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Simonet, en una acción del partido.

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Simonet, en una acción del partido. Peio García

El Ademar vuela hacia la Champions

Un empate 'in extremis' con un gol de Mario López a falta de diez segundos pone al Abanca Ademar a solo un paso de repetir presencia en la máxima competición continental

DANI GONZÁLEZ

Sábado, 12 de mayo 2018, 18:42

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Iba a ser un día emotivo. Tres símbolos como Costoya, Piñeiro y Cupara se despedían del Palacio. Pero estaba en juego la Champions y los leoneses dieron un paso fundamental de una manera muy vibrante. Con un gol en los últimos compases de Mario López, el Abanca Ademar empató 23-23 ante Ciudad de Logroño y se acerca al subcampeonato.

Había mucho en juego en el Palacio. Volver a la competición de clubes más importante del planeta no es cosa menor, como diría aquel. Por ello, nadie quería fallar, nadie quería que su error fuera el que condenó a su equipo a no estar en la Champions. Tensión, nervios y cero riesgos caracterizaron este partido en el que sobresalieron las figuras de los porteros y los inquebrantables sistemas defensivos.

Abanca Ademar

Cupara; Mario López (2), Vieyra (2), Simonet (1), Pesic, Costoya (8), Juanín (3) – siete inicial – Biosca (ps), Vejin, Carou, Rodrigo (1), Piñeiro (2), David Fernández (1), Jaime (1), Acacio, Gonzalo (1)

23

-

23

Logroño

Krupa; Chiuffa (1), Garciandía (1), Kukic (1), Garabaya, Sánchez-Migallón, Ángel Fernández (4) – siete inicial – Romeo (ps), Aguinagalde (ps), Montoro (5), Kusan, Muñoz (5), Paredes, Del Arco (4), Cadarso (2)

  • PARCIALES 1-1, 3-1, 5-3, 8-4, 9-6, 9-7 (descanso), 12-9, 15-13, 16-17, 18-19, 21-21, 23-23 (final)

  • árbitros Rodríguez Estévez y Rosendo López. Excluyeron a Piñeiro por parte del Abanca Ademar y a Sánchez-Migallón por parte del Logroño. Expulsó con roja directa a Krupa, de Logroño (min. 31)

Inquebrantables como la fe y la garra del Abanca Ademar. Porque el 'león del Bernesga' enseñó los dientes desde el inicio pese a que el primer golpe fue riojano. Cupara y la defensa marista cerraron la trapa desde el comienzo del partido y mantuvieron a Logroño con un gol en los primeros 12 minutos.

En ataque, las cosas no salían como les gustaría a los maristas. Nadie quería fallar y, por tanto, pocos se la jugaban. Los goles caían casi llorando, cada tanto costaba un mundo lograrlo. Si antes del partido la creencia de que cada gol sería importantísimo, con el transcurso del mismo esa relevancia pasó a ser capital, con los lanzadores prácticamente anulados.

El Abanca Ademar llegó a tener hasta cuatro goles de ventaja. Y todo eso pese a estar delante un Jakob Krupa excelso, que recordó al portero que ocupó la meta logroñesa hace una semana en Copa del Rey. Un 35% de acierto bajo palos al término de la primera mitad era buena muestra de ello.

Logroño se reengancha

Los nervios se veían en ambos conjuntos, con pérdidas, pasos y faltas en ataque impropias de la categoría de ambos contendientes. Todo esto se vio favorecido por el estratosférico nivel de las defensas.

Con el cuadro de Guijosa con cuatro goles de ventaja, llegó la exclusión de Piñeiro. Esta inferioridad numérica, la única del primer acto, propició una oportunidad que Logroño no desaprovecharía. Los riojanos recortaron distancias y volvieron a estar en dos tantos de diferencia.

El tramo final de la primera mitad fue el peor tramo del Abanca Ademar, muy romo en ataque pero al que entre un Cupara sensacional, por encima del 36% de acierto, y un Biosca que detuvo un siete metros y 'ayudó' a que Chiuffa enviara otro al larguero, permitieron que los de Guijosa se fueran con dos de renta al descanso.

La segunda mitad comenzó con una de las jugadas clave. Jaime Fernández recuperó, se fue a la contra y anotó ante Krupa. En el ímpetu del salto, la pierna del meta riojano impactó en la cara del extremo leonés, que tuvo que retirarse con una importante hemorragia en la cara, mientras que la pareja arbitral mostró la roja al portero de los visitantes.

Resurge Logroño, aparece Costoya

El partido se rompió del todo en la segunda mitad. Los goles empezaron a caer de los dos lados y Logroño se metió en el partido, tras ir cuatro abajo, con un parcial 0-3. La tensión se multiplica y cada ataque, cada defensa, cada balón, eran vitales.

Las grandes figuras aparecieron. Costoya emergió del ostracismo ya que, pese a a no haber sido apenas protagonista, iba a ser una vez más decisivo. El asturiano cargó el brazo y comenzó a anotar uno tras otro gol, respondiendo a los ataques riojanos, muy precisos tras el cambio de ritmo logrado por Jota con la entrada de Cadarso en la cancha.

Logroño completó la remontada y se puso por delante. Durante cinco minutos mandaron en el marcador, hasta que Biosca, con una gran parada, y David Fernández, con un golazo, devolvieron al Abanca Ademar al 'mandato' del choque.

Errores, nervios y pérdidas marcaron el final del choque. Durante varios minutos, el marcador se mantuvo inmóvil: un gol podría ser clave. Mario López anotó un gran fly, respondió rápidamente Juan del Arco y un tanto de Montoro, a falta de minuto y medio, puso por delante a Logroño.

Final vibrante

En el último minuto, un error de Costoya propició la recuperación para Logroño. El cuadro riojano tenía balón para ganar, para ponerse dos arriba, pero un paradón de Cupara dio una opción, dio una vida al Ademar que con su esencia, con el contraataque, empató a falta de diez segundos para el final. Montoro tuvo la opción de ganar para los logroñeses, pero su lanzamiento se fue alto, tan alto como quiere volar el Ademar.

La Champions está mucho más cerca. Vibrante, muy tenso y con un grito de alegría al final, el Abanca Ademar despidió esta temporada el Palacio con el segundo puesto a solo un paso. Una despedida para Piñeiro, Costoya y Cupara a la altura de estos tres jugadores, que todavía tendrá un reto por delante: ganar en Valladolid.

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