Ahorrar para comprar una casa. ¿Por dónde empezar?

Aunque ahorrar para la compra de una casa puede ser una carrera de fondo, ponerse una meta y seguir ciertos consejos puede hacer más fácil la tarea de reunir el dinero necesario para afrontar esta inversión

pisos.com

Miércoles, 23 de diciembre 2020, 07:54

Son pocas las personas que pueden comprar una vivienda sin necesidad de pedir una hipoteca al banco y sin hacer el esfuerzo de ahorrar un tiempo antes de poder dar el paso de firmar las escrituras. Ahorrar el dinero necesario para aportar la cantidad que la entidad bancaria no va a financiar y para pagar los gastos aparejados a la compra puede parecer una maratón, pero lo importante es empezar y saber por dónde hacerlo.

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La compra de una vivienda requiere haber ahorrado al menos un 30% o 35% del importe de venta de la casa: el 20% del precio de venta que el banco no financia y, al menos, un 10% o 15% más para el pago de los gastos que supone la operación. Eso sin olvidar que cuanto mayor sea la cantidad ahorrada, menos dinero se pagará en intereses porque menor será el capital del préstamo.

Para empezar a ahorrar es importante ponerse una meta, o lo que es lo mismo, saber cuánto dinero hará falta tener ahorrado para que el banco apruebe la concesión de una hipoteca. Así las cosas, lo primero será saber qué cantidad se podrá destinar a la compra de una vivienda, en función de las propias posibilidades económicas y de los precios de la zona en la que se desea comprar.

Buscar casa puede llevar tiempo, y en el momento de empezar a ahorrar no sabremos cómo será la vivienda en la que vamos a invertir. Pero echar un vistazo a los inmuebles en venta en la zona puede dar una idea del precio medio de las casas. De hecho, muchos portales inmobiliarios ofrecen datos sobre el coste medio en cada barrio.

Desde el momento en que se empieza a ahorrar para la compra de una vivienda es importante ser realistas. Dependiendo de los precios de cada zona, es posible que haya que hacer concesiones y priorizar aquellas características que realmente se necesitan en un inmueble.

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Es recomendable, además, tener en cuenta que la situación laboral es susceptible de cambiar, y que es posible que surjan imprevistos que afecten a la situación económica, por lo que es mejor descartar pensar en máximos en relación con el dinero que se prevé que se podrá ahorrar.

El primer paso, deshacerse de las deudas

Es difícil proponerse el objetivo de ahorrar para la compra de una casa cuando hay que destinar una parte de los ingresos al pago de otras deudas anteriores. Puede, incluso, resultar desmotivador. Como, además, al banco al que se solicite la hipoteca tampoco le gustará la existencia de otros préstamos, un buen primer paso es deshacerse de las deudas anteriores y así poder comenzar a ahorrar partiendo de cero.

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Ya sin otros préstamos a los que hacer frente, y sabiendo la cantidad de dinero de la que será necesario disponer en la cuenta bancaria, es posible calcular qué importe se necesitaría ahorrar al año, o al mes.

Gastar menos e ingresar más

A partir de aquí, la teoría para ahorrar es sencilla es ingresar más o, como mínimo, gastar menos. Analizar las finanzas personales es un punto de partida necesario para comprobar en qué aspectos se puede, ya de inicio, recortar en gastos.

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De entre las partidas en que se gasta dinero cada mes algunas serán inamovibles y otras accesorias. Pero incluso en aquellos bienes y servicios de los que no se puede prescindir se puede conseguir ahorrar si se emplea algo de tiempo y esfuerzo.

Para empezar, se pueden revisar las facturas de gas, electricidad o teléfono. Ajustar la potencia máxima del contrato eléctrico al consumo real, prescindir de aquellos servicios que no se utilizan o buscar mejores ofertas en otras compañías puede suponer un ahorro todos los meses.

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Es frecuente que también destinemos un dinero todos los meses a plataformas digitales o suscripciones a otro tipo de contenidos o servicios, que habrá que plantearse si son realmente necesarias. En otros gastos semestrales o anuales como los seguros también es posible buscar mejores ofertas que supongan un menor desembolso.

Para algunas personas las comidas fuera de casa son una necesidad laboral; pero siempre existe la opción de preparar la comida en casa o intentar recortar algo en restaurantes y bares, también en lo que al tiempo de ocio se refiere.

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Al margen de estos gastos fijos, analizar cuánto dinero se destina en compras, tanto del supermercado, de ropa o de cualquier otra índole, puede hacer replantearse si realmente no se podría ahorrar en estos gastos. Comprar menos o buscar mejores ofertas puede suponer un esfuerzo, pero tendrá su recompensa. A partir de aquí, cada persona y sus circunstancias ponen el límite de hasta dónde se puede y se quiere llegar para alcanzar antes la meta de ahorrar el dinero que se necesita para comprar una casa.

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