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Virginia Torrecilla (d) disputa un balón durante el partido ante Alemania. Reuters
Virginia Torrecilla, el corazón de España
Mundial Francia 2019

Virginia Torrecilla, el corazón de España

La centrocampista del Montpellier está siendo uno de los pilares de la selección de Jorge Vilda en el Mundial

Sábado, 15 de junio 2019, 18:29

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Virginia Torrecilla es la gran sorpresa agradable de la selección española en el Mundial de Francia. La mallorquina no estaba entre las teóricamente titulares de Jorge Vilda antes del inicio del campeonato, pero se ha erigido en el auténtico corazón del equipo español en sus dos partidos ante Sudáfrica y Alemania. Pulida físicamente en el exigente fútbol francés, pues milita en el Montpellier galo desde 2015, un espectacular despliegue en la medular ha convertido a 'Vir', tal y como la llaman sus compañeras en el vestuario, en un pilar indiscutible. «Jugar en Francia me ha ayudado mucho, son una de las grandes potencias mundiales. Son futbolistas más físicas, no es que entrenen más, es que son así. Al final, te tienes que amoldar a ello», explica Virginia, que dejó el Barça tras tres Ligas y dos Copas de la Reina en tres temporadas y que lleva ya cuatro campañas en el potente campeonato francés.

A sus 24 años, es ya una de las jugadoras de jerarquía en una selección a la que llegó en 2013 y con la que disputó la Eurocopa de ese mismo año, cuando España alcanzó los cuartos de final, una ronda en la que cayó ante Noruega, y el Mundial de Canadá en 2015, primera experiencia mundialista en la historia del fútbol femenino español. Con un currículum de 60 internacionalidades y media docena de goles con la selección, la centrocampista de Cala Millor, en Mallorca, es, junto a futbolistas como Alexia Putellas, Mapi León, una de las integrantes de ese eslabón que conecta al grupo de veteranas que rozan la treintena, como Jennifer Hermoso, Marta Torrejón, Marta Corredera o Irene Paredes, con la nueva generación de jóvenes promesas formada por Mariona Caldentey, Nahikari García, Lucía García o Aitana Bonmatí.

Junto a la guardameta Sandra Paños, una defensa formada por Marta Torrejón, Irene Paredes, Mapi León y Marta Corredera y la atacante Jennifer Hermoso, Virginia es una de las siete futbolistas que han jugado todos los minutos posibles en este Mundial. Lo ha hecho además dejando unos datos de rendimiento que sostienen la sensación de que es probablemente la mejor jugadora española en el campeonato hasta el momento, puesto que supera la veintena de kilómetros recorridos (20,8) a lo largo de los dos partidos de España, un despliegue físico de altura que además ha llevado a cabo limpiamente, pues no ha recibido todavía amonestación alguna y apenas ha cometido cuatro faltas en dos partidos completos, por las dos que ha recibido.

A una presencia notable en la medular, que fue clave para plantar cara al poderío físico de Alemania junto al trabajo de Silvia Meseguer, su acompañante en el centro del campo titular frente a las germanas, Virginia ha unido además su capacidad de llegada a la portería contraria, con hasta cuatro remates, todos desde fuera del área y tres de ellos bloqueados por jugadoras rivales y uno desviado. Dio también la asistencia en el gol de Lucía García frente a Sudáfrica, un gran pase que la delantera del Athletic aprovechó a la perfección para marcar el 3-1 ante las subcampeonas africanas.

Virginia Torrecilla, durante una rueda de prensa.
Virginia Torrecilla, durante una rueda de prensa. Juan Carlos Cárdenas (EFE)

Molestias físicas

El rendimiento de Virginia en la sala de máquinas del fútbol de España ha permitido además que el juego de compañeras con una vocación más ofensiva como Alexia Putellas, Mariona Caldentey o Jennifer Hermoso brille en mayor medida, permitiendo al equipo de Jorge Vilda ser uno de los más llegadores del campeonato, como así demuestran las oportunidades de gol generadas.

Por todo ello, todas las alarmas han saltado alrededor de Virginia cuando la centrocampista no ha podido ser partícipe de los entrenamientos de España junto a sus compañeras en los últimos días. La futbolista balear se ejercitó al margen del grupo el jueves y el viernes, el primer día haciendo trabajo de recuperación con los fisioterapeutas en el interior de las instalaciones del estadio Jean Jacques y el segundo, llevando a cabo trabajo físico en una bicicleta estática situada en el anillo que rodea el césped del estadio, al que miraba con la determinación de saber que ese es su sitio. Pese a todo, se espera que pueda llegar al partido frente a China de mañana. Sus compañeras, el cuerpo técnico de la selección y toda la afición cruzan los dedos para que así sea. No en vano, España necesita más que nunca a su corazón para seguir al nivel de las mejores, soñando con fuerza en el más importante de los torneos.

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