Es la reclamación con la que el colectivo gitano ha querido celebrar su Día Internacional, una fecha que conmemora aquel 8 de abril de 1971 en el que fueron instituidos en Londres su bandera y su himno. En León, la conmemoración oficial se ha llevado a cabo en el Ayuntamiento de la capital, a través de la lectura de un comunicado del Consejo Estatal del Pueblo Gitano. En él, han abogado por la exaltación de esta efeméride como “una buena oportunidad para hacer la causa gitana más visible en la sociedad”, a la vez que han puesto en valor las aportaciones del pueblo gitano a la sociedad, “no solo culturales, muy importantes, sino también de valores”, y reconocido el esfuerzo de tantas familias en su lucha por “formar parte activa y plena de la ciudadanía”.
Eso sí, la reivindicación también ha tenido su hueco, porque considera el pueblo gitano que aún “queda mucho por hacer”. Aseguran que arrastran el estigma de ser “la minoría más rechazada y peor valorada de Europa”, a lo que muchos colaboran reforzando una imagen social negativa de este colectivo.
Críticas a la Real Academia Española de la Lengua
En ese sentido, han afeado a la Real Academia Española de la Lengua que mantenga en su última edición de su Diccionario “la acepción peyorativa y vinculada a la estafa y el engaño del término “gitano” utilizando para ello la definición de “trapacero”, a pesar de las peticiones de modificación por parte del Consejo Estatal del Pueblo Gitano y de otras instituciones como la Defensora del pueblo.
Es por ello que el cartel y las acciones vinculadas a este Día Internacional del Pueblo Gitano aluden a esta “trapacería”, bajo el lema “Una definición discriminatoria genera discriminación”. Con esta campaña quieren recabar apoyos y movilizar a la opinión pública para sumarse a su protesta contra una acepción que entienden “discriminatoria” hacia la comunidad gitana.
Tampoco ahorran dardos contra programas de televisión como “Los Gipsy Kings” o “Palabra de gitano”, a los que acusan de reproducir “imágenes estereotipadas y caricaturescas, para nada asociadas a la realidad de la mayoría de las familias gitanas”, que contribuyen a “reforzar el rechazo del conjunto de la sociedad contra la comunidad gitana”.