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Dionisio con Mori, una ejemplar de perro leonés de pastor, junto a su rebaño de ovejas y cabras.

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Dionisio con Mori, una ejemplar de perro leonés de pastor, junto a su rebaño de ovejas y cabras. Miriam Chacón

Encantado, soy Perro Leonés de Pastor

Unos pocos románticos mantienen en León la pureza de un animal inteligente y fiel al ganado y cuyo estándar racial fue aprobado hace unos días por Agricultura

juan lópez

Sábado, 17 de noviembre 2018, 12:47

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«Vamos Mori, ven perrina». Dionisio García alerta a su cachorra desde el coche. Se dirige al rebaño de 80 ovejas churras y cabras algarvias y retintas que pastan muy cerca de sus naves, en la localidad leonesa de Mellanzos, junto al río Moro. El joven e inteligente animal no duda en hacer caso a quien la mima, la enseña, la da de comer… El can está aprendiendo su oficio: guiar el ganado como buen carea, su función. Es un Perro Leonés de Pastor, raza que recientemente recibió la aprobación de su estándar racial por parte de la Consejería de Agricultura y Ganadería, que implica la reglamentación específica del libro genealógico de esta raza.

Junto a 'Perla', su madre, estos perros exhiben una pureza que unos pocos románticos trabajan por no dejar perder en la provincia de León, aunque se conocen pequeños «reductos, pero fuertes», en Zamora, Palencia y Valladolid. El secretario de la Asociación de Criadores del Perro Leonés de Pastor (ACPLP), Juan José del Cano, relata que una raza «internacional y cosmopolita debe tener una morfología y vista exterior atractiva a todo el mundo». Por ello, en mayo de 2017 se asignó la llevanza del Libro Genealógico a esta organización, que da sus primeros pasos con el estándar racial, que detalla sus características morfológicas.

Actualmente, una docena de románticos mantiene el núcleo fundacional de esta Asociación, a los que se suma «una serie de amigos» criadores con al menos un perro. En total, unos 60 que trabajan e investigan acerca de un animal que se incorporó al catálogo de razas puras caninas españolas en 2016. Con ello, se creó la Comisión de Admisión, cuya finalidad es la salvaguarda de las actividades del Libro Genealógico para que se garantice la pureza racial de los inscritos, y se define cómo deben estar identificados los animales y los requisitos para que las camadas puedan ser registradas en el momento de los nacimientos.

Hasta el momento, este año se contabiliza alrededor de un centenar de perros, pero del Cano, veterinario de profesión, vaticina que en el primer semestre de 2019 se alcancen los 250 tipificados. Para ese trabajo se tendrá en cuenta una gran parte de la provincia leonesa, el norte y oeste de Zamora, el tercio norte de Palencia y la Tierra de Campos vallisoletana. «No se trata de una población en sábana, sino que son nichos puntuales, pero lugares, interesantes», sentencia del Cano, quien espera que la Asociación sirva como «efecto llamada» para que los propietarios se animen a asociarse e inscribir a sus perros.

Un reconocimiento anhelado

Es el sueño de Amadeo Alejandre, quien convaleciente no pudo participar en este reportaje. Cría estos perros desde los años 70. De sus manos han salido miles de estos animales en estas décadas, con el único objetivo de mantener la pureza de la raza frente a mezclas que difuminan el caudal genético. Todo desde una inversión particular. Se puede decir que ha devuelto a este perro al protagonismo que habría perdido el siglo pasado. De hecho, hay constancia, a través de documentos fotográficos, de su presencia en esta Comunidad antes de los años 60.

La raza determina un perro de campo, integrado tradicionalmente en el régimen extensivo del ganado ovino. El ganadero Dionisio García desliza que es «de fuerte temperamento, duro, y que interpreta las señales del pastor con suma facilidad». De hecho, como demostró la cachorra 'Mori', su predisposición para el aprendizaje y su rusticidad hacen que en manos del pastor formen un binomio muy interesante para el manejo de los rebaños de ovino de Castilla y León. Entre los perros con más presencia del Leonés de Pastor están los negros y los pintos, también denominados 'arlequinados'. Y llaman la atención aquellos que poseen la característica de la heterocromía, con un ojo de cada color.

Tanto 'Perla' como 'Pinche', el macho que cría 'Nisi', como le conocen en la comarca, ya han obtenido diferentes premios en los concursos que evalúan el genotipo y fenotipo de estos perros. De hecho, 'Pinche' es «muy presumido, es bueno para esos campeonatos; parece que sabe a lo que va», ríe. «Me gustan estos perros. Intento mantener la raza desde que murió mi padre hace 20 años, que ya los tenía con las ovejas. Los quiero mucho y trabajan muy bien; haga frío o un calor de 40 grados no se mueven del entorno de las ovejas», subraya.

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