Los mensajes de los ilustres que León oculta en cuatro espacios emblemáticos
Piden al Ayuntamiento que mejore la accesibilidad en cuatro enclaves fundamentales donde se cuenta la historia de personajes históricos de la ciudad
Pasamos muchas veces por delante pero apenas podemos verlo. Vecinos de León pidieron hace cuatro meses al Ayuntamiento de León así como a otros partidos a nivel municipal que pusieran en valor mensajes repartidos por la ciudad en diferentes puntos que recuerdan a leoneses ilustres o cuentan la historia de personajes emblemáticos de la capital.
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Ramiro Pinto, escritor y activista social de León, comparte ahora aquella petición que también presentaron por registro en la que explicaban que en la ciudad de León existen «frases y textos en relación con algunos monumentos que no pueden leerse» por lo que piden «colocar un letrero cerca de estos textos para hacerlos legibles» poniendo así en valor el patrimonio cultural que «no está suficientemente reconocido por los mismos leoneses».
Ponen cuatro ejemplos claros de lo difícil que puede ser para los leoneses y los turistas acceder a puntos de interés sin arriesgar la vida cruzando por la carretera o sin romperse en cuello intentando hacer pericias para leer un letrero.
La estatua de Guzmán
En el pedestal de la estatua de Guzmán el Bueno, en la plaza, se pueden leer dos inscripciones que se le atribuyen: «Los buenos caballeros ni compran ni venden la victoria» y «No engendré yo hijo para que fuera contra mi tierra». Además, hay una tercera, explica Pinto, atribuida al rey Sancho IV el Bravo en una carta que escribió desde Alcalá de Henares que dice: «Es justo que quien hace la bondad tenga nombre de Bueno».
Estas inscripciones no son accesibles ya que para llegar a ellas habría que cruzar hasta la fuente atravesando los carriles de una de las rotondas más concurridas de la capital. Por ello, piedn que se coloque en una zona peatonal anexa un letrero que permita leerlas.
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El pasadizo entre la Casa Botines y el antiguo Banco Herrero
Explica Ramiro Pinto que en el pasadizo que separa el edificio levantado por Gaudí y la actual sede del banco Sabadell hay una vidriera que hizo el maestro Luis García Zuedo con dos versos de Antonio Gamoneda. Las palabras se pueden leer al revés desde fuera, pero muy poca gente lo conoce y ha reparado en ello porque, además, el espacio está ocupado por una terraza de hostelería.
En la vidriera se puede leer: «La luz es de todos los hombres, también la tierra lo será algún día; si tu pensamiento es libre como la luz, que tus manos sean generosas como la tierra».
La placa del monumento a Durruti
Se trata, dice Pinto, del «único monumento que existe en el mundo a un anarquista que no se puede leer», exceptuando a «los peregrinos que pasan delante y las personas mayores que tienen la espalda molida». Piden por ello que en un letrero más visible se coloquen las palabras del escultor autor del Hálito Durruti, Diego Segura.
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La fachada de Julio del Campo
Por último, piden al Ayuntamiento que no deje aparcar los coches delante de la fachada de Julio del Campo en la calle homónima para permitir ver la fachada de un edificio que es «singular a nivel mundial» por su «arte arquitectónico que ensalza la ciencia y la creación artística» pudiendo así realzar y leer «con perspectiva» la fachada. Al tiempo, piden poner un cartel en la plaza que indique dónde está.
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