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Samuel Carmona, en acción.
Samu Carmona: «Mi madre me dice que no me deje pegar»
JUEGOS OLÍMPICOS

Samu Carmona: «Mi madre me dice que no me deje pegar»

El boxeador sueña con una medalla en una VIlla olímpica que no para de apoyarle

Emilio V. Escudero

Miércoles, 10 de agosto 2016, 02:59

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Es imposible caminar junto a Samu Carmona estos días por la Villa Olímpica. Las muestras de cariño y las felicitaciones por su actuación en Río salpican el camino entre su apartamento y el gimnasio. Un recorrido de apenas unos minutos en los que el boxeador interrumpe varias veces su encuentro con este medio para recibir el cariño de los otros deportistas. Su cercanía en el trato no esconde una timidez extrema con la grabadora. Actitud que cambia radicalmente cuando se sube al ring. Allí buscará hoy su pase a semifinales ante el colombiano Martínez (16.15 horas), en busca de alargar un sueño del que no quiere despertarse aún.

Pregunta. ¿Cómo está Samu Carmona?

Respuesta. No podría estar mejor. Estoy en los Juegos y sigo luchando por las medallas. Es el mejor estado de animo que podría tener.

P.¿Se lo esperaba?

R. Sí que me lo esperaba, claro. Nosotros sabíamos que haciendo el trabajo como habíamos hablado podíamos ganar a cualquiera y seguimos en esa línea.

P. Dice Rafa Lozano (el seleccionador, doble medallista olimpico) que eres todo corazón en el ring... ¿qué tiene dentro que le hace pelear así?

R. No lo sé, es algo que me sale de manera espontánea. La verdad que mis ganas y mi ilusión me motivan y subir a un ring me hace estar vivo.

P.Algunos de los mejores boxeadores tienen su origen en una infancia complicada... ¿ha sido su caso?

R.¡Qué va! Todo lo contrario. La verdad que yo no he tenido problemas de necesidad nunca. En mi familia son todos unos luchadores. No me puedo quejar. Tengo unos padres que valen oro. Somos una familia humilde. No hemos sido ricos pero no nos ha faltada nada.

P.¿Qué le cuentan cuando habla con ellos estos días?

R. Que están muy orgullosos de mí y que no se pierden un combate por la tele.

P.¿Cómo empezó a boxear?

De pequeño hacía un deporte cada tres meses. Soy muy inquieto e iba cambiando de uno a otro hasta que conocí el boxeo. Mi madre no me dejaba ir al gimnasio porque decía que podía hacerme daño...

P.¿Y ahora qué le dice?

R. Me dice que no me deje pegar y que gane rápido (Se ríe)

P.¿Es ella la persona que más ha marcado su carrera?

Sí, mi madre siempre ha estado ahí para apoyarme, incluso cuando no le gustaba que peleara.

P.¿Qué consejo tiene siempre en cuenta cuando sube al ring?

R. Cuando empiezo un combate solo pienso en ganar y en hacerlo por mi familia, por todo lo que han hecho para que esté aquí. Es el motor que tengo para seguir ganando.

P.¿Es goloso?

R. Me encanta el dulce, pero lo intento controlar, que si no Rafa me echa la bronca...

P.¿Qué le gustaría comer e Río y no puede?

Ufff, me encanta comer. Lo que más, la paella de mi madre. Estoy deseando volver a la isla para comer un buen arroz en casa.

P.¿Le cuesta mantener la disciplina del boxeador?

R. Lo que peor llevaba al principio, sobre todo antes, era el peso. Ahora lo controlo mucho mejor por los consejos que me dan tanto Rafa Lozano como Javi Pardo (ayudante del seleccionador).

P.¿Se ve reflejado en Rafa?

R. Sí, para mí es un referente. Un boxeador que ha sido el mejor de los Juegos para España y al que me gustaría poder acercarme.

P.¿Ha visto sus combates olímpicos?

R. Sí, alguno que otro he visto. Pero él no peleaba como yo, cambiaba mucho la estrategia. Era otra clase de boxeador. Peleaba mucho a la distancia y yo soy más visceral.

P.Si gana una medalla, se pondrá a su altura...

Bueno, él ganó medalla en dos Juegos. Hacer eso sí que es impresionante. Por ahora, ni lo pienso. Sólo me centro en ganar hoy que es lo único que importa.

P.¿Lo ve factible?

R. Claro que sí. Fácil no va a ser, pero tampoco es imposible. Conozco al colombiano, lo hemos estudiado bien y sé por donde meterle mano.

P.¿Qué le gusta hacer cuando no boxea?

R. Me encanta ir a la playa, aunque aquí no he podido pisar Copacabana... Quizá si gano el oro pueda ir a darme un chapuzón allí.

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