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Dos trabajadores, en plena actividad. Avelino Gómez
La desaceleración llega a la empresa familiar

La desaceleración llega a la empresa familiar

Se triplica el porcentaje de directivos que se muestran negativos de cara al futuro mientras se reduce en el último año la facturación y el empleo

Lunes, 7 de octubre 2019, 06:22

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La desaceleración ya está impactando en la empresa familiar, que mira con cautela el futuro en un momento marcado por la incertidumbre política y económica, según se desprende del VII Barómetro de la Empresa Familiar publicado este lunes por KPMG y en la que participaron 327 directivos. Así, el porcentaje de los que se declaran negativos respecto a la evolución de su compañía de cara a los próximos 12 meses se ha triplicado, pasando del 3% de un año atrás al 9% actual. Por el contrario, se ha reducido del 80% hasta el 67% aquellos que miran el futuro con optimismo, aunque tal y como se ve siguen siendo mayoría.

Es más, la incertidumbre económica ya está teniendo consecuencias directas sobre las ventas y el empleo de estas empresas, puesto que han bajado del 75% al 65% los directivos que señalaron que su facturación había aumentado en el último año. Y lo mismo sucede con la plantilla: el 59% dijo haber elevado el número de empleados, lo que supone cinco puntos menos que la edición pasada, aunque hubo más estabilidad (31%) que ajustes de personal (9%).

En cambio, la expansión internacional se mantuvo bastante estable respecto al ejercicio anterior: cuatro de cada diez empresarios familiares españoles apostaron por aumentar su presencia internacional, un 31% la mantuvo y un 9% la recortó. Llama la atención el hecho de que el porcentaje de este tipo de compañías que no tienen presencia en el exterior se ha reducido de forma significativa: apenas un 16% declara no tener actividad en el exterior, diez puntos menos que el año pasado.

Entre los factores que más les preocupan, destacan los cambios regulatorios, el descenso de la rentabilidad y la incertidumbre política. Solo hay un cambio reseñable respecto al año pasado: los cambios regulatorios no estaban entre las principales preocupaciones y sí la guerra por el talento y la contratación de profesionales cualificados.

«Los resultados del Barómetro reflejan la complejidad del momento actual, en el que la empresa familiar española tiene el doble reto de mejorar su facturación y su rentabilidad a corto plazo e impulsar la innovación con agilidad para competir en un mercado digital y tecnológico cada vez más global, sin perder de vista los cambios regulatorios, que es una de las novedades de la encuesta de este año», explica Ramón Pueyo, socio responsable de Empresa Familiar de KPMG en España.

Innovación y talento, las prioridades

Las empresas familiares no apuntan diferencias con el año pasado respecto a las prioridades de inversión para 2020 y vuelven a señalar, por encima del resto, dos áreas en las que van a poner el foco: 'core business' e innovación y nuevas tecnologías. El primer factor concentra el 26% de las respuestas y el segundo, el 25%. A su vez, la formación y contratación de nuevos profesionales figura como tercera prioridad, apuntada por el 20% de los empresarios consultados, que califican como «muy relevante» los conceptos de innovación y talento.

En los últimos años, las empresas familiares han avanzado en la implantación de medidas para mejorar su buen gobierno. Para diagnosticar el grado de avance, el Barómetro de la Empresa Familiar incluyó este año algunas preguntas al respecto cuyas respuestas reflejan este avance: un 16% dice contar con acuerdos entre accionistas e incluso un 13% dispone de códigos de conducta u otro tipo de instrumentos como constituciones familiares.

Pero tampoco la sostenibilidad está siendo ajena para las empresas familiares: un 18% lo califica de «extremadamente importante», el 39% lo define como «muy importante» y otro 33% como «importante». Apenas un 8% no lo considera importante. Sin duda, la sostenibilidad es una de las claves del crecimiento futuro, aunque para seguir creciendo, las empresas familiares deben avanzar sobre sus propios desafíos particulares. A la pregunta de qué factor puede limitar el crecimiento de las pymes, uno de cada cuatro directivos consultados señala el modelo de gestión de la empresa familiar, otro 18% apunta a las rigideces del mercado laboral y un 15%, a la escasez de talento directivo.

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