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Paloma Bravo.
«La crisis nos ha enseñado que estamos a un ERE de cambiar de clase social»

«La crisis nos ha enseñado que estamos a un ERE de cambiar de clase social»

Paloma Bravo ·

La escritora cuenta la historia de amistad de seis mujeres «realistas» que han cumplido los 40 años en la novela 'Las incorrectas'

Álvaro Soto

Madrid

Domingo, 9 de junio 2019, 00:43

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Cuenta Paloma Bravo que en el mundo de la ficción, las mujeres siempre están definidas por la búsqueda de algo externo que les falta y que las redimirá: un hombre, un hijo... «Desde Anna Karenina hasta Bridget Jones, nos han hecho creer que las mujeres, sin un marido o un amante, no somos nada. Y eso me molesta. Hacen falta otros referentes femeninos», explica esta periodista y escritora, que ha querido darle una vuelta a la situación en su nueva novela. En 'Las incorrectas' (Espasa), las protagonistas son seis mujeres que no son reales, pero sí realistas, que han superado los 40 años, que comienzan a asumir las decisiones acertadas y erróneas que han tomado en su vida y que entablan una relación de amistad que actúa como red de protección frente a la aspereza del día a día.

«Esa es una edad crítica, pero también muy chula, porque durante muchos años, vamos aplazando las grandes decisiones de nuestra vida y cuando llegamos a los 40 nos damos cuenta de que las grandes cosas ya no te van a llegar solas, y te las tienes que construir tú», explica Bravo, que ha dibujado con humor, ironía y ternura seis perfiles diferentes, pero complementarios, para tratar de explicar un mundo poscrisis que ya no es sólido, sino líquido y en el que un millón y medio de mujeres, solo en España, viven en hogares monomarentales. Mujeres a las que el tiempo de su gran papel en el cine se ha pasado, que han visto cómo su marido ha acabado en la cárcel por un caso de corrupción o que tienen que subirse a un taxi para ganar dinero haciendo carreras, y no precisamente Derecho y Económicas.

«Antes, uno se pasaba la vida en la misma empresa y ahora, una circunstancia ajena a ti te deja sin trabajo. Los últimos años de crisis nos han enseñado a todos que estamos a un ERE de distancia de cambiar de clase social. En el pasado, estudiar una carrera y un máster y hablar inglés era la garantía de un nivel mínimo de sueldo que no iba a cambiar. También, hacer bien tu trabajo era una garantía de que no ibas a perderlo. Pero hace diez años que eso se acabó. Conozco gente que dirigía empresas y ahora conduce un Cabify», asegura Bravo, que alcanzó el éxito con su primer libro, 'La novia de papá', que fue adaptado al teatro. También es autora de 'Tres mujeres solas', 'La piel de Mica', 'Solos' y del libro infantil 'Los cuentos del koala'.

'Las incorrectas' es un libro feminista, y así se declara su autora. «Hay muchos feminismos y hace falta autocrítica y sentido del humor. Por ejemplo, no me gusta que con la excusa del feminismo se arrase con la presunción de inocencia, que es un valor básico de los derechos humanos. El feminismo tiene que ser un movimiento que defienda la igualdad de todos y debe hacerlo desde la empatía, desde el reconocimiento de realidades plurales. A veces, la agresividad es necesaria y la ira es un motor enorme, pero el fin no justifica los medios», asevera. «La palabra empoderamiento no me gusta, me parece ajena, me da la sensación de que alguien nos da poder. No, a las mujeres no nos tiene que empoderar nadie. Nos tienen que dejar ejercer el poder que merecemos. Yo no quiero que me empoderen, yo quiero tener poder», afirma la escritora.

'Las incorrectas' de Paloma Bravo se conocen mientras sus hijos e hijas pequeños se entrenan en un campo de fútbol. Porque ahí, en el terreno de juego, también se están rompiendo reglas tradicionales. «Mi hija quería jugar al fútbol con niños. ¿Por qué no iba a poder hacerlo? Y aunque es cierto que al principio tuvo que superar algunos obstáculos, lo consiguió. Igual que el hecho de que los uniformes de las niñas tengan que ser faldas, y no pantalones. Yo creo que la igualdad debe conseguirse a través de la educación, pero yo también intento ser muy pragmática porque todo suma», relata la autora.

Para completar el perfil 'incorrecto' de la novela, aparece una niña que no es un angelito, sino un demonio que solo piensa en hacer el mal y que sirve para enseñar la dificultad de las relaciones entre progenitores y vástagos. «He pensado mucho en la maternidad desde que tuve a mi hija», apunta Bravo. «Los hijos tienen un carácter determinado, por mucho que se empeñen los padres, y no todos los pequeños son inocentes. Los adultos malvados que conocemos posiblemente eran malvados de niños».

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