El agua milagrosa de un pueblo de Gordón
Decenas de personas acuden a una fuente ubicada en Los Barrios de Gordón para buscar remedio a distintos males que padecen a raíz de una leyenda extendida en esta localidad
El ser humano tiene la intención, el objetivo, de buscar la fuente de la eterna juventud. Aún no ha la encontrado y, quizá, no lo haga nunca. Pero en un pequeño pueblo de León, en Los Barrios de Gordón, sí cuentan con la Fuente de la Salud.
Esta denominación nace de una leyenda extendida en esta localidad y que llega hasta nuestros días, atrayendo a vecinos de pueblos cercanos, e incluso de otras comarcas, a beber sus aguas para buscar curar sus males o poner remedio a aquello que les hace sufrir.
Esta leyenda cuenta que un vecino de esta localidad tenía un caballo muy bueno, al que tenía un gran cariño, pero que un buen día enfermó y no había forma de curarle. Desesperado y triste, buscaba la solución, pero no era capaz de encontrarla y sus amigos más cercanos le dieron el consejo de sacrificar al animal para acabar con el sufrimiento suyo y del propio caballo.
El milagro de la primavera
Pero no era capaz. Le miraba y no quería darle muerte. Así que optó por una alternativa, quizá más cruel para unos, pero que este hombre llevó a cabo con la mejor de las intenciones posibles. En una mañana de otoño, en la que el frío ya empieza a calar los huesos y la niebla caía hasta el pueblo, este vecino de Los Barrios fue hasta su cuadra, se llevó a su caballo con los ojos empañados en lágrimas y lo llevó hasta la salida del pueblo. Allí le dejó, a la intemperie, junto a una fuente ubicada al lado de unos pastos, para que pasara sus últimos días en libertad.
El otoño avanzó y dio paso al invierno. Cada día se acordaba de su caballo e imaginaba el final de sus días en el monte, pero libre. Cuando llegaron las primeras nevadas a las cumbres de los picos cercanos del Fontañán o el Bustillo, el hombre ya era consciente de que su caballo había muerto: nadie había podido resistir a aquel frío y a aquellas condiciones, menos aún estando enfermo.
Pero llegó la primavera y empezó a correr una noticia en Los Barrios: se había avistado a un caballo corriendo por el entorno de la fuente y que se parecía al que acompañaba cada día a este vecino. El hombre se acercó, apenas sin esperanza, a ese punto. El caballo guardaba un gran parecido con el suyo, pero no podía ser posible. Decidió llamarlo, con un silbido, como solía hacer. Y el animal reaccionó, giró la cabeza, relinchó y alzó sus patas, trotando hacia su dueño.
Lleno de emoción y sorpresa, este buen vecino de Los Barrios se abrazó a su animal mientras no salía de su asombro: el caballo estaba totalmente sano y había resistido a las inclemencias de invierno. Desde entonces, las gentes de Los Barrios 'culparon' de este milagro a las aguas de esta fuente que, desde entonces, ha sido denominada 'Fuente de la Salud' y allí sigue curando o, al menos, aliviando, los males de todos aquellos que beben de sus aguas.