El campo de batalla es una escena de caos constante. El ganador será el que controle ese caos, tanto el suyo como el de sus enemigos.
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Son palabras de Napoleón Bonaparte, el mismo que este sábado ha escenificado de nuevo la fortaleza de su ejército en el campo de batalla de Astorga.
Una ciudad que, como hace 210 años, sirvió de imán para derrotar a los ingleses.
No hubo piedad en el campo de batalla. De nada sirvió la alianza hispano-británica. El ejército de Napoleón impuso su superioridad ante los diezmados ejércitos de John Moore y el marqués de la Romana.
Napoléon contaba por aquel entonces con 70.000 hombres y 200 cañones. Este sábado han sido un millar de recreadores los que han permitido que durante unas horas Astorga recree esta batalla con todo lujo de detalles.
Caballería y armería de la época para permitir revivir un combate cuerpo a cuerpo que ha dejado escenas propias del pincel de artistas como Francisco de Goya o Pedro Pablo Rubens.
Una recreación de primer nivel, que ha permitido a Astorga revivir el protagonismo que tuvo durante los fríos días del invierno de 1808, cuando fue epicentro de las Guerras Napoleónicas.
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