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Ernesto Valverde, abatido en el banquillo local del Villamarín. AFP
Del posible triplete a un desplome inexplicable
Final

Del posible triplete a un desplome inexplicable

Hace 21 días, el Barça de Valverde estaba a tres pasos de conquistar todos los grandes títulos, una ilusión que se ha quedado finalmente en la Liga

Domingo, 26 de mayo 2019, 17:49

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Comenzaba el mes de mayo y todo era vino y rosas para el Barça de Ernesto Valverde, que tras conquistar su segunda Liga consecutiva en una victoria ajustada ante el Levante en el Camp Nou a falta de tres jornadas para el final del campeonato, se plantaba en el tramo decisivo de la temporada a sólo tres pasos de conquistar el tercer triplete en la historia del club azulgrana.

Tres pasos, sólo tres, pero qué tres. En el primero llegó la caída, quizás una de las más dolorosas de la larga trayectoria del Barça por las competiciones europeas. Tras un 3-0 en la ida de las semifinales de Champions frente al Liverpool tan positivo como excesivo a tenor de lo visto sobre el césped del coliseo culé, en Anfield llegó lo imprevisto: un 4-0 demoledor que metió a los 'reds' en la gran final del Metropolitano -el hipotético tercer y último escalón hacia el triplete que nunca llegó- y dejó al Barça en un estado de depresión profunda, del que tampoco se ha recuperado a tiempo para afrontar en firme ese segundo paso que al menos le hiciese terminar la temporada con un doblete nacional, conquistando la Copa ante el Valencia.

«La lectura y la realidad es que hemos vuelto a perder. No hemos podido cumplir las propias expectativas que teníamos. Hace días estábamos pensando que podíamos hacer un triplete», reconocía el técnico del Barça, abatido pero siempre tranquilo y reflexivo en sus explicaciones después de la derrota en la final copera.

Algo le ha pasado a este Barça de Valverde a la hora de afrontar las grandes citas. Regular y efectivo en Liga, donde el 'Txingurri' aprueba y con nota, el equipo azulgrana ha sido un motor diésel, demoledor e intratable en el día a día de un campeonato de fondo pero incapaz de desarrollar la potencia necesaria para superar al rival cuando de un duelo de velocidad pura se ha tratado.

Ni siquiera Gerard Piqué se atrevió a aventurar la continuidad de Valverde nada más concluir la final de Sevilla. «El futuro del entrenador no nos preocupa. Tenemos que hacer un análisis individual y colectivo. Ya hemos dicho que nos gustaría que siguiese porque ha hecho un gran trabajo, pero son decisiones que no están en nuestras manos. No depende de nosotros. Tenemos un verano largo para analizar qué se puede hacer mejor», se limitó a señalar el central catalán en este sentido.

Tres derrotas decisivas

Mucho más firme se mostró el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu: «He dicho siempre que Ernesto tiene contrato para la próxima temporada, es el entrenador. No creo que esta derrota sea culpa suya. Hemos tenido muchas oportunidades, pero no han entrado».

Nunca tan pocas derrotas le han hecho tanto daño a un técnico. Entre las tres grandes competiciones, Valverde ha perdido sólo diez partidos en dos temporadas -cuatro de Liga, cuatro de Copa y dos en Champions-. Se trata de un balance estadísticamente magnífico teniendo en cuenta que ha dirigido 116 encuentros, pero la clave en el deporte muchas veces no reside en lo cuantitativo, sino en lo cualitativo.

Tres derrotas, sólo tres en casi dos años, ponen al todavía técnico azulgrana en una situación más que comprometida y emborronan su historial en el Barça. La primera de ellas fue en el Olímpico de Roma la temporada pasada, cuando tras un 4-1 en la ida de cuartos de final de la Champions el Barça se dejó frente a la Roma en la ciudad eterna la cartera y casi la vida, con un 3-0 que segó sus posibilidades en la máxima competición continental; la segunda, hace 19 días, en Liverpool, y la tercera, el sábado en el Benito Villamarín ante el Valencia de Marcelino.

Lo cierto es que un equipo del nivel del Barça disputa a lo largo de la temporada más de medio centenar de partidos oficiales, pero se cuentan con los dedos de una mano aquellos que pueden decidir el futuro de su entrenador. Buena fe de ello da hoy Ernesto Valverde, cuyo proyecto en Can Barça se tambalea, pues la herida que ni siquiera había cicatrizado se ha vuelto a abrir de lleno.

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