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Asalariados por edad.
Asalariados por edad. F.S.

Sin relevo generacional laboral: Sólo un 24% de asalariados tiene menos de 35 años, 15 puntos menos que en 2008

Cecale, UGT y CCOO reconocen que la situación es «preocupante» y apuestan por la retención de los jóvenes con inversiones y empleo de calidad junto a la inmigración

ICAL

León

Sábado, 8 de junio 2019, 12:01

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La despoblación constituye un reto esencial para Castilla y León no sólo por el desierto territorial que la acompaña sino por su impacto directo en la economía autonómica. La falta de relevo poblacional envejece la demografía global y también la laboral, con asalariados cada vez más mayores y unas bases jóvenes que se estrechan cada año más.

Los datos que facilita la Encuesta de Población Activa (EPA) son concluyentes y ponen sobre la mesa una realidad nada halagüeña. La pirámide poblacional revela una inversión profunda con una merma intensa del peso de los trabajadores de entre 16 y 34 años respecto a los de hace diez años; mientras que los asalariados de más de 35 años aumentan su proporción sobre el total de forma considerable.

En concreto, los trabajadores de entre 16 y 34 años representaron de media en 2018 el 24 por ciento del total, cuando en 2008 eran el 39 por ciento, es decir, mermaron su presencia en 15 puntos porcentuales. Por el contrario, los mayores de 35 y más años eran el ejercicio anterior el 76%del global, frente al 61 por ciento que representaban hace una década.

Bajando al detalle, el grupo de los más jóvenes, de entre 16 y 19 años, pasó de representar el 1,4 por ciento en 2008, al 0,6 por ciento en 2018; el de asalariados de entre 20 y 24 años, descendió desde el 7,8 al 4,5 por ciento; y el de trabajadores de entre 25 y 34 años, se desplomó desde el 29,8 por ciento, al 18,9 por ciento.

Los siguientes grupos de edad evolucionaron a la inversa, y los asalariados de entre 35 y 44 años pasaron de representar el 27,7 por ciento en 2008, al 29,2 por ciento en 2019; los de entre 45 y 54 años crecieron desde el 23 al 28,3 por ciento; y los de 55 años y más, se dispararon desde el 10,2 al 18,4 por ciento.

Tanto la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) como las centrales sindicales CCOO y UGT expresaron su preocupación por estos datos, y apelaron a profundizar en las inversiones y en el empleo de calidad para retener a los jóvenes y hacer retornar a los emigrados. Los sindicatos apuntaron además a la inmigración como una vía para atajar el declive demográfico y laboral en el futuro en Castilla y León.

Grandes incertidumbres

Responsables de Cecale indicaron a Ical, que ven «con preocupación» el envejecimiento de la población laboral porque «presenta una serie de incertidumbres» por sus efectos sobre el potencial de crecimiento y por sus implicaciones en muchos ámbitos, como la sostenibilidad del sistema de pensiones, los hábitos de consumo y ahorro, las necesidades de atención sanitaria o de servicios sociales. «Cambios todos ellos sobre los que es necesario reflexionar e incluso tomar medidas lo antes posible», destacaron.

Los directivos patronales incidieron en que esta situación tiene un origen en la «ausencia de inversión de la Administración, la desincentivación de la inversión empresarial por la excesiva complejidad de los trámites administrativos y la fiscalidad a las empresas, así como la formación de los jóvenes».

Los empresarios consideraron «esencial» trabajar en la atracción y retención del talento joven, para favorecer su permanencia una vez completada su formación, junto al regreso de los que salieron durante la crisis e incluso de colectivos procedentes de otros territorios. «Es fundamental, junto a las ayudas económicas específicas al retorno, la creación de un entorno que favorezca el emprendimiento, la creación de empresas y un mayor esfuerzo para retener a las ya existentes». De igual forma, apostaron por la recuperación de la figura del aprendiz y la decidida potenciación de la Formación Profesional Dual.

A falta de nacimientos, inmigración

El secretario de Empleo, Participación Institucional y Diálogo Social de CCOO-CyL, Saturnino Fernández, asumió que Castilla y León presenta las tasas de natalidad más bajas de Europa y si va a más la actividad económica y se acaba con las cifras estructurales que aún existen de desempleo, «vamos a necesitar mano de obra».

«Con el paso de los años tendremos problemas porque no nacen niños para el relevo», dijo a Ical, y vaticinó que si la economía sigue evolucionando como en estos momentos, en los que no se llega al relevo generacional con crecimiento del dos por ciento, «a largo plazo vamos a tener que tirar de la inmigración fijo».

Recuperar la industria como motor

El secretario de Política Sindical y Empleo de UGT en Castilla y León, Raúl Santa Eufemia, denunció que los problemas poblacionales se están agravando porque la industria en el pasado se erigió en la Comunidad en un foco de atracción de ciudadanos que ancló a la población, pero en la actualidad está perdiendo ese papel, y se está precarizando y «ya no es un motor económico real ni retiene a los trabajadores».

Los perfiles laborales, indicó, están cada vez más precarizados, con menos formación académica, y «luego los empresarios lloran porque no encuentran profesionales», dijo. En este sentido, cargó contra la patronal, porque denuncia constantemente qe le hacen falta perfiles más académicos o profesionales, y «siguen impulsando la precarización laboral». «Algo no encaja», dijo, para lamentar que los empresarios se quejen de la despoblación, cuando no valoran que se debe sustentar con más actividad, más contratos de calidad y más salarios.

Santa Eufemia también advirtió que «o todos tenemos dos o tres hijos» o hará falta mano de obra inmigrante con las tasas de natalidad actuales, y arremetió contra la derecha y la ultraderecha y su mensaje contra los movimientos migratorios.

Fernández aclaró que la mano de obra inmigrantes será imprescindible por muchas políticas de natalidad o conciliación que se adopten en una sociedad moderna en la que cada vez se tienen menos hijos. Así, auguró que se repetirá la situación que se dio «de alguna manera» en la década del 2000, cuando hubo un boom de crecimiento en España y llegaron casi cinco millones de inmigrantes.

Por último, consideró que en un contexto de crecimiento continuado, primero empezará a haber falta de mano de obra en ciertos subsectores, en los que la gente autóctona no querrá trabajar, peonadas, limpieza o construcción.

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