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Miguel Ángel Guerrero (c), en pleno partido ante el Villareal.
El Sporting obra otro milagro
Jornada 38

El Sporting obra otro milagro

El equipo gijonés vence 2-0 al Villarreal y se mantiene en Primera gracias a la derrota del Getafe

Ignacio Tylko

Domingo, 15 de mayo 2016, 03:01

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El Sporting de Gijón certificó este domingo su permanencia en Primera División, después de ganar 2-0 al Villarreal en el estadio de El Molinón y verse favorecido por la derrota del Getafe en su visita al campo del Real Betis (2-1).

Después del sorprendente ascenso logrado el curso pasado, tras ganar el Sporting por más de dos goles en feudo del Betis y no vencer el Girona al Lugo en la jornada final, en Gijón creían en otro milagro. Y la fe mueve montañas. Ya desde el pasado fin de semana, Abelardo animó a sus jugadores y a la afición para darlo todo y rezar en la típica fecha no apta para cardíacos. No dependían de ellos, pero jamás desfallecieron. Confiaban en hacer su trabajo ante un blando y romo Villarreal y, sobre todo, en que los béticos dieran el máximo ante el Getafe y le hundieran en el pozo de Segunda. Contribuía a la fe asturiana el hecho de que la afición rojiblanca esté hermanada con la verdiblanca y la certeza de que los hinchas de Heliópolis no permitirían la relajación de sus jugadores. Comenzaba el choque con gritos de Musho Betis en el Molinón, donde se jugaron dos partidos en uno.

Se daba por descontado que el Villarreal, ya cuarto y en la previa de Champions para la próxima campaña, no pondría toda la carne en el asador de El Molinón. Las declaraciones de Marcelino García Toral insistiendo en que deseaba la permanencia del Sporting porque jugó y entrenó allí, invitaban el optimismo. Más de 6.500 aficionados animaron a los jugadores en el último ensayo previo a un examen final en el que el equipo local salió a toda mecha frente a un amigo repleto de suplentes.

Dos disparos a puerta en apenas un minuto dieron fe de que por el Sporting no iba a quedar la gesta. Y que para el submarino amarillo era un trámite. Enseguida llegó el primer gol, fruto de un centro de Carmona y un gran remate de volea de Jony. Parte del trabajo ya estaba encaminado. Con un ritmo vertiginoso y un juego profundo y por las bandas, los de Abelardo pasaban como aviones a los de Marcelino. Pero les faltó cerrar su victoria en un primer tiempo en el que desperdiciaron varias ocasiones, abortadas por Barbosa.

Del Villarreal no había apenas noticias en ataque. Sólo Leo Baptistao dio muestras de peligro. Los malintencionados recuerdan que jugó en el Rayo Vallecano y que le interesaba hacer todo lo posible para que una carambola a tres bandas salvase a los franjirrojos. Una internada del brasileño acabó en un remate al poste. También provocó una falta cerca del área que Jonathan definió con un tiro desviado. En el descanso, el Sporting estaba salvado. Así se lo transmitió Gerardo Ruiz, su preparador físico, al lateral Lora.

Aunque la victoria era exigua y las ocasiones locales seguían sin definirse, el Villarreal ni se aproximaba al área de Cuéller. Por eso, durante la segunda parte mandaba ya por completo el duelo del Benito Villamarín. Se enteró el público gijonés de que el serbio Scepovic falló uno de los goles más claros de su vida. Un respiro antes de celebrar, alborozado, el tanto de Pezzella que adelantaba al Betis y despejaba más el panorama. Cuando Rubén Castro marcó de penalti el segundo del Betis, Gijón ya era una fiesta. Un deliro tras el golazo de Sergio Álvarez que hizo llorar de emoción a Abelardo. No es el Pitu, es el hombre milagro.

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