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Situación actual de la vía de tren. ElComercio

La reapertura del tráfico ferroviario entre León y Asturias se retrasa tras volar un argayo y tirar piedras ladera abajo

Adif reconoce que la operación «es difícil» y que tras el impacto de las piedras, la más grande de 15 toneladas, deberá reparar la vía | La presencia de rocas a punto de desplomarse sobre la rampa forzó una obra de urgencia

R. MÚÑIZ

León

Jueves, 6 de diciembre 2018

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La operación para recuperar la conexión ferroviaria es «complicada», «difícil», «fastidiada», «no se había enfrentado algo así en Pajares». Son las palabras de quienes conocen la batalla que los trabajadores de Adif están librando contra una ladera situada entre el apeadero de Puente de los Fierros y la estación de Campomanes.

Durante la madrugada del lunes un tren de mercancías que circulaba en la que, para muchos es la antesala de la rampa de Pajares, sufrió una primera caída de piedras. El impacto de las mismas hundió una de las bobinas y arruinó otro de los coches. Tras reparar la vía y la catenaria, la empresa pública reabrió la circulación pero recibió un feliz consejo: para averiguar lo sucedido, mejor era revisar la zona ayudado de un dron.

El martes por la mañana, mientras los trenes de pasajeros y mercancías pasaban por el lugar, los operarios acudieron provistos de esta cámara aérea. Desde el poblado de Heros supervisaron el punto problemático, ubicado entre los túneles de Congostinas (de 58 metros de longitud) y Renueva (de 113). La cámara divisó ladera arriba una formación de calizas carboníferas que había empezado a fragmentarse. Los geólogos consultados interpretan que las filtraciones de agua y su posterior congelación terminaron creando fisuras y desgajando las peñas.

Vuelo de un argayo

Era una previsión inicial, una estimación que finalmente no será cumplida. Cuando la empresa pública Adif cortó el tráfico ferroviario entre Asturias y la meseta a las 16.30 del martes confiaba en poder asegurar el tramo entre La Frecha y Puente de los Fierros en 48 horas.

La operación sin embargo está resultando más complicada de lo esperado, aunque se están dando avances importantes en las últimas horas. Los operarios de Adif han volado una de las piedras que quedaban a media altura del argayo y en las últimas horas tiran las peñas resultantes a la vía.

El plan inicial manejaba forzar el desprendimiento de otra roca de grandes dimensiones que está localizada ladera arriba. Una vez desplomado todo, tocará sanear los daños que los impactos están ocasionado sobre la vía y volver a montar la catenaria del tramo.

El corrimiento resultante comienza un centenar de metros ladera arriba de la vía, en una zona de acusada pendiente, difícil acceso y riesgo evidente: en la parte superior una enorme roca amenaza con desplomarse. A media altura hay otra que ya se desprendió de su posición inicial, rodó, pero ha quedado momentáneamente detenida. Mientras grababan la escena un convoy de carbón circuló por la zona. La decisión de cerrar al tráfico fue inmediata, con la idea de que en 48 horas se podría asegurar la zona, plazo que apunta a la tarde de este jueves.

Complicaciones

Desde Adif confiaban en la noche del miércoles en atenerse a ese margen, si bien reconocen las complicaciones del operativo. Las rocas se encuentran en zonas donde «es imposible meter maquinaria», explica la sociedad. La pendiente y la abundancia de arbustos dificultan el movimiento. «No puedes desplegar a demasiada gente en el lugar», comentan.

Un puñado de profesionales, ayudados por cuerdas para asegurarse, lograron el miércoles alcanzar la piedra de grandes dimensiones que se encuentra en la parte superior del argayo, gracias en parte a un claro que hay entre torretas de alta tensión. Estiman que pesa unas quince toneladas. Lo que se intenta ahora es forzar su desplome ladera abajo, moviéndola con la ayuda de gatos ferroviarios.

Una vez caída, tocará evaluar de nuevo la situación y verificar si en su recorrido se ha llevado por delante también la peña que está a media ladera. Hay por tanto incertidumbres a resolver. La irregularidad del monte imposibilita saber con certeza dónde y cómo caerán los pedruscos. Cuando lo hagan, «se picarán para hacerlos más pequeños y luego tocará reparar lo que hayan dañado», indican desde Adif.

La empresa pública trabaja en la zona al tiempo que sigue impulsando la construcción de la variante ferroviaria con la que pretende relevar al paso por la montaña. Según anunció ayer, acaba de adjudicar el suministro, transporte y descarga de traviesas de hormigón armado de ancho polivalente para vía en placa. Las piezas se fabricarán en un máximo de cuatro meses, a cambio de una factura de 1,2 millones.

Servirán para montar parte de las vías que van en túnel, concretamente la del lado Oeste, que se configurará inicialmente en ancho ibérico. La traviesa polivalente permite migrar luego los carriles hacia el interior y disponerlos en ancho internacional, cuando este sea también el tipo de vía presente en la red asturiana.

Hasta que la Variante de Pajares abra, previsiblemente a finales de 2021, a los clientes de Renfe no les queda otra que utilizar los autobuses que la compañía está ofreciendo para el trayecto entre Gijón, Oviedo y León. Paradójicamente por carretera el vehículo está tardando alrededor de 25 minutos menos de los que invierte el Alvia en cubrir el recorrido. Pese a ello, varios viajeros han mostrado su disgusto por cómo se está organizando el transbordo.

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