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Alexéi Navalni, en una imagen de archivo. Reuters

Navalni, trasladado a un hospital penitenciario por su estado de salud

El centro médico en donde se encuentra ahora el dirigente opositor se especializa en el tratamiento de la tuberculosis, enfermedad que él sospecha haber contraído

Rafael M. Mañueco

Moscú

Lunes, 19 de abril 2021

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Alexéi Navalni, principal adversario político del presidente Vladímir Putin, en huelga de hambre desde el 31 de marzo, fue ayer transferido a un hospital anexo a la Colonia Penitenciaria número 3 (IK-3), en la región cercana a Moscú de Vladímir, debido al agravamiento de su estado de salud. Así lo ha anunciado el Servicio Penitenciario Federal de Rusia (FSIN). El traslado ha tenido lugar desde la Colonia Penitenciaria número 2 de Pokrov (IK-2), también en Vladímir, a donde Navalni llegó el pasado 11 de marzo para cumplir una condena de dos años y cinco meses de cárcel.

Se da la circunstancia de que el centro médico en donde se encuentra ahora el dirigente opositor se especializa en el tratamiento de la tuberculosis, enfermedad que él sospecha haber contraído. El pasado día 5 de abril, Navalni fue ingresado en la enfermería de su prisión, en Pokrov, cuya dirección admitió que presentaba «síntomas de una enfermedad respiratoria». Ya antes, el disidente ruso había declarado a través de su cuenta de Instagram que tenía «más de 38 grados de fiebre y tos fuerte». Dijo también que, de los 15 reclusos que componen su grupo en la prisión, «tres han sido hospitalizados con tuberculosis».

Iván Zhdanov, director del Fondo de Lucha contra la Corrupción que creó Navalni y uno de sus más estrechos colaboradores, estima que el haber sido enviado al IK-3 parece indicar que «padece un serio deterioro en su estado de salud». No obstante, en octubre de 2018, la publicación digital Daily Storm aseguró que los reclusos de las cárceles cercanas solían ser trasladados al hospital del IK-3 para ser «torturados» con el objetivo de «reeducarlos» o de «obtener de ellos nuevas declaraciones o testimonios» que sirvieran para abrir nuevas causas penales.

En declaraciones a la radio Eco de Moscú, el cardiólogo del Hospital Clínico número 29 de Moscú, Alexéi Erlij, sostiene que los análisis de sangre efectuados a Navalni «muestran signos de insuficiencia renal aguda». «El estado de este tipo de pacientes puede empeorar en cualquier momento de forma crítica e incluso fatal. Con un nivel de potasio tan alto, nosotros los internamos de inmediato en la unidad de cuidados intensivos», afirmó Erlij. A su juicio, «el nivel médico en la cárcel no está a la altura de la gravedad del problema que padece».

El cardiólogo ruso explicó que «siempre que se hace un primer análisis en instituciones penitencias lo deben de enviar a hospitales externos para confirmar el diagnóstico, pero en esta caso no se hizo, lo cual nos hace desconfiar. Tampoco hicieron un electrocardiograma para comprobar si lo altos niveles de potasio pudieron haber causado daños al tejido cardiaco».

Ya el domingo, a través de Twitter, La especialista de cabecera del líder opositor, Anastasia Vasílieva, alertó de que el análisis de sangre «muestra niveles críticos». «Hay un fallo renal que puede llevar en cualquier momento a una grave alteración de su ritmo cardiaco», insistió Vasílieva. Mientras, la portavoz de Navalni, Kira Yarmish, advertía en Facebook de que «Alexéi se está muriendo. Dado su estado, es cuestión de días». La revista alemana Der Spiegel ha solicitado al presidente de la Sociedad Alemana de Cardiología y al médico jefe del Hospital Universitario de Colonia que evalúen los datos de los análisis de sangre del político opositor. El destacado cardiólogo alemán, el profesor Stefan Baldus, destacó que el nivel de potasio, como el hallado en la sangre de Navalni aumenta el riesgo de arritmias cardíacas graves.

Se queja además de dolores en la espalda, mareos e insensibilidad en las piernas. Tuvo que ser sometido a tratamiento en Alemania, a donde fue enviado en estado de coma tras ser envenenado en Siberia el año pasado. Dasha, su hija, ha pedido que se permita el acceso de médicos de confianza a su padre mientras sus partidarios preparan una manifestación para el miércoles en varias ciudades rusas. Pero la Fiscalía General y el Ministerio del Interior ya han advertido que la asistencia a actos no autorizados será perseguida y tendrá sanciones.

Tras recuperarse del envenenamiento sufrido en Siberia, el disidente ruso regresó de Alemania el pasado 17 de enero y fue detenido nada más pasar el control de pasaporte. Después, el 2 de febrero, fue condenado a dos años y medio de prisión por una causa que data de 2014 y que él considera «amañada y motivada políticamente».

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