Borrar
Luís Suárez celebra un gol marcado al Atlético de Madrid.
Luis Suárez gestiona mejor la pasión del '9'
cuartos de final | ida

Luis Suárez gestiona mejor la pasión del '9'

El uruguayo, que pudo ser expulsado, marca dos goles a un Atlético que aguantó una hora con diez jugadores tras una expulsión de un Fernando Torres que había puesto el 0-1 diez minutos antes de la roja

Rodrigo Errasti Mendiguren

Martes, 5 de abril 2016, 09:29

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El Barça-Atlético del Camp Nou en la Champions League fue similar al de la Liga y no por el resultado. Como en el torneo regular, donde sí pudieron jugar con sus camisetas habituales, sucedió que mientras hubo igualdad numérica en el césped el Atlético era mejor que el Barça en su campo. A partir de la expulsión, de Fernando Torres a la media hora, todo cambió. El vigente campeón europeo remontó en la segunda mitad gracias al acierto de su 9, un Luis Suárez que se jugó la roja en la primera mitad, para poder viajar, visto el asedio, con una renta mínima a la vuelta en Madrid.

El otro 9 del partido, Fernando Torres, fue, al contrario que el charrúa, más héroe que villano. El fuenlabreño tiene un idilio con el gol cuando pisa el Camp Nou. Volvió a marcar, pero esta vez se fue con un dolor en su corazón atlético. En diez minutos que nunca olvidará marcó un gol, que aún puede valer media eliminatoria, y después cometió de modo consecutivo tres acciones peligrosas. En el 29 realizó una clara falta a Neymar que le costó una amarilla que protestó en exceso, cuatro minutos después hizo una entrada fuerte a Mascherano y sólo dos después de esa segunda acción cometió otra en el centro del campo sobre Busquets. Quizá fue por no saber pegar; porque Brych se enfadó con las protestas: o porque el trencilla alemán fue muy riguroso al poner un nivel muy bajo... aunque después no lo mantuvo con una acción de Busquets 90 segundos después. Lo único cierto es que la pasión de Torres, responsable por dejar al criterio del árbitro su participación con una acción innecesaria en una zona intrascendente, cambió no ya el partido, sino la eliminatoria.

Porque desde el arranque no se notaba cómodo al Barcelona por el buen planteamiento de Simeone. El argentino optó por su equipo replegase mucho en 4-4-2, con Griezmann y Torres presionando arriba, para que sus medios (Carrasco izquierda sobre la espalda de Alves) y defensas se ayuden. Le funcionó ya que además lograba estirarse hasta la meta rival con la potencia de Torres y la eficacia de Griezmann, que dejó sin respiración con una intentona lejana cuya poca velocidad hizo generó la angustia en la hinchada local. Esa sensación creció cuando, en ataque estático, Koke encontró al Niño entre Piqué y Busquets, desbordado por la distancia entre líneas, y el 9, aprovechando el agujero generado por Mascherano y un Alves que no salió y además evitó el fuera de juego, remató seco. Lohizo con fe, sabiendo que tiene la habilidad de aparecer los días importantes, algo que vale millones. La pelota se fue directa a la red de Ter Stegen tras pasar entre las piernas del alemán. Undécimo gol de Torres al Barça, sexto en el Camp Nou y primero como Atlético en Champions ya que con la rojiblanca sólo había marcado en la Intertoto hacía 12 años. Con el gol, parecía que prolonga su buen mes para solicitar con goles una renovación en el Camp Nou. Minutos después, cuando el Barça trataba de asimilar el golpe, Ter Stegen sacó un zurdazo de Griezmann en el aire tras un gran pase de un Torres que estaba eléctrico y terminó expulsado por primera vez en su carrera en Champions.

El plan parecía efectivo, acertó la primera de las dos claras que tuvo, pero se intuía que quizá se le hacía largo. Con la roja, la misión era casi imposible. Hasta ese momento, sólo Busquets ordenaba a un Barça algo deslavazado y sin fluidez con la pelota, que la perdía demasiado rápido y sólo Neymar había cabeceado un centro de Alves con peligro. A nivel mental parecía aturdido, tratando de asimilar la situacion: tras caer en el Clásico y por debajo en el marcador, debía demostrar su nivel. El Barça, con una falta de precisión desconocida, debía remar ante el equipo que mejor defiende del mundo. Cholo optó por usar a Carrasco de referencia en un equipo que defendía más atrás, lo que permitía que los laterales del Barcelona ya subieran, generando superioridad.

Tras el descanso, el Atlético no se amilanó y llegó en los primeros minutos ante Ter Stegen. Respondió Messi con una chilena que se fue junto al poste. Ahí empezaron unos minutos de acoso locales. Neymar encontró la madera, pidió penalti por una acción con Godin, Filipe robó una bola en el área pequeña a Messi cuando iba a fusilar... El Atlético, ya con Augusto en el campo, se encomendó a Oblak, que atrapó un cabezazo del brasileño, que casi marca desde lejos, y repelió otro disparo lejano de Messi. No era posible defender más de media hora metido en el área. Y Suárez, desaparecido menos para mostrar su lado más agresivo con Juanfran en la primera mitad, lo confirmó al aprovechar una bola colgada de Alves que Alba mandó al área chica donde el charrúa la mandó a la red. Luis Enrique puso a Rafinha, con su estrenada alta médica para ir a por el partido. Embotelló más aún el Barça al Atlético y de nuevo Luis Suárez marcó de cabeza tras una buena asistencia de Alves después de una combinación entre Messi y el 9 azulgrana. Quedaban casi veinte minutos, por lo que Simeone, que ha formado el equipo con más corazón del mundo, puso a Thoas como falso 9 para conservar un 2-1 que, visto lo visto, es un buen botín para optar a la remontada en el Calderón. Hace dos campañas los rojiblancos ya se impusieron por 1-0 en esta misma ronda.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios