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Sede de Inditex en Arteixo (La Coruña).
La empresa familiar señala al bloqueo político como su principal amenaza

La empresa familiar señala al bloqueo político como su principal amenaza

No obstante, se muestran optimistas en el terreno económico después de que tres de cada cuatro hayan mejorado su facturación el último año

David Valera

Miércoles, 12 de octubre 2016, 18:32

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La empresa familiar se muestra optimista respecto a la evolución económica y también confía en su capacidad para seguir creciendo si el escenario no se tuerce. Algo que podría suceder si el bloqueo político que vive el país desde el pasado diciembre se prolonga todavía más en el tiempo. Una posibilidad que preocupa a estas compañías. De hecho, la incertidumbre desatada por la incapacidad para formar Gobierno es considerado como el principal riesgo para la mayoría de estas empresas. En concreto, un 55% de ellas así lo señalan, según el último Barómetro de la Empresa Familiar, elaborado por KPMG y publicado este miércoles.

Sin embargo, las perspectivas para este sector, que representa el 90% de las empresas españolas con firmas tan conocidas como Inditex, Mercadona o El Corte Inglés, es más optimista desde el punto de vista económico. Una sensación más positiva influida por la buena evolución en el último año. Así, tres de cada cuatro empresas encuestadas (el 75%) afirma haber mejorado su facturación en ese periodo (cinco puntos más que el ejercicio pasado). Un aumento relacionado con el incremento de la demanda interna, si bien también muy influenciado por las cifras récord de exportación. Con estos resultados tan favorables no es de extrañar que el 84% de las compañías piensen llevar a cabo planes de inversión. Y esos recursos en su mayor parte (el 78%) irán a parar a la actividad principal de la sociedad.

Su comportamiento en el plano laboral también fue acorde a la mejora del empleo en el último ejercicio. De esta forma, un 61% de las empresas familiares han aumentado su plantilla en los últimos 12 meses, frente al 54% que hizo lo propio el año pasado. A su vez, casi un tercio (32%) mantuvo los mismos trabajadores y sólo un 7% los redujeron.

Además, una de las consecuencias de la crisis ha sido impulsar la internacionalización de las empresas. Algo que se refleja en que dos de cada tres empresas familiares (el 67%) incrementaron su actividad en el exterior el último año. De hecho, un 74% de este tipo de compañías tienen presencia en mercados extranjeros.

El estudio muestra que las empresas familiares mantienen la confianza en el futuro, aunque con menos intensidad. Así, el 70% de estas compañías consideran que su situación económica en los próximos 12 meses será positiva. Sin embargo, esta cifra es nueve puntos inferior a la registrada el año anterior. Por su parte, un 6% estima que su situación será negativa, lo que supone un ligero incremento de dos puntos respecto al curso anterior.

Bajada de impuestos

Para tratar de mejorar su situación en el futuro, las empresas familiares apuestan como primera opción por una bajada de impuestos (37%), algo que parece muy complicado teniendo en cuenta que el Gobierno debe realizar un ajuste en 2017 que el ministro Luis de Guindos valora en más de 5.000 millones para cumplir con el déficit pactado con Bruselas.

Por su parte, algo más de un tercio de las empresas (el 36%) también ven necesaria una reducción de los costes laborales no salariales, es decir, una disminución de las cotizaciones sociales. Como tercera opción, un 29% aboga por hacer acuerdos laborales más sencillos y flexibles. Le siguen quienes piden una reducción de la burocracia (21%), una normativa fiscal más simple (17%) o un mayor acceso a la financiación (10%).

Sobre los objetivos que establecen estas compañías a dos años vista, la mayoría tiene como prioridad el negocio. Así el 55% apunta la mejora de la rentabilidad como el primero, mientras que para un 52% la meta inicial es incrementar la facturación. Otros fines destacados son ser más innovadores (21%), diversificar en nuevos productos o servicios (20%), salir a nuevos mercados (18%) o atraer a nuevos talentos (17%).

La principal característica de este tipo de empresas radica en que es una familia (o varias ramas) la que controla, en mayor o menor grado, la compañía. Por eso, una de sus claves es el proceso de sucesión. El barómetro muestra que uno de cada cinco encuestados admite que a lo largo del próximo año traspasará la gestión o gobierno de la sociedad. Incluso un 7% piensa en venderla.

En cualquier caso, ese componente familiar no está reñido con la presencia, cada vez más abundante, de directivos ajenos al núcleo fundador. Así, nueve de cada 10 de estas empresas (el 87%) ya ha dado entrada a gestores ajenos a la familia.

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