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Iván Niño, durante un combate.
El sueño del 'Niño'

El sueño del 'Niño'

El berciano Iván Niño echará mano de coraje y carácter luchador para plantar cara a los mejores en el Campeonato del Mundo de Muay Thay, que se celebra en marzo en Bangkok (Tailandia)

Andrea Cubillas

Martes, 12 de abril 2016, 13:03

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Valiente. 'Corajudo'. Luchador. Sufrido. Estoico. Osado. Esos son algunos de los adjetivos que definen sobre el cuadrilátero a Iván Niño, el berciano que participará en el Campeonato del Mundo de Muay Thai -también conocido como boxeo tailandés-, que se celebrará del 12 al 22 de marzo en la ciudad asiática de Bangkok, en Tailandia. Es un premio a todo el esfuerzo de estos tres años, afirma Niño, que reconoce que ser seleccionado para representar a España en esa competición es lo máximo. Es más que cumplir un sueño porque ni siquiera en sueños imaginé llegar a Tailandia, por mi cabeza no pasaba esa posibilidad, añade.

Pero la oportunidad ha llegado y no ha querido desaprovecharla. Su entrenador, Diego Vázquez, sabe lo que es competir al máximo nivel como muestra su cinturón de campeón de Europa en K1 y cree que este es el momento para Niño. Hace dos años y medio que empezó a pelear de forma regular, en este tiempo ha peleado en kick boxing, K1, muay thai, boxeo y savate, todas las modalidades, cuenta Vázquez, que destaca que su carrera deportiva es todo lo contrario a la de otros púgiles porque ha empezado muy mayor y lo ha hecho todo muy rápido, con cerca de 40 combates en este tiempo.

Le ha costado mucho más, nunca había sido deportista y tiene que jugar con que lo hace de corazón y casta pura y dura para enfrentarse a contrincantes más jóvenes, en plenitud, y más fuertes, añade Vázquez, que explica que la oportunidad de viajar a Tailandia llega con los cambios vividos en la federación y las asociaciones nacionales, junto con su nombramiento como delegado de Castilla y León. Me han dado la posibilidad, este primer año, de presentar un máximo número de competidores a nivel nacional para Tailandia y el más completo de los luchadores que yo tengo en muay thai es Iván y los demás ya han tenido sus oportunidades en otros viajes fuera como Torres, que ha estado en Brasil, Rusia o Francia. A Iván se e acaba la carrera y hemos apostado por él, cuenta.

Y es que Iván Niño cumplirá los 36 años durante la competición en Tailandia. Empecé muy tarde y he tenido que correr mucho, reconoce el propio Niño, que agradece a su entrenador su apoyo y se plantea el viaje para pelear, disfrutar de la experiencia y del país. Todo esto para mí es algo nuevo porque nunca he salido de España en la vida, confiesa el berciano, que explica que es una eliminatoria y que, si va pasando, tendrá que hacer entre cuatro o cinco peleas. Sus oportunidades dependerán mucho de los sorteos, cruzando los dedos para esquivar en las primeras peleas a los luchadores de países del Este y Tailandia.

Madagascar, el Congo o Francia no son países complicados pero Ucrania, Rusia, Bielorrusia o Tailandia, si te tocan en primera ronda, estás perdido, sentencia Diego Vázquez, echando mano de su propia experiencia. Aún así, todo es posible. Iván va mentalizado y el combate lo puede ganar por KO, que es como marcar un gol en el minuto 90 de un partido de fútbol. Es difícil pero no imposible porque está muy ilusionado y motivado al cien por cien, que hace que pueda llegar con ese plus que le puede faltar a su contrincante, valora su entrenador, que también viajará con él a Bangkok.

En el ring, como en la vida

La escuela de la vida le ha puesto los exámenes más difíciles, que no siempre ha pasado con la mejor nota, y la realidad le ha golpeado duro varias veces. No ha sido fácil, pero siempre se ha levantado y ha seguido adelante. Incansable. Mi entrenador me lo dice, cómo te portas en el ring es reflejo de cómo eres en la vida, en la vida nunca me he arrugado y en el ring tampoco, afirma Niño, que se define como un luchador valiente y sufrido. Me tienen que estar matando y, aún así, o tira la toalla Diego o para el árbitro la pelea. Me han tirado cinco o seis veces y siempre me he levantado, nunca me han hecho la cuenta entera. Creo que es algo que valora la gente cuando me ve pelear, cuando salto al ring lo intento dar todo, lo haga mejor o peor, añade.

Una vida siempre entre Madrid y el Bierzo, entre la ciudad de su madre y la tierra de su padre, perteneciente a una familia de mineros de Santa Marina de Torre. Ahora vive en Ponferrada, a donde volvió con su padre hace unos años, al quedarse sin trabajo tras una última temporada en la capital madrileña. Tuve que venir otra vez a vivir aquí con mi padre, estaba todo el día encerrado en casa, no me sentía seguro y no quería salir a la calle, recuerda Niño, que cuenta que entonces entró en contacto a través de internet con Diego Vázquez, al que conocía desde pequeño y que antes de entrenador fue mi amigo. Y así, el deporte y el cuadrilátero fueron su tabla de salvación en aquel momento.

Le comenté que no estaba bien, que estaba sin curro y que me estaba rallando todo el día encerrado en casa. Me animó a subir al gimnasio y que no me preocupara por el dinero, ya que de aquella tampoco estaba bien económicamente. Así empecé, como un hobby, pero tenía muchas horas libres entonces y me tiraba todo el día, explica Iván, que añade que el resto lo hizo su coraje y el apoyo de su entrenador para que en tres meses tuviera ya su primera pelea. Unos comienzos duros, con contrincantes muy superiores a él y que se han traducido en hasta quince puntos de sutura. Me ha pasado de todo, desde romperme la nariz a que me hayan desplazado costillas, me hayan sacado del ring a rodillazos, noqueado o se me hayan abierto la tibias, enumera Niño, que defiende que es un deporte que exige disciplina y capacidad de sufrimiento y superación, ayudando a poner orden en la cabeza.

Todo se queda en el cuadrilátero. Abajo sólo hay compañeros y el reconocimiento de la gente. Niño se emociona al ver lo que tiene delante ahora, cuenta con el respaldo de su familia y de sus amigos que siempre están ahí, en las buenas y las malas, pero también de otra gente que le ha visto competir y que ha visto el cambio que ha tenido en su vida. Eso me llena mucho, todo lo que me está pansando. Era algo que no me podía imaginar hacer tres o cuatro años. Yo siempre fui criticado, con razón y sin razón, y parecía que no hacía nada bien y este reconocimiento me muestra que puedo hacer cosas bien y es una satisfacción, confiesa el luchador.

En menos de un mes estará volando hacia Tailandia para subirse al cuadrilátero y con la posibilidad de enfrentarse a algunos de los mejores luchadores de muay thai del mundo. Sus puños y sus piernas están listas para el combate, con el empuje de su mujer y sus hijos Moisés y Derain desde España, el nervio y el coraje de los Niño, heredado de su padre Pedro, y la protección de su madre, cuyo rostro lleva tatuado justo sobre el corazón. Menos de un mes para hacer realidad el sueño de un luchador no sólo en el ring, sino en la vida.

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