«Me han matado vacas a tiros y me amenazan de muerte porque quieren que venda y me marche»
El ganadero cuenta que ha presentado «16 denuncias» en las que relata robos y el asesinato de 50 reses y pide perdón a los afectados en Riofrío por los problemas causados por su vacas, a los que solicita «colaboración para encontrar a los asesinos y ladrones»
«¿Que no soy ganadero? Si tengo vacas, ¿cómo no voy a ser ganadero? Tengo una empresa y está todo legal. La gente que diga lo que quiera. Yo lo tengo todo perfectamente, hago con las vacas lo que me da la gana. Será un problema mío, no se tiene que meter nadie a decirme lo que debo hacer. Los animales son míos y si hacen daño se manda al seguro y se paga, y se acabó el problema. ¿Creen que yo quiero que haya un accidente? ¿Pero en qué cabeza cabe? ¿Que no les pongo comida? Las vacas son mías y tienen comida de sobra». Es lo que argumenta Amancio Gómez García tras leer y escuchar lo que los vecinos de un pueblo de León, Riofrío, han expresado en varios medios de comunicación.
Hace unas semanas, varias personas denunciaban que las vacas de una finca de la localidad estaban causando accidentes y destrozos en explotaciones agrarias y huertas: «Yo no tengo nada en contra de nadie y no quiero que ninguno se haga daño. Lo que la gente no sabe es mi problema. Tengo puestas 16 denuncias -algunas son cartas a los ministros- y los -Marlaska y Torres Pérez- voy a llevar al juzgado», afirma Amancio que añade que «si una vaca te ha hecho daño, pues chico, denuncia y punto. Van a perder, pero si ganan pues se paga, pero llegar a cosas personales, no me jodas».
El hombre, que también critica a los que dicen que ya es mayor -tiene 83 años- para dedicarse a ello, lamenta que se cruce la línea de lo personal: «Nunca he tenido problemas con nadie, soy una persona normal y formal, pero ellos sólo tienen un objetivo: que me marche de aquí. Pero no lo van a conseguir, porque yo tengo una propiedad que es la más grande de todas, una mía de cincuenta hectáreas y cuento con otras cien más. El único problema que tengo es que abren para que salga el ganado; que van a cazar, abren la portillera y no la cierran para que salgan a la carretera para que haya un accidente y luego vayan por mí. No buscan otra cosa. ¿Cuál es el motivo suyo? Yo no le he dado vueltas y solo he encontrado uno, que me vaya. No he sido capaz de encontrar a nadie que las compre pero estoy negociando para vender unas cuarenta y quedarme con treinta. Y luego hay otra cosa, han llegado al extremo de amenazarme de muerte. Y últimamente están cometiendo otro error que es coaccionar y amenazar a todas las personas que me pueden ayudar».
Denuncias sin resultados positivos
«Yo empiezo denunciando a la Guardia Civil los hechos. Y luego, automáticamente, hago un escrito al comandante de la Guardia Civil de León y otro a la Delegación del Gobierno. Y sigo y voy a los ministros -de Interior y Política Territorial-, porque lo primero es hacerlo público y después presentar denuncia en juzgados», dice Amancio sobre las denuncias interpuestas y las cartas que ha enviado a la comandancia de la Guardia Civil en León, el delegado del Gobierno en Castilla y León, y los ministros Marlaska y Pérez Torres.
Sobre todas estas denuncias y comunicaciones, tanto la delegación como la Guardia Civil confirman que han sido recibidas y que se realizó el trámite oportuno por parte de la Guardia Civil dándole respuesta. También se da fe de que Amancio Gómez ha presentado diversas denuncias en varios cuarteles de la Guardia Civil en León y que se han investigado todas ellas pero ninguna ha prosperado porque esas investigaciones no han dado resultado positivo en relación a los hechos denunciados.
«Me han matado vacas a tiros»
En esas demandas se recogían posibles delitos como el robo o el maltrato animal, hasta el punto de contabilizar la muerte «a tiros» de medio centenar de reses: «Esto no es sólo llevarse unas cancillas, hombre, es matar vacas a tiros. Que han ido allí -los guardias civiles-, las vieron y no han hecho nada tras matarme vacas a tiros para que también mueran los terneros pequeños de hambre. Yo sé quiénes son más o menos, pero si no lo puedo demostrar cometo un delito. A mí me dijo la Guardia Civil que saben quiénes son, pero no lo pueden demostrar. ¡Pues demuéstralo! O encuentran a los culpables o es dejación de funciones, y esto se me paga», comenta enfadado Amancio, que añade que «no mataron ninguna dentro del cercado, todas fuera. Alguna llegaba a estar hasta a tres kilómetros de distancia», argumenta al ser preguntado en las denuncias si los animales estaban dentro de la explotación. En uno de los atestados se puede leer que en el denunciante «manifiesta que -los animales estarán- en el monte, habrá huesos».
Las quejas sobre la actuación de la Guardia Civil, aunque asegura tener buena relación con los agentes, siguen: «Por lo menos hay seis u ocho implicados. Es que es una barbaridad, matar a las madres y dejarme la cría allí que se me murió muerta de hambre y de frío. Decirme que hemos estado tirando a tiros por ahí para joderte. ¿Cree que se puede decir eso? Que lo busque la Guardia Civil, que es lo que tiene que hacer».
«Me llama la Guardia Civil y me dice, 'Amancio, no vamos ni a denunciarte'», comenta sobre un accidente que sufrieron los agentes al chocar con una de las vacas en la carretera: «Claro, ellos saben que tengo 16 denuncias presentadas… Me han cortado alambre, robado al pastor, me han prendido fuego a una casa dentro de la finca, me han envenenado las vacas, me drogaron a los sementales para matarlos fuera… Todo lo que diga es poco. Calculo que me han matado de setenta a ochenta animales a tiros. Calculo que los daños económicos rebasan los 200.000 euros», contabiliza el ganadero que vuelve a cargar contra la actuación de la Benemérita: «Y la Guardia Civil no ha hecho nada. Cuando las primeras muertes a tiros con rifle pedí que hicieran autopsia. Pero no la hicieron porque hay otro problema muy gordo, he ganado dos pleitos ya al Seprona, que eso les ha jodido mucho».
Vallado virtual
«Quiero quedarme con 30 vacas», comenta Amancio sobre sus intenciones de reducir su rebaño. Algo que, según él, ha intentado hacer pero no ha conseguido por culpa de todos los problemas que denuncia. Espera reducir el número de ejemplares y controlarlas gracias a a las nuevas tecnologías: «Ahora voy a poner los collares y al no haber vallas de ningún tipo no van a poder cortar ninguna cosa. Porque ahora llega un corzo y lo rompe, un jabalí, una vaca; y luego un cazador que coge, sale y deja abierto. Llega el gracioso de la moto y se mete. Yo he ganado muchos pleitos y este lo voy a ganar también».
Sobre los destrozos provocados por sus reses, asegura Amancio Gómez que siempre se hace cargo: «Hay una señora allí, que lo sentí mucho porque había estado enferma, y le dije al hijo que le pagaba los destrozos y me pidió 300 euros. ¿Cómo va a pedir usted 300 euros por dos berzas? Otro me dijo que le comió las zanahorias, otro un manzano…», relata, mientras denuncia también que buscan aislarlo y perjudicar sus intereses: «Lo último que hacen es que nadie vaya conmigo para que yo no tenga ayuda y tenga que vender las vacas. Por una hora al día ofrecí 500 euros para tener pastor y no ha ido nadie a por el puesto».
Por último, declara que quiere «apaciguar el tema» porque «por lo agresivo nunca se adelanta nada», y pide que «se ponga un texto pidiendo perdón a las personas por los daños causados, porque yo soy un señor y las vacas no tienen culpa de nada». El texto redactado para Leonoticias es este: «Amancio Gómez García da las gracias a todas las personas por adelantar la noticia. Perdono a las que me han amenazado, insultado, etc. Y mi gratitud al resto. A todos pido colaboración para encontrar a los asesinos y ladrones. Después de más de dos años de lucha ya es hora. La fiesta ha empezado».
Las vacas siguen fuera de la finca
Días después de esta entrevista que ahora se publica, los vecinos de Riofrío han vuelto a denunciar los hechos que ya expusieron en el artículo del 20 de octubre de 2025. En la foto que ilustra este artículo se pueden observar a las vacas cruzando la carretera y pastando en unas tierras cercanas en la noche del 28 de octubre.
Varios habitantes de la localidad siguen viendo a las vacas fuera de la finca sin ningún tipo de dispositivo de control y alimentándose de lo que encuentran por el campo, a veces las huertas o cultivos, como de centeno, de agricultores locales. Problemas a los que se añade la posibilidad de nuevos accidentes de tráfico ya que las reses siguen cruzando carreteras, calles y caminos.