Desde los cimientos

Un fuerte huracán azotaba la construcción del puente del Ademar a Europa. Un empate en Cuenca ante Ciudad Encantada estaba zarandeando al conjunto marista, por lo que su ingeniero, Rafa Guijosa, decidió reforzar los cimientos. Y funcionó. Apoyados en una gran defensa y un Cupara descomunal, los leoneses han logrado la victoria ante Puente Genil en tierras cordobesas por 21-30.

El choque arrancó con una premonición. Y es que los porteros iban a tener mucho protagonismo. Los primeros cinco ataques del partido acabaron con paradas de los guardametas, que empezaron muy acertados, en especial Vladimir Cupara. La defensa marista comenzó a buen nivel, lo que ocasionó un parcial 0-4 de salida que dio alas al cuadro de Guijosa.

Ocho minutos. Este fue el tiempo que tardaron los cordobeses en abrir la lata. Pero este gol les aupó y les dio confianza para luchar por el partido. Un parcial 3-0 les metió de nuevo en la lucha, algo que Guijosa tuvo que parar con un tiempo muerto. A partir de aquí, al Ademar le costó más anotar y evitar encajar goles. Pero, pese a ello, siempre se mantuvo por delante en el marcador, demostrando quién era el favorito a la victoria.

Anímicamente, el Puente Genil fue decreciendo al ver que no eran capaces, ni siquiera, de igualar el partido. Dirigidos por un gran Rodrigo, que ha vuelto a demostrar que tiene valía para comandar el ataque marista, y con una defensa en pleno crecimiento, el Ademar puso algo más de tierra de por medio en el tramo final de la primera mitad. Al descanso se llegó con 10-13 que hablaba muy bien de la labor defensiva de los de Guijosa.

Cupara 'superstar'

La segunda mitad comenzó de manera similar a la primera, con dos ataques imprecisos y con una figura realzándose a cada minuto que pasaba, Cupara. El Ademar encontró la meta rival, y puso una renta de cinco goles que sería el principio del fin para los andaluces.

Las conexiones con el pivote funcionaban mejor, la primera línea veía con más claridad puerta y la defensa se mostraba irrebasable. Juanjo Fernández se erigió como líder en ambos ámbitos, completando una segunda mitad de muchos quilates.

Minuto a minuto, segundo a segundo, la moral cordobesa se venía cada vez más abajo. Era lógico, ya que la defensa de Ademar estaba siendo muy serio y muy eficaz. Los leoneses llegaron a colocar los nueve goles de renta en el tramo final, lo que dio tranquilidad al cuadro de Guijosa y la oportunidad de coger experiencia a un Jaime Fernández que jugó a banda cambiada y a Javi García.

Sin mucha más historia, el partido caminaba alegremente para los maristas hacia su final. Con la participación de los menos habituales y la satisfacción de haber vuelto a realizar la defensa que hizo temblar a toda la Asobal, los leoneses cerraron el choque con el definitivo 21-30.