Borrar
Marta Nieto encarna a Elena, en 'Madre'.
Marta Nieto presenta 'Madre': «Elena ha sido el regalo de mi carrera»

Marta Nieto: «Elena ha sido el regalo de mi carrera»

Entrevista ·

La actriz estrena este fin de semana 'Madre', continuación del cortometraje homónimo en el que daba vida a una mujer que perdía a su hijo

Iker Cortés

Madrid

Miércoles, 13 de noviembre 2019, 20:26

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Es posible que el espectador no se haya recuperado aún de lo que ocurría en 'Madre' (2017), la pieza de Rodrigo Sorogoyen que el pasado año obtenía el Goya al mejor cortometraje de ficción. Marta Nieto (Murcia, 1982) daba vida a Elena, la madre de Iván, que en apenas quince minutos asiste a una pesadilla: la desaparición de su hijo retransmitida por teléfono. Ahora Marta vuelve a encarnar a esa mujer, pero diez años después en 'Madre', la película que llega este viernes a la cartelera. Elena se ha convertido en una suerte de zombi que todos los días recorre la playa de la costa francesa en la que desapareció su hijo. Hasta que un buen día, conoce a un adolescente que le recuerda al pequeño.

-La intensidad emocional del cortometraje era tremenda. Cuando Rodrigo te propone continuar la historia, ¿no pensaste en salir corriendo?

-Al contrario, me pareció una súper oportunidad porque es verdad que el cortometraje es guay, pero me supo a poco porque ensayamos cinco días y rodamos un día. El cortometraje tenía más que ver con un ritmo, un tempo y una resolución, era como un fogonazo, una especie de teatro breve, y la película ha sido un lujo. Poder trabajar un personaje complejo, al que le ha pasado un trauma como éste, pero teniendo en cuenta que esta vez el conflicto apenas se toca y aparece otro conflicto que tiene que ver con el anterior… Ha sido el regalo de mi carrera.

-¿Cómo se mete uno en un papel con tanta carga emocional?

-Primero me documenté mucho, hicimos una labor de búsqueda y de entender. Hablé con gente a la que le ha pasado algo similar porque hay muchas maneras de afrontar una pérdida como esta y a partir de ahí fui eligiendo, teniendo claro que esto debía ser un estado y debía estar ya en el cuerpo, dado que no tenía que actuar sobre ello, porque como he dicho antes la película toca otro conflicto, y debía evitar el drama que le pasa a Elena. Y para eso pues adelgacé, aprendí francés…

-¿En serio lo aprendiste?

-Una de las cosas más guays de este curro es poder llevarte cosas para tu vida. Esta elipsis de diez años, ese paso del tiempo, es el que yo he tenido que inventar y es muy divertido: tienes que tomar decisiones muy concretas, imaginar mucho y habitar lo que ocurre en esos diez años. Es decir, lo que no se ve en la película, ha sido lo más laborioso y me ha llevado muchos meses. Luego ya ocurren otras cosas en el personaje. Yo lo veo como un despertar.

-La cinta juega con la ambigüedad, hay un sentimiento maternal pero también una especie de enamoramiento...

-Bueno, ella durante esos diez años en los que convive con su tragedia se va apagando hasta que se convierte en un zombi, arrastrándose, sobreviviendo... Cuando se encuentra con este chaval, empieza a despertar, no sabe por qué pero está cómoda con él, empieza a sentir cosas que creía olvidadas y sí que tienen que ver mucho con emociones de la maternidad, con amor, cariño, con necesidad de cuidar, con el mundo de una madre. Lo que pasa es que ella está muy desordenada, yo no la entiendo del todo y en este sentido mi trabajo no ha tenido que ver con entenderla porque es muy compleja. Ella reacciona sobrevive e intenta acabar el día.

-Da la sensación de que con Rodrigo Sorogoyen se puede improvisar poco, dado lo medida que está su propuesta formal. ¿Es así?

No, qué va. Es muy controlador, pero luego tiene una cosa que me encanta y es que considera que delante de la cámara tiene que ocurrir algo real y para eso utiliza muchos mecanismos. Tu estás en tu personaje y el te pincha. Además no se rueda lo que está escrito porque si te lo sabes y lo has dicho muchas veces el cree que ya no es verdad. En 'Madre' hay una escena con una fotografía que está totalmente improvisada y eso es oro porque cuando genera dinámicas así yo viajo. Es muy bueno dirigiendo actores.

-Llevas trabajando en el cine y la televisión desde 2004, pero es ahora cuando estás obteniendo más reconocimientos. ¿Por qué crees que está sucediendo ahora?

-Vivimos en una sociedad muy exigente, que premia el éxito como si fuera una meta en sí misma. Es verdad que es inspirador tener metas como alcanzar grandes trabajos o estar muy expuesto o ser conocido. Hay gente a la que ese tipo de cosas les mola. En mi caso nunca ha sido muy importante; también creo que no estaba preparada. Ha sido una cuestión muy orgánica, he hecho muchas cosas antes, entre otras, he sido madre. No sé, yo creo que que todo es perfecto y que cada cosa ocurre a su tiempo. No hay prisa, en realidad, si uno va haciendo las cosas lo mejor que puede y está evolucionando, cambiando, aprendiendo. A veces atraviesas algo de éxito y es fantástico, a veces te quedas a vivir un rato en él y luego vuelves a hacer otras cosas. Yo solo tengo la necesidad de seguir aprendiendo y creciendo. Quiero que me sigan llegando personajes de este calado, pero si me hubieran llegado antes, quizá no los hubiese sabido aprovechar. Es un reto. Hay que ser valiente y eso tiene que ver mucho con la madurez. Cuando lees el guion dices: «Hostia, esta es la oportunidad de mi vida». Pero también hay una parte de mí que dice: «Ojo, la puedes cagar como nunca».

-Y, de pronto, premio Horizontes a la mejor actriz en Venecia.

-Es un oasis. Yo me llevo esforzando mucho tiempo para muchas cosas, no solo para mi trabajo, pero que de repente te reconozcan es un abrazo de calor y un momento de pararte y agradecer y valorar el esfuerzo conseguido.

-Es una película con protagonista femenina. ¿La industria va entendiendo que la mitad de la población estaba infrarrepresentada?

-Creo que sí, que por fin parece que somos un nicho con dinero, que somos un target de consumidor, aunque siempre lo hayamos sido, pero ahora parece que tiene más interés con este boom de lo audiovisual. De hecho, yo ahora estoy escribiendo un guion y lo siento como necesario y tiene que ver también con este momento en el que hay más visibilidad y en el que parece que tiene más sentido asumir la responsabilidad de que una mujer cuente su universo. A mí todo esto, el saber que voy a ser más escuchada, me ha dado la seguridad para ponerme a escribir, para arriesgarme. Todavía queda mucho por conseguir pero estamos mejor que nunca.

-¿Habías escrito antes?

-Siempre he escrito, pero nada para enseñar. Muchos cuentos, mucha poesía, alguna obra de teatro cuando era más joven. En este caso, creo que la historia que tengo entre manos es tan poderosa, que estoy flipando y estoy poniendo mucho de mí porque es una responsabilidad contarlo bien y me apasiona. Me han dado una residencia en la Academia de Cine, lo cual significa que tengo el respaldo de una institución. Se presentaron un montón de proyectos, cogieron quince, y que hayan cogido el mío es la hostia: un dinero al mes, las mentorías, los compañeros, salir probablemente con financiación... La mitad de las residentes son mujeres, esto antes no pasaba.

Vídeo. El tráiler de la película.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios