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REPORTAJE
Cuando la fonovisión llegó a España
Burgos acogió en 1938 las primeras experiencias televisivas del país gracias a un regalo del Gobierno nazi a Franco
Reportaje de la primera experiencia de televisión en Españaen 1938: la Fonovisión.
Reportaje de la primera experiencia de televisión en Españaen 1938: la Fonovisión.
L. Sierra
31/01/2016 (18:34 horas)
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En plena contienda civil, con la población diezmada por la Guerra Civil y con los ánimos del bando nacional más elevados que nunca, Burgos acogió en noviembre de 1938 la presentación de la fonovisión. El rudimentario aparato ideado por los nazis, precursor de la televisión actual, permitía salvar las distancias geográficas hasta ver por medio de una pantalla la imagen del interlocutor. Las primeras experiencias televisivas en España no se produjeron ni en Madrid, ni en Barcelona, lo hicieron en Burgos.

Quedaba apenas un mes para que el año 1938 acabase. Atrás quedaban “el desmoronado frente rojo en el Ebro” y las cada vez más habituales victorias del bando nacional en la contienda civil iniciada dos años atrás en el norte de África recogidas fielmente por la prensa del momento. El “glorioso” ejército cerraba lo que los diarios calificaban como “un año triunfal” con los funerales dedicados a la figura del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, celebrados en la Catedral de Burgos a mediados del mismo mes. Un año que, sin embargo, pasaría a la historia por ser el momento en el que España coqueteó, por primera vez en su historia, con el aparato que ideó el sistema televisión: la fonovisión.

Ideado por el gobierno nazi, la fonovisión era un sistema bidireccional por cable que hacía posible la comunicación telefónica y televisiva de sus interlocutores. Todo un fenómeno en los años treinta del siglo pasado que habría de suponer la primera experiencia integral de televisión en España. Hasta ese momento, solo el cine permitía a los españoles visualizar imágenes humanas en movimiento.

Franco fue la primera persona en aparecer en aquella rudimentaria televisión. Así lo recogen las páginas de 'Diario de Burgos' consultadas en una exhaustiva crónica publicada un día después de la presentación oficial, el 26 de noviembre de 1938. “S.E inauguró ayer tarde una magnífica instalación de Fonovisión”, rezaba el titular del centenario rotativo. En el subtítulo se daba constancia de que “había sido regalado por la administración de correos alemana” y daba cuenta de la “solemnidad” de un acto en el que no faltaron jerarcas de ambos bandos totalitarios.

Dos edificios conectados

La tarde del 25 de noviembre había una gran revuelo en la planta baja del Palacio de Justicia de la capital burgalesa que por aquel entonces albergaba el Ministerio de Hacienda del bando nacional. La misma situación se contagió al edificio anexo que ocupaba el Instituto Nacional, donde profesionales del sistema de comunicación alemán habían pasado horas ubicando un aparato que habría de conectar el salón de actos del Instituto Nacional con la sede del ministerio en la que se encontraba el caudillo y los suyos. No sería sencillo convencer a los arcaicos mandos franquistas de aquel moderno sistema presentado años antes en Berlín si Franco no era capaz de utilizarlo y comprobar que eso funcionaba con sus propios ojos.

Así fue y fueron muchos los testigos. Entre las autoridades alemanas, llegaron a Burgos el embajador de Alemania, Von Stohrer; el cónsul general, Sr Khon; el consejero de la administración del Reichpost y enviado especial del Reich, Sr Flatzen, así como el director de la Compañía Hispano-Marroquí de Transportes, Sr Bernhardt. Junto a ellos, una delegación española encabezada por Franco, acompañado de sus hombres de confianza: el ministro de Asuntos Exteriores, conde de Jornada; así como el de Interior, Ramón Serrano Suñer. También estuvo el jefe de Servicio Nacional de Correos y Telecomunicaciones, el comandante López de Letona,

El discurso pronunciado por Sr Flatzen, la única información que transcendió de un encuentro privado del que no hay imágenes, da cuenta de la solemnidad de un acto que, lejos de atender a cuestiones tecnológicas se convirtió en un símbolo más de la lealtad y cooperación de la España del momento con la Alemania nazi y viceversa. El responsable nazi indicó que “el hecho de que Alemania entregue a la España nacional su más moderno medio de comunicación, que hasta hoy no posee ningún otro estado del mundo, pretende ser considerado como una prueba más de la leal amistad y armonía que unen a la España nacional con la Alemania”.

En cuanto al aparato, definió al mismo como “el medio de comunicación más perfecto del que dispone actualmente la humanidad. Pasa por encima del espacio y del tiempo”, añadió Sr Flatzen que animó a los presentes a participar de un momento único que hace posible que “personas separadas por larga distancia puedan cambiar impresiones sin pérdida de tiempo de forma verbal y verse a través del espacio.

Tras la flamante explicación, el redactor jefe de Radio Nacional y jefe de la Sección Técnica del Ministerio de Interior, Cipriano de la Torre, explicó a Franco el funcionamiento de un aparato. No tardó en sorprenderse el caudillo ni cuantos estaban a su alrededor cuando la imagen de Franco apareció en la pantalla de su interlocutor, el comandante Martínez Maza. La primera experiencia televisiva en Burgos acababa de producirse y Franco había sido un protagonista de excepción de un medio que años después, y tras ganar la guerra, utilizaría como medio en el que verter su propaganda.

Servicio público

Desarrollada de forma paralela en Estados Unidos y en Alemania en los años 30, la fonovisión quedó inaugurada en el año 1936 en Europa como un servicio público para comunicar a los ciudadanos de Berlín y Leipzig, y poco después a los de Munich y Nüremberg. Fueron cientos las personas que se animaron a utilizar el “teléfono-televisor” pese a que para hacerlo tuvieran que pagar un precio que en España equivalía a once pesetas de la época. Pese al precio, los billetes se agotaron en los primeros meses, según narró en sus páginas la revista Madrid Científico.

El boom alemán no fue ni parecido a lo que pasó en España, donde la precariedad y los efectos de la contienda no permitieron que se desarrollara la fonovisión como un servicio público. Pese al impacto del momento, su utilización fue casi testimonial. Si bien es cierto que en los primeros meses fueron muchas las personas ligadas al régimen que se acercaron para ver el aparato que tanto revuelo había causado en la prensa local, unos años después, el Ayuntamiento de Burgos traspasó los aparatos hasta las instalaciones de la Academia de Ingenieros Militares. En 1947, la fonovisión acabó en el laboratorio de investigación de Radio Nacional de España del Paseo de la Habana.

Imágenes del archivo de Federico Vélez publicadas en uno de sus libros con Franco en la capital burgalesa.

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