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Cristiano Ronaldo, en un entrenamiento.
Más títulos, más presión

Más títulos, más presión

Lejos de relajarse, los jugadores del Real Madrid elevan su nivel de exigencia a medida que logran éxitos

Óscar Bellot

Jueves, 1 de junio 2017, 09:43

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El Real Madrid se juega el sábado entrar en la historia. De ganar a la Juventus en el Millennium Stadium de Cardiff, la escuadra de Chamartín se convertirá en la primera que repite título de forma consecutiva desde que se estrenase el actual formato de la Liga de Campeones. Lograría, además, un doblete que el club no consigue desde 1958, al sumar la 'orejona' al título de Liga que rubricó hace menos de dos semanas. Y encadenaría el mismo número de entorchados que Milan y Barça -empatado este último con Bayern y Liverpool-, sus inmediatos perseguidores, juntos. Sería una nueva hazaña para un conjunto que aglutina una larga ristra de hitos que le convirtieron en el mejor del siglo XX y que aspira a serlo también del XXI. Pero, lejos de mitigar su hambre a medida que suma trofeos, el cuadro que dirige Zinedine Zidane eleva su nivel de exigencia, por lo que ningún futbolista se permite ni siquiera pensar en la posibilidad de regresar de la ciudad galesa sin la 'duodécima'.

Tres finales en los últimos cuatro años de la máxima competición continental convierten a los futbolistas blancos en expertos a la hora de afrontar un encuentro cuya repercusión a escala planetaria puede hacer temblar las piernas incluso a estrellas acostumbradas a desempeñarse en citas del máximo nivel. Ello no significa, empero, que la presión no pese. Así lo reconocía Marcelo durante el 'Media Day'. «Nervios se tienen siempre pero hay que disfrutar de cada partido y de cada entrenamiento», manifestó al brasileño, que puso en valor la trascendencia de un evento elusivo para la casi totalidad de equipos que inician su asalto pero que para el Real Madrid se ha convertido en cita asidua, con el consiguiente riesgo de que los aficionados dejen de calibrar su importancia como merece. «No creo que ellos tengan más ilusión. Jugar la final de la Champions no tiene precio. Hay que tener responsabilidad, claro, pero hay que disfrutar», incidió el siempre risueño lateral zurdo, que admitió que lejos de aminorar el apremio, las victorias y los trofeos cosechados desde la llegada de Zidane al banquillo hacen que el listón esté cada vez más alto. «Tenemos más presión. Al haber ganado la Liga seguro que la gente cree que podemos ganar la Champions. Cada vez tenemos más presión por conseguir títulos», reconoció el '12'.

Claro que la inquietud que genera un reto como el que aguarda el sábado al Real Madrid no tiene por qué perjudicar. Si Marcelo incidía en el espíritu lúdico con que ha de afrontar el plantel el encuentro ante la Juventus, conscientes de que son ocasiones inolvidables, varios de sus compañeros subrayaban que la presión les ayuda a mantener alta la guardia ante un partido de tremenda exigencia tanto en el plano físico como en el anímico. «Es buena esa sensación», apuntaba el aparentemente impasible Benzema, objeto habitual de críticas por su frialdad sobre el terreno de juego. «La tensión y la presión nos hacen sacar lo mejor de cada uno», comentaba un Lucas Vázquez que rememoraba lo sucedido el año pasado en Milán, cuando se atrevió a lanzar el primer penalti de la tanda que acabaría significando la 'undécima' frente al Atlético de Madrid pese a que la jerarquía apuntaba a otros ejecutores. En la misma línea iba Zidane, quien tras poner como ejemplo de la repercusión del choque la impresionante afluencia de medios al 'Media Day', recalcó que eso es lo que motiva. «Es lo que nos gusta a todos, jugar finales. Jugadores, aficionados y técnicos quieren jugar finales. Nos mola todo eso», manifestó.

La insaciable hambre que caracteriza al conjunto del Paseo de la Castellana ayuda también a la hora de convivir con la presión. Y la arrolladora eficacia con que se ha movido desde que Mijatovic certificase la 'séptima' da cuajo. Cinco victorias en otras tantas finales proporcionan un plus de confianza en la afición, aunque los jugadores blancos son conscientes de que cada choque es un mundo. «Las estadísticas no ganan partidos y hay que dejar al margen todo. No vamos a ir sacando pecho por haber sido campeón de Liga ni por haber sido los últimos campeones de la Copa de Europa. Todo lo contrario. Empezamos de cero, sabemos que va a ser un partido muy duro ante un grandísimo rival y hay que dejarse el alma para intentar ganar», remarcó un Sergio Ramos que sueña con marcar por tercera vez en el encuentro decisivo. «Cada partido es distinto. No hay que pensar en que el Real Madrid ha ganado cinco finales. No tiene nada que ver», atajó Marcelo. Los trofeos del pasado son ya historia. Lo único que importa en Chamartín es el presente. Y este pasa por sumar una nueva Liga de Campeones.

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