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Francisco Igea (izquierda) y Alfonso Fernández Mañueco, tras firmar el acuerdo de programa entre Ciudadanos y PP en Castilla y León. Miriam Chacón-Ical
Igea ve «cabreo» en sus votantes, pero confía en «cambiar las cosas»

Igea ve «cabreo» en sus votantes, pero confía en «cambiar las cosas»

El dirigente regional de Ciudadanos firma con Mañueco cien medidas de gobierno sin cerrar aún el reparto de consejerías

Arturo Posada

Valladolid

Viernes, 21 de junio 2019, 11:52

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Alfonso Fernández Mañueco y Francisco Igea escenificaron ayer el acuerdo de programa alcanzado entre PP y Ciudadanos en Castilla y León, sin haber cerrado aún el reparto de consejerías, y, por tanto, el pacto global entre los dos partidos para un gobierno de coalición en la Junta. Y lo hicieron con la asunción por parte de Igea del «cabreo» y «decepción» que existe entre los votantes de esta formación en la comunidad por los compromisos con el PP. En cualquier caso, los dirigentes de ambos partidos rubricaron de forma solemne las cien medidas pactadas, englobadas en diez puntos: regeneración y política institucional, política fiscal, economía y empleo, sanidad, educación, políticas sociales, fomento, lucha contra la despoblación y nueva ordenación del territorio, agricultura y medio ambiente, y turismo y cultura.

«Estas cien medidas van a suponer un cambio en la política de Castilla y León si es que finalmente se llega a un acuerdo de investidura», resaltó Francisco Igea. «Ahora empieza otro periodo de negociación para hacer posible un gobierno que también visibilice en su estructura el cambio que nosotros prometimos a los ciudadanos durante la campaña», añadió el líder regional del partido naranja.

«Esta no es una firma cualquiera, sino un paso vital para sellar un acuerdo de gobernabilidad para esta legislatura y para impulsar el futuro de Castilla y León. Quedan otros pasos, como muy bien ha explicado Paco [Igea], pero es verdad que las dos partes tenemos un compromiso para formar un gobierno renovado, centrado, moderado y liberal que responda a las exigencias que han expresado en las urnas las mujeres y hombres de Castilla y León», apuntó Alfonso Fernández Mañueco, candidato del PP a la presidencia de la Junta.

La escenificación del acuerdo, minutos antes de la constitución de las Cortes de Castilla y León para la X Legislatura, se acordó a última hora de la noche del jueves, después de que las direcciones nacionales de los dos partidos obligaran a visibilizar el acuerdo programático para forzar un pacto final que aún no se ha producido y que volverá a poner a prueba a los equipos negociadores, siempre tutelados por Madrid.

Francisco Igea no tuvo problemas en admitir durante la presentación del acuerdo programático el «cabreo» que existe entre sus votantes por los acuerdos alcanzados con el PP, después de que durante toda la campaña electoral él mismo abogase por acabar con 32 años de gobiernos populares en la Junta.

«Estoy seguro de que muchos votantes de Ciudadanos se sienten decepcionados. No tengo ninguna duda. Lo escucho en la calle. Pero tenemos un oficio que exige una responsabilidad. No me importan que me paren por la calle, sino que dentro de cuatro años los ciudadanos de Castilla y León se encuentren con una vida mejor, una sanidad mejor. Me importa que los ancianos que viven en una silla ya no lo estén, porque lo hayamos quitado, como refleja el programa. Me importa que la sanidad sea mejor. Y tantas cosas, más allá de que lo se comenta, se escribe o se dice en la calle. No hemos venido aquí a satisfacer nuestra ambición, sino a cambiar las cosas», defendió Igea.

Sin «trincheras»

El líder regional de Ciudadanos insistió en que los acuerdos con el PP llegan después de que la ejecutiva de su partido marcase a esta formación como «socio preferente». Y, aunque deslizó algunas críticas a los socialistas por sus pactos en otros territorios, en sus palabras latió una visión personal, diferenciada de la línea dura que impone Albert Rivera contra el denominado 'sanchismo'. «El PSOE está entregado a una estrategia peligrosa para nuestro país. Hemos visto cómo vuelve a pactar con los nacionalistas en Baleares y, lo que es peor, con EH-Bildu en Navarra. Eso es lo que hace a Ciudadanos tener como socio preferente [al PP], a pesar de que en este caso existía una dificultad, que hemos expresado reiteradamente en la campaña. Pensamos más allá de nuestro interés. Yo personalmente no soy partidario de una política de trincheras. Este país vive un momento extremadamente peligroso, no creo en la política de trincheras y no creo en el nacionalismo vasco, catalán ni español. No creo en la gente que se dirige a las tripas de los votantes. Nosotros demostraremos durante esta legislatura que no somos un partido de trinchera», prometió Igea, con mensajes subliminales dirigidos también a la ejecutiva de su partido y el apoyo que recaba de Vox en otros lugares para formar gobiernos.

El líder del partido naranja en Castilla y León trató de conjugar el mensaje de regeneración que trasladó en la campaña, con los acuerdos alcanzados y el reparto de sillones pendientes en la Junta.

«Lo importante es que el mensaje que demos con la composición de gobierno sea coherente con el mensaje que hemos dado en la campaña y lo que nos han solicitado los votantes: un cambio, no una continuidad. Estamos dispuestos a hacer un gobierno conjunto, pero se tiene que ver en la composición. Si no se ve, no será posible. Si estuviera el acuerdo, estaría firmado», apuntó Igea.

Cien medidas que van desde la protección de informantes a la 'film commission'

El «acuerdo para el gobierno de Castilla y León» firmado entre PP y Cs, y supeditado a que se alcance un pacto definitivo, aboga por reforzar la protección a los informantes sobre delitos contra la Administración en su primer artículo y se cierra con el fomento de iniciativas para potenciar el sector audiovisual en la comunidad, con el fortalecimiento de una 'film commission' para consolidar la región «como creciente territorio de rodaje». Entre medias, el programa propone restringir los puestos de libre designación y apostar por la fórmula del concurso, criterios objetivos de reparto en los planes de medios, penalizar los concursos de obra pública que no hayan cumplido los niveles de calidad o un endurecimiento del código ético y de austeridad para los altos cargos, medidas todas ellas que aparecen bajo el epígrafe de la regeneración política e institucional.

En el epígrafe de fiscalidad, se fijan medidas favorables al mundo rural, con bonificaciones y deducciones del IRPF, así como una bonificación del 99% en el impuesto de sucesiones y donaciones entre familiares directos. La tarifa plana para autónomos, un Pacto Autonómico por la Ciencia y la apertura de una oficina de captación de retorno del talento figuran en el apartado de economía y empleo. En lo relativo a la sanidad, se promete reducir todas las listas de espera del Sacyl, así como la libre elección de hospital «de modo progresivo», y estudiar las vías de reversión de la concesión del Hospital de Burgos. En materia de educación, se garantiza que libros de texto y material curricular sean gratuitos para las familias que lo necesiten. En políticas sociales, se aprobará una Ley de Muerte Digna y la integración de inmigrantes, así como garantizar a mujeres víctimas de violencia de género alojamientos alternativos en caso de riesgo. En fomento, se aprobará un Mapa de Ordenación del Transporte público para hacer más eficiente la red. En otras áreas, un grupo de trabajo de expertos propondrán medidas contra la despoblación. La banda ancha de alta velocidad llegará a todos los rincones y se defenderá la PAC. En el último apartado, dedicado al turismo, se buscará reforzar la oferta de la región.

Limitación de mandatos

El programa de gobierno entre PP y Cs matiza que la limitación de mandatos de ocho años para alcaldes de municipios con más de 20.000 habitantes y presidentes de Diputación comience desde la firma de los acuerdos suscritos en 2015. Esta reversión se produce después de que en localidades como Palencia, el popular Alfonso Polanco tuviese que dar un paso al costado para que Mario Simón, de Ciudadanos, se hiciese con la alcaldía, tras un acuerdo con Vox. La firma conjunta entre Cs y Vox ha creado estragos: «Este asunto está pendiente de evaluarse en mi ejecutiva», evitó ahondar Igea.

Otra de las contradicciones tras los acuerdos firmados, que ya ha empezado a ser explotada por el PSOE y Podemos, pasa por la denuncia que Ciudadanos y otros partidos de la oposición han interpuesto contra los sobrecostes registrados en el Hospital de Burgos (HUBU), tras el modelo público-privado por el que apostó la Junta. «Confianza, colaboración y máximo respeto con la administración de Justicia», declaró Mañueco al ser preguntado por el asunto. En los cien puntos del programa de gobierno se apunta que se estudiarán «las vías de reversión de la concesión del HUBU siempre que no supongan un coste adicional para las arcas públicas de Castilla y León», mediante «un grupo de trabajo en el que participen el Gobierno autonómico, las Cortes y la entidad concesionaria».

Alfonso Fernández Mañueco defendió que el resultado de las urnas el pasado 26 de mayo arrojó en Castilla y León dejó como resultado «una mayoría de centro-derecha, liberal, que apostaba por reformas y por el progreso desde la moderación». El candidato delPP a la Junta aseguró sentirse «responsabilizado» y «consciente» de que «hay muchas personas» que esperan que las dos formaciones lleguen a un pacto final «por el bien de todos». «Ha aprendido que todos debemos hacer un esfuerzo por ponernos en la posición del otro. Solo de quien te plantea algo distinto de lo que piensas, es capaz de avanzar una sociedad. Con líneas rojas y muros infranqueables no se avanza. He mejorado en la percepción de ponerme en la piel de quien está a mi lado con una postura distinta».

Por su parte, Igea señaló que el gobierno conjunto «debe satisfacer las necesidades de los votantes y cumplir el programa». Sobre su papel como futuro vicepresidente de Mañueco apuntó: «Ni lo tengo decidido ni está pensado».

En una segunda comparecencia tras la constitución de las Cortes, Igea dijo que confiaba en que el acuerdo llegase a buen puerto: «Si no, naturalmente Castilla y León deberá tener un gobierno estable», apuntó, dejando un pequeño resquicio al PSOE. Además, advirtió de que Ciudadanos no servirá «como soporte» al PP y que no habrá pacto si los populares no entienden la necesidad de formar «un gobierno conjunto». 

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