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El día en que Messi y Cristiano se despidieron del Mundial

El día en que Messi y Cristiano se despidieron del Mundial

Este sábado quedará para siempre en la memoria futbolística por ser cuando los dos astros del fútbol mundial disputaron quizá su último partido en una Copa del Mundo

JUANMA MALLO

Sábado, 30 de junio 2018, 22:00

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El 30 de junio de 2018 quedará en la memoria futbolística para siempre. A fuego. Como un recuerdo imposible de borrar. Ese sábado se despidieron del Mundial, quizá para siempre, los dos gigantes que gobiernan este deporte desde hace una década. Leo Messi y Cristiano Ronaldo, o lo que es lo mismo Argentina y Portugal, cayeron en octavos de final ante Francia y Uruguay, de forma respectiva. Se marcharon, en silencia, con pena, con escasa incidencia en el juego de sus combinados en una ronda en la que solo se podía vivir o morir, como les ocurrió a la albiceleste a los 'Quinas'. Con 31 años el '10' y 33 CR7 –que dejó una preciosa imagen al acompañar a la banda al lesionado Cavani, su ejecutor–, será tremendamente complicado que pisen la Copa del Mundo de Catar en 2022.

Messi ya había dejado la selección tras fracasar en la Copa América de 2016. Sin embargo, en un ejercicio de lealtad a la albiceleste, regresó al equipo para corregir el penoso rumbo de Argentina en su camino hacia Rusia, un camino tortuoso y que a punto estuvo de derivar en un Mundial sin este combinado: la participación de Messi, tantas veces criticado por 'pecho frío', ha permitido que la selección compita en este Mundial de 2018. Si no hubiera cambiado de opinión, los fervientes y apasionados hinchas argentinos quizá se hubieran conformado con seguir a otros 32 combinados. Sin embargo, aquellos barros no se limpiaron del todo. Y ha quedado claro en el torneo que acaba de terminar para la albiceleste. Sampaoli no tiene ninguna influencia en el equipo, y el '10' se encuentra muy solo, sin aliados en el césped; en el duelo contra Francia sin socios en ataque, con Agüero, Higuaín y Dybala en el banquillo, y sin un surtidor en el centro del campo. Se marcha además, con un único tanto en su cuenta, un golazo, de todas formas, frente a Nigeria.

Su eterno rival, ese hombre que ha hecho mejorar a Messi, y que ha mejorado gracias al argentino –resulta una pugna similar a la de Federer, Nadal y Djokovic en el mundo del tenis– ha anotado más, ha estado más certero, con ese grandioso 'hat-trick' en el debut contra España, y otra diana frente a Marruecos; ante Irán, en el duelo decisivo falló, falló un penalti que casi 'mata' a los de Fernando Santos. Aparece segundo en la tabla de artilleros, por detrás de Harry Kane, que sigue vivo en una Inglaterra que se encontrará en octavos con Colombia. Poco incidencia ha tenido en este duelo decisivo. Tiró un disparo lejano a los cinco minutos, luego lanzó una de esas faltas con toda la parafernalia: pantalón remangado, respiración... Y fallo. Y es que entre Godín y Giménez le torturaron, igual que Kanté, Matuidi y Pogba eclipsaron al 'dios' Messi. Líderes del balón en los últimos diez años, esos jugadores conocidos en cualquier rincón del mundo, abandonan el Mundial por la puerta de atrás, hundidos y, salvo sorpresa, ya no volverán más. Les quedará este título para redondear su palmarés, ése que dicen que debía ganar Messi para superar a Maradona; se conformará con unos Juegos, los de Pekín. Cristiano, al menos, cuenta con una Eurocopa, la de 2016. Sin embargo, eso, ahora mismo, no le servirá de consuelo. Adiós al Mundial.

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