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Un leonés en Chicago: «¿Frío con menos 49 grados? Para uno de León no es nada»

Un leonés en Chicago: «¿Frío con menos 49 grados? Para uno de León no es nada»

El leonés Pablo Arias ha vivido en primer persona el temporal más frío que se recuerda en Estados Unidos y sin embargo no olvida las gélidas mañana cruzando el río Bernesga para ir los Maristas: «El frío de León se te queda grabado para siempre»

A. CUBILLAS

León

Martes, 5 de febrero 2019, 13:31

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Poco a poco León se recupera del paso de la borrasca 'Helena', casi a la par que Chicago recobra la normalidad tras sufrir temperaturas mínimas de récord que han dejado un paisaje cubierto de hielo y nieve.

Pero ¿qué tienen en común León y en Chicago?

La respuesta está en Pablo Arias, ingeniero leonés que en 2001 decidió coger las maletas para hacer las Américas. Tras su paso por Nueva York, decidió echar raíces en Chicago. Allí, junto a su familia, ha vivido en primera persona la mayor ola de frío de la historia en Estado Unidos.

Un ola de frío glacial que «para uno de León no es nada», bromea Pablo, que asegura estar acostumbrado a los duros inviernos de Chicago. Al fin de cuentas, en León hizo callo.

Tanto, que no consigue olvidar esas gélidas mañanas en las que, con mochila al hombro, cruzaba el río Bernesga para ir al colegio. «En León hace mucho frío. Esas mañanas cruzando el río desde el Paseo de Salamanca no se te olvidan. El frío de León se te queda grabado para siempre».

Lo dice plenamente convencido, que incluso llega a tentar a una de León a visitar Chicago para comprobar su resistencia al frío. Hasta que le recuerda que días atrás han vivido temperaturas que han alcanzado los 32 grados bajo cero con una sensación térmica de -49 grados.

Con sólo oírlo, uno se congela. Sin embargo, Pablo rompe el hielo. «Una vez que llegas a cierta temperatura no notas la diferencia», dice entre risas este leonés, que reconoce que los inviernos son fríos en Chicago aunque nunca había vivido una ola tan gélida como la de este año.

Sin embargo, la vida en Chicago es muy diferente a la de León. También la forma de combatir al frío. «En León vas a todos los sitios a pie. Aquí estás acostumbrado a hacer vida en el interior y están muy preparados. Desde que empieza a nevar ves a las máquinas funcionando, es más, hemos llegado a tener un metro de nieve y nunca ha afectado a la operatividad del Aeropuerto».

Aunque en esta ocasión el temporal ha alcanzado valores negativos como no se recordaban, lo que durante unos días ha convertido a Chicago en una ciudad fantasma. El Gobierno desaconsejaba salir a la calle y las escuelas han cerrado. No es de extrañar que Fernando, su hijo, haya vivido este temporal como unas vacaciones anticipadas.

La oficina de Pablo también ha cerrado, por lo que durante tres días ha teletrabajado. Lo que no le ha impedido salir de casa. «El martes fui a hacer una compra mayor y asegurar que no teníamos que salir estos días. Lo que más me llamó la atención es que estaba todo vacío. No había nadie en la calle».

Una situación que Pablo y su familia asumen con total normalidad. Al fin de cuentas, en Chicago el invierno es muy largo. «Sigues con tu día a día. Cuando llega una ola de frío no te descoloca tanto porque la ciudad está preparado para ello», señala Pablo, que reconoce que en los medios de comunicación se ha vivido con «más intensidad» que la que se palpa en la calle.

Eso sí, reconoce que estos días su familia desde España ha estado más pendiente de ellos. También sus compañeros del colegio de Maristas, uno de los vínculos más estrechos que mantiene con León, y que estos días han conocido de primera mano cómo se vive el temporal de Chicago.

Porque viendo las gélidas imágenes de un Estados Unidos completamente congelado, los inviernos de León son casi una broma. Eso sí, para Pablo fueron la receta para soportar ahora temperaturas desplomándose hasta valores casi imposibles de imaginar.

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