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silvia g. rojo
Jueves, 5 de enero 2017, 18:23
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Parece que casi todo el mundo lo veía venir y que el tocado y hundido que tanto tiempo lleva acompañando al vacuno de leche se ha contagiado, como si de una enfermedad se tratara, al ovino de leche. Los ganaderos son cautos, y todos coinciden en que cada uno de ellos es un mundo, pero si hay algo común a cualquier explotación en estos momentos es que el litro de leche de oveja se cobra entre 0,20 y 0,22 euros menos que hace un año.
En el sector se siguen manejando en pesetas y la referencia siempre está en el denominado extracto quesero, la proteína más la grasa, que ha bajado y con él, el litro de leche que ahora mismo ronda los 0,72 euros y hace 12 meses se fijaba sobre los 0,95 euros.
«Esta situación está llevando en muchos casos al cierre de explotaciones, sobre todo de aquellas que no están consolidadas», dice Javier Domínguez, un ganadero zamorano de Pobladura de Valderaduey, que mantiene una explotación de unas 250 cabezas. Añade que «esas explotaciones modernas, que se han hecho para mejorar las calidad de vida y que están pagando rentas al banco son las que están al límite de la rentabilidad».
Javier es de los que opina que «al final el vacuno arrastra a la cabra y a la oveja y siempre es más acusado cuando cae el precio de la leche, luego no sube en la misma medida». Asegura que «el bajo precio de la leche de vaca hizo que se utilizara más para los quesos de mezcla y ahora sobra leche de oveja porque hay almacenada pero el problema vendrá cuando se acabe esa leche y no haya ovejas».
En los últimos años se ha puesto muy de moda la palabra «dimensionar» acompañada de «explotaciones». El mensaje es que aquellas explotaciones más grandes son las que más aguantan pero a la hora de la verdad, también cuentan con más gastos. Fernando García, que junto con su hermano Carlos, mantiene una explotación de 2.300 cabezas en Pollos, Valladolid, expone lo siguiente: «Yo no digo que este año hayamos perdido, en nuestro caso, quizás por el manejo, tenemos la posibilidad de reducir gastos soltando las ovejas pero es verdad que el balance de este año es muy justo, no se ha ganado para el sacrificio que este trabajo supone y la nuestra es una empresa con seis trabajadores en la que como en todas, si no ganas dinero no puedes invertir en mejoras o en ampliaciones».
Mala situación
Desde las organizaciones profesionales agrarias la idea generalizada es que el ovino de leche ha pagado la mala situación del vacuno y en palabras de Donaciano Dujo, presidente de Asaja en Castilla y León, «los precios en ovino son muy bajos arrastrados por el vacuno». Su teoría es que «cierta mejora en el vacuno de leche debería ir acompañando al ovino y también debería mejorar pero hay algunos industriales que están intentando hacer caja con contratos a bajos precios».
Para Aurelio Pérez, coordinador de la Alianza UPA-COAG, «el ovino ha hecho algo importante y ha intentando concentrar al máximo la oferta y aunque hay una presión hacia la baja, han puesto las bases».
Recuerda Pérez que «en el etiquetado de los quesos no se obliga a marcar el porcentaje de mezcla y se juega con esa circunstancia».
En el caso de Jesús Manuel González Palacín, coordinador regional de UCCL, su opinión sobre este sector le lleva a hablar de «desastre absoluto» y reclama la creación de una mesa de negociación en la que estén representados todos los eslabones de la cadena de valor. La solución, según González Palacín, pasa por «llegar a acuerdos en volumen y precio, o nos lo garantizan o desaparecemos». Su conclusión es que «se debería activar esa mesa en este 2017 y llegar a un acuerdo», al tiempo que valora la organización del sector a través de las organizaciones de productores.
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