró, Kirovograd, Leópolis, Vinnitsia, Kiev, Odessa y Zakarpatia.

El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenkov, declaró en su parte habitual que «misiles de alta precisión y largo alcance han destruido seis subestaciones eléctricas y áreas de las estaciones de tren de Podbortsi, Leópolis, Volonets, Timkovo y Piatijatka». Según su informe, a través de esas cinco estaciones de tren, «las tropas ucranianas recibían armas y municiones producidas por Estados Unidos y países europeos». El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, llamó este miércoles a la comunidad internacional que tome medidas y aplique más sanciones para hacer frente al «terrorismo de los misiles de Rusia».

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